Entonces, sentí la fría ventana

3.4K 357 54
                                    

Estaba algo sumida en este triste y egoísta pensamiento cuando sentí unas familiares manos recorrer la zona de mis muslos...Mire a Brad y no supe que decir. Solo mire disimuladamente hacia debajo de la mesa y observe como sus manos recorrían mis piernas, trague saliva y mis pies comenzaron a moverse de forma inquietante ¿acaso las mariposas están revoloteando en mis pies ahora? No quiero...no quiero que vuelvan a aparecer, si Brad no puede ser mío no quiero que aparezcan nunca más.

La chica al otro lado de Brad, Catalina, se acercaba cada vez más a él. Después de lanzar una carta, sujetó su brazo delicadamente y apoyo su cabeza en su hombro mientras con sus largas uñas rojas acariciaba sensualmente su brazo, como haciendo figuras con algunos de sus dedos. Claramente yo no podía dejar de mirarla, lo hacia lo más disimuladamente posible, pero entre más se acercaba a él menos me importaba que alguien se diera cuenta, un paso más y juro que me levantare de esta silla y botare todo lo que está en la mesa hacia ella.

Estaba pensando algo tan loco como eso cuando la mano de Brad levanto un poco mi vestido y se dirigió lentamente hacia cierta zona. El roce de sus cálidas manos se sentía muy bien sobre mi furiosa piel, si, furiosa, porque cierta persona aun esta aferrada a él del otro lado. ¿Por qué no lo entiendes?, ¿Qué más tengo que hacer para que seas mío?

-A-ah...-solté un gemido sobre la mesa de juegos, mientras los que estaban más cerca de mí se voltearon a mirarme. -Ah, es mi turno. -dije intentando pasar desapercibido aquel ruido que se escapó de mis labios, Brad paso deliberadamente uno de sus dedos por encima de mi ropa interior y no pude evitar soltarlo.

Sentí una pequeña risita en mi oído izquierdo y allí estaba el culpable de aquel incómodo momento, riendo como un niño que acaba de hacer una travesura. Tome la mano de Brad y la aleje de mis piernas, no lo mire, solo fingí querer concentrarme en el juego. Cuando de pronto sus manos volvieron al ataque, mire a Brad pero el a mí no, tenía su mirada en las cartas como si estuviera muy interesado en el juego. Su traviesa mano comenzó a recorrer sensualmente mi pierna desde mi rodilla hasta llegar a la parte interna de mis muslos, y allí, de vez en cuando apretaba y pellizcaba haciendo que yo diera pequeños saltitos. Pero me estaba matando, sus dedos pasaban muy cerca de mi intima zona, pero nada más, y ya podía sentir como mi cuerpo comenzaba a desesperarse por esa sensación. Necesitaba que...me tocara allí. Tenía unas cartas en mis manos y no me di ni cuenta de cuando comencé a estrujarlas, pero probablemente Brad si, ya que rio por eso.

Lo mire y él me observaba con su cabeza apoyada sobre su mano, con su pequeña sonrisa maliciosa, como si estuviera viendo un buen espectáculo.

-B-Brad, por favor no más...-dije con mi respiración algo entrecortada. Alejaría su mano, pero, probablemente alguien lo notaria, que algo está sucediendo debajo de esta mesa.

En cuanto dije eso, Brad coloco dos dedos sobre mí ya mojada ropa interior y los pasos de arriba hacia abajo, despacio por momentos y luego un poco más fuerte, provocando que el fuego en mi interior empezara a salirse de control, ya no daba más, comencé a mover disimuladamente mi cadera sobre aquel asiento, los dedos de Brad me estaban haciendo enloquecer, ellos sabían cómo jugar conmigo y hacer que pierda la cordura.

-Kate, te toca. -me dijo Marcus despertándome de aquella exquisita sensación, o eso creí...en cuanto tiré la carta Brad volvió a lo suyo y peor...puso esos dos dedos justo en la entrada de mi mojada cavidad, por encima de mi ropa interior y comenzó a empujar hacia dentro fuertemente, luego salía y tocaba más alrededor de mí ya extasiada vulva, no hay remedio, estaba perdida, sentí como mis pechos comenzaron a endurecerse y mis fluidos se derramaban debajo de mí.

Entonces vi la mano de esa mujer aparecerse en la pierna de Brad y subir de a poco hacia su miembro. Quede en shock por un momento, ella movía sus manos lentamente por encima de su entrepierna y no sabía qué hacer, quería matarla, quitar su mano y botarla del asiento, ¿Qué está pasando?, mire a Brad fijamente, con mis ojos algo entrecerrados y moví mi cabeza en señal de "haz algo", así es, no permitas que ella te haga eso. Pero ignoro mi seña y volvió a empujar mi interior con sus dedos y un poco más profundo esta vez, provocando mi total desesperación, intentaba cerrar mis piernas, pero Brad no me lo permitía, necesitaba gritar, necesitaba tocar mis endurecidos pechos, solo...necesitaba más. Brad comenzó a mover sus dedos sobre mi intimidad como quería, el quería que yo enloqueciera allí mismo, no le importaba nada y fue tanto el placer, la rabia, la desesperación que estaba sintiendo que tuve que morder mi labio inferior y no de forma sutil, realmente morderlo para calmar mis ganas de colocarme sobre el ahí mismo o detener mi impulso por tomar la mano de esa mujer y tirarla lejos, tanto así, que sentí el sabor de la sangre pasar por mi garganta, me había roto el labio.

¿ Por qué a nosotros? (1er libro trilogía Hate Or Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora