Tsukino Ruri no puede aceptar los finales dados por la escritora Koyoharu Gotouge, expresando siempre su descontento. Un día normal de feria, un idiota grosero, todo parece estar bien más terminan envueltos en un gran accidente
El despertar en un m...
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Era ahora o nunca, no, tenían que hacerlo. Era muy probable que si dejaran pasar más tiempo, no podrían vencer a Douma y eso era algo que desde un primer momento Ruri tuvo muy claro, por eso deseaba moverse tan rápido como pudiera, pero no esperó que Douma fuera bastante astuto para intuir que ambas tenían un as bajo la manga
Claramente pudo ver una sonrisa retorcida en sus labios antes de cubrirlos con uno de sus abanicos y convocar lo que sería su mejor técnica, las "princesas de ventisca blanca" ¡era muy malo! Shinobu estaba más cerca y un ataque en pleno aire no sería sencillo para que ella pudiera luchar con tantas
— ¡Shinobu-chan! —gritó Ruri asustada, sin embargo su compañera se las ingenió muy bien para esquivarlas y hundir su espada en el cuelo de Douma
Por sus ojos verdes solo pudo ver reflejado el momento en que el haori de mariposa de Shinobu se hizo pedazos, pero al menos había logrado su objetivo principal, sin embargo eso no sería suficiente. Ruri sabía que mientras Shinobu no empleara una espada diferente, capaz de cortar su cuello no serviría, pues Douma aprovechó la obertura y le aprisionó entre sus brazos
— ¡Eres realmente admirable! —exclamó Douma llorando— ¡estoy tan impresionado! ¡alguien tan débil como tu! ¡definitivamente mereces ser devorada para que vivas la eternidad a mi lado!
— ¡Vete al infierno! —soltó Shinobu sin poder liberarse.
¡Aliento de loto, quinta postura, destello azul!
Era inútil, Douma se desplazaba muy rápido y Ruri temía lastimar a la pelimorada, ya que la mayoría de sus posturas consistían en atacar los puntos vitales de su enemigo y desviar cualquier posible ataque ¿qué debía hacer ahora? La mirada que Shinobu le daba le produjo un escalofrío que le hizo tomar con fuera su espada
¿Realmente esa era la única opción? ¿Tendría que sacrificar a Shinobu? No, no deseaba que su amiga tuviera que irse, no mientras ella estuviera presente. Enseguida una idea vino a la mente de la peliverde y tomando aire se decidió en atacar, ya que ella también tenía una técnica que aún no había usado, era peligrosa, sin embargo siempre en batalla había un momento decisivo en donde debía arriesgarse
— ¡Douma! —le llamó Ruri situando a pocos metros de distancia de él
— ¿Oh? ¿ahora eres educada y te diriges a mi por mi nombre? —inquirió con una sonrisa.
— Suéltala —le ordenó tomando una postura de ataque— si lo haces, no me veré obligada en exponer lo peor de ti
— Realmente la estupidez humana no tiene límites —negó divertido, tomando el rostro de la pilar de insecto y pasando su lengua por su mejilla— dulce...
— ¡Maldita escoria, no me toques! —soltó Shinobu aún forcejeando, antes de lanzarle una mirada a Ruri. Debía poner en marcha su primera opción, sin embargo solo recibió una negación por parte de su amiga
