Tsukino Ruri no puede aceptar los finales dados por la escritora Koyoharu Gotouge, expresando siempre su descontento. Un día normal de feria, un idiota grosero, todo parece estar bien más terminan envueltos en un gran accidente
El despertar en un m...
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La noche había llegado rápidamente en Fujikasaneyama, lugar donde se llevaría a cabo la selección final para ser un cazador de demonios, pero a diferencia de otros años esta selección consistía en la participación de una sola persona frente al bosque infestado de demonios que se abría a su paso, pues debía sobrevivir una semana completamente sola.
Aquella prueba marcaría el final de su entrenamiento y el inicio de su vida como una cazadora de demonios. El camino que deseaba seguir finalmente podría realizarlo pues ya era hora de poner en práctica todo lo que había aprendido de sus tres maestros y la creación de su propio estilo.
Ruri debía confesar que la sola idea de no superar aquella prueba le aterraba, pero no se consideraba una persona que se rindiera fácilmente, esto solo era otro gran paso que debía superar si quería llegar hasta el final. Apretaría los dientes y seguiría sin dejar que nada ni nadie que no fuera la muerte le detuviera.
— Bienvenida, Tsukino Ruri-san —habló Kiriya actual heredero de la organización
— Hoy me guiarás tú, Kiriya-chan —soltó Ruri con una sonrisa intentando suavizar el ambiente.
— Al menos podrías omitir el "Chan" —se quejó el menor apenado
— Lo siento, pero... verte vestido como una chica es muy adorable —respondió Ruri divertida
— Bien, esta noche realizarás tu última prueba —le cortó Kiriya antes de que la joven siguiera molestándole— tu caso es especial, ya que estarás completamente sola y deberás sobrevivir por siete días sin ayuda de nadie.
— Una semana... —susurró Ruri para si misma
— Si logras sobrevivir esa semana, serás reconocida oficialmente como una cazadora de demonios, se hará la entrega de un traje especial, además de escoger el material para la creación de tú espada.
— ¡Entendido! —afirmó Ruri un poco nerviosa— Kiriya-chan ¿Hay algo de malo si tomo un pequeña rama de glicinas?
— ¿Por qué? —preguntó el menor un poco intrigado.
— Podría llegar a servirme, además estas no son glicinas normales, ya que florecen todo el año y emiten una luz pura... me ayudarían a alumbrar una parte del camino, puesto que esta muy oscuro ¿no crees?
— No existe una regla que lo prohiba, pero creo que eres la primera que lo solicita, así que adelante. No es como si te fueras a llevar el árbol —respondió Kiriya mientras le observaba tomar una pequeña rama
— Oh ¿puedo llevarme un árbol? —bromeó la peliverde antes de ganarse una mirada fría por parte del menor
— ¿Quieres morir, Ruri-san? —la expresión del menor distaba de ser amable
— ¡Es broma Kiriya-chan! Más rápido me mata el árbol que un demonio —negó Ruri guardando la pequeña rama entre las mangas de su hakama con sumo cuidado
