Tsukino Ruri no puede aceptar los finales dados por la escritora Koyoharu Gotouge, expresando siempre su descontento. Un día normal de feria, un idiota grosero, todo parece estar bien más terminan envueltos en un gran accidente
El despertar en un m...
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Primavera, la primera estación del año en donde las flores florecen hermosamente, regalando su suave aroma a los moradores. En aquel mes de Mayo nació un varón de cabellos rubios con mechones rojos, se trataba del primer hijo de Rengoku Shinjuro, actual pilar de la Flama y su madre, Rengoku Ruka. Una mujer de carácter fuerte y abnegado que estaba dispuesta a proteger y guiar al infante que dormía en sus brazos
— Es idéntico a ti —dijo Ruka observándole dormir a su lado.
— Efectivamente, es todo un Rengoku —afirmó Shinjuro con orgullo tocando la mejilla sonrojada del pequeño
— Deseo que sea un niño fuerte y valeroso que pueda proteger a inocentes como su padre —añadió la mujer con una sonrisa
— ¿Quieres que sea un pilar? —cuestionó el hombre observando el semblante de su esposa
— Quiero que sea un hombre de bien, que pueda brindar ayuda a quien más lo necesite... no importa que escoja, quiero que sea feliz —respondió Ruka tomando la mano de su esposo
— ¡No te preocupes! Es nuestro hijo, por supuesto que será fuerte —le animó dando un suave apretón a la mano de su mujer— te tiene como madre, Ruka... eso es suficiente para que el crezca como un hombre de bien que continue con el legado de nuestra familia.
— Gracias querido —susurró Ruka dedicándole una sonrisa
Es bien sabido que el tiempo nunca se detiene, sino que incluso en los momentos de mayor felicidad avanza mucho más rápido. Aquel pequeño que residía en los brazos de su joven madre ya podía caminar por su cuenta, ya había dicho su primera palabra "patata dulce". Kyojuro le había agarrado gusto, pues su padre se la compraba cada vez que salían a hacer algún mandado al mercado
El jardín trasero era su lugar favorito para correr y buscar pequeños insectos según la época. Shinjuro solía tener problemas para encontrarle cuando su hijo se escondía entre los arbustos o se subía a algún árbol, sin embargo sabía perfectamente que con solo llamarle por su nombre completo acudiría de inmediato sin importar en donde estuviera
—Rengoku Kyojuro ¿dónde estabas? —le cuestionó Ruka con el ceño fruncido
— ¡Madre! Yo... ¡solo paseaba por el jardín! —le respondió el menor de cinco años
— ¿Solo paseabas? ¿Y aún así rompiste dos bonsai? —volvió a preguntarle mientras se cruzaba de brazos
— ¡Lo siento madre! ¡me tropecé con ellos al correr! —se apresuró a explicarse el menor, mientras su madre por fin satisfecha con su respuesta soltaba un suspiro— Kyojuro, debes tener cuidado con las cosas ¿entendido?
— ¡Si, madre! ¡no volverá a pasar! —le prometió Kyojuro con una sonrisa, que solo pudo causar ternura en Ruka
Ya debía ser un año desde la última travesura del pequeño, pero ahora su madre se encontraba embarazada de quien sería su hermano menor. Kyojuro estaba emocionado por conocerlo, pues según su padre faltaba muy poco para ello y siendo así dos semanas más tarde el segundo hijo de Shinjuro y Ruka nació, un niño sano e idéntico en varios aspectos a su padre y hermano mayor
