Al ver que la ciudad se volvería un campo de batalla, los kakushi estaban teniendo varios problemas en reunir a los habitantes y pedirles que abandonaran el lugar enseguida, sin embargo la mayoría se encontraban bastante reacios en abandonar sus hogares y en medio de la madrugada, pero al ver que el fuego era real y como la tierra comenzaba a hundirse colaboraron sin seguir rechistando
Shinobu recorría el lugar en busca de más heridos y pronto su mirada cayó en Tanjiro, quien aún se encontraba siendo ayudado por Yushiro. Las heridas de su rostro no tenían para nada un buen aspecto y según había escuchado su pulso era tan débil que muchas veces llegaron a crecer que ya le habían perdido, pero ese joven que servía a Tamayo no se rendía
— ¡¿Cuánto va siendo ya?! ¿está bien inyectar tanto? —cuestionó Murata bastante preocupado
— ¡Cierra la boca, cállate! —le cortó Yushiro con su peor cara— ¡ha pasado mucho tiempo desde que recibió los ataques de Muzan, por lo que está realmente en un muy mal estado!
— ¡Lo siento! —se apresuró en disculparse apenado uno de los cazadores
— ¡Ehm...! —exclamó Murata de repente atrayendo así la atención de ambos jóvenes.
— ¿Qué estás haciendo? —inquirió Yushiro a punto de clavarle una jeringa.
— No, yo solo... —balbuceó torpemente— estoy intentando hacer que suelte la espada, pero no la ha soltado en todo este tiempo... —añadió al ver que era imposible quitársela— aunque está inconsciente su agarre es demasiado poderoso
— Es porque este sujeto aún tiene voluntad de pelear... —respondió el contrario soltando un suspiro
— ¡Oh, el pulso! —exclamó contento el mismo cazador que se había disculpado antes
— ¿Eh?
— ¡Su pulso está regresando! ¡es muy débil, pero regresó! —añadió enseguida
— ¡Tanjiro, puedes hacerlo! ¡vuelve! —le pidió Murata ahogándose en sus lágrimas
Todos estaban realmente preocupados por el estado convaleciente de Tanjiro, sin embargo no muy lejos de ellos los pilares y cazadores seguían peleando y varios kakushi que les observaban de reojo al socorrer a los heridos se preguntaban si en verdad serían capaces de obtener la victoria ante un enemigo tan poderoso como había demostrado ser ese hombre
Hasta el momento el pilar de la Roca era quien mas estaba aprovechando en atacar a Kibutsuji Muzan con su gran bola de piedra ahora carmesí, mientras el pilar de Viento, Sanemi se encargaba de pasar recogiendo varios de aquellos talismanes que le había visto tirar a Inosuke antes de ser descubiertos por el enemigo
— ¡Zenitsu, Kanao! ¡ojos saltones! —exclamó Inosuke bajo la atenta mirada de Sanemi— ¡¡también quiero hacer esa cosa de la espada roja!!
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𝙁𝙪𝙚𝙜𝙤 𝙚𝙣 𝙩𝙪𝙨 𝙊𝙟𝙤𝙨 - 𝙍𝙚𝙣𝙜𝙤𝙠𝙪 𝙆𝙮𝙤𝙟𝙪𝙧𝙤 ꪜ
Fiksi PenggemarTsukino Ruri no puede aceptar los finales dados por la escritora Koyoharu Gotouge, expresando siempre su descontento. Un día normal de feria, un idiota grosero, todo parece estar bien más terminan envueltos en un gran accidente El despertar en un m...