Tsukino Ruri no puede aceptar los finales dados por la escritora Koyoharu Gotouge, expresando siempre su descontento. Un día normal de feria, un idiota grosero, todo parece estar bien más terminan envueltos en un gran accidente
El despertar en un m...
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Dedicado a: @kuro-sempai
Al parecer no todo fue una cálida bienvenida como al menos lo esperaba Ruri. Todos los pilares se encontraban juntos y solo para haber presenciado como Rengoku, pilar de la Flama, conocido por ser alguien lleno de virtudes y positivismo había roto la regla de no pelear cazadores golpeando a un Pilar, Shinazugawa
La mayoría de ellos lucían sorprendidos y otros parecían esperarlo a diferencia de Uzui que disfrutaba de toda la situación muy emocionado. La joven observó a Kyojuro quien luego de ese golpe se mantuvo de pie frente a Sanemi con una expresión severa que reflejaba incluso decepción mientras el contrato se mantenía en silencio cabizbajo
Poco a poco se acuclillo y puso parte de su peso sobre una de sus piernas mientras se palpaba la mejilla en donde había recibido el golpe, sin embargo no hubieron quejas ni gritos, solo el incómodo silencio más las miradas serias y secas como si hubieran hecho algo malo o en este caso Sanemi lo hubiera hecho
— ¡Shinazugawa-san! —le llamó Ruri acercándose a su lado— ¿se encuentra bien? —le cuestionó ayudándole a levantarse— Rengoku-san ¿por qué hiciste eso?
Kyojuro pareció sorprenderse y sentirse ajeno a todo al escuchar como Ruri le llamaba de nuevo por su apellido colocando una especie de muro entre ambos. Su tono de voz era serio al igual que sus mirada verde. El pilar de la Flama no comprendía la situación ¿acaso ella no estaba molesta por las acciones de Shinazugawa?
— Ruri, yo... —soltó algo inseguro sobre que palabras usar— aún si Shinazugawa es un pilar y mi compañero no puedo pasar por alto la ofensa que cometió hacia ti, todos los pilares estamos al corriente de la situación y sabemos que hay desacuerdos entre ambos ¡pero! ¡Eso no es excusa para que él se haya sobrepasado en una misión!
— Espera ¿qué? —inquirió Ruri sorprendida y más al ver las caras de los demás. Algo le decía que había un gran malentendido
— Déjalo Tsukino, me lo merezco —le apartó Sanemi enfrentando la seria mirada de Rengoku sin embargo la joven no iba a ceder tan fácilmente— ¡déjame mocosa estupida! ¡Puedo cuidarme solo! —gritó apartándole bruscamente. Ruri trastabillo sobre sus pasos y terminó cayendo sentada en el suelo
— ¡Solo me preocupo por ti, idiota! —negó la joven evidentemente molesta mientras se levantaba
— ¡No necesito tu preocupación niña!
— ¡Desde que fuimos a una misión como compañeros me importas!
— ¿Acaso te lo pedí? ¡Puedes ahorrarte tus preocupaciones!
— ¡No parecías opinar igual cuando te disculpaste antes!
— ¡¿Hah?! Dime Tsukino ¿estuvo bien que por mi descuido complicara la misión? —le cuestionó observándola con dureza— ¡pudiste haber derrotado al demonio, pero me dejé manipular y te tiré al suelo lastimándote además de someterte con mi propio peso!
