Tsukino Ruri no puede aceptar los finales dados por la escritora Koyoharu Gotouge, expresando siempre su descontento. Un día normal de feria, un idiota grosero, todo parece estar bien más terminan envueltos en un gran accidente
El despertar en un m...
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En momentos así es cuando Ruri maldecía para sus adentros al no tener un repelente de mosquitos pues como ella diría "los muy condenados" no dejaban de picarle y zumbarle en los oídos. A estas alturas ya era demasiado tarde como para recuperar su sueño perdido por más que intentara acomodarse en aquella ancha rama
Ya no debería faltar mucho para el amanecer, sin embargo el cielo aún seguía algo oscuro y la brisa igual de fría sumiéndole en un profundo silencio típico del campo. Por pura curiosidad miró hacia abajo encontrando que su compañero seguía recostado al tronco del árbol, pero ¿estaría dormido?
Procurando hacer le menor ruido posible bajó de la rama de un suave salto para así poder acercarse. Tomioka no mostró movimiento alguno sino que seguía con sus ojos cerrados reflejando una expresión tranquila a diferencia de que la siempre proyecta. Verle así le daba tranquilidad y también enormes deseos de agarrarle sus mejillas
— ¿Qué sucede? —habló Giyuu sorprendiéndola
— ¡Nada! Los mosquitos me despertaron —respondió Ruri mientras estiraba un poco su cuerpo entumecido— ¿descansaste Tomioka-san?
— Un poco
— ¡Ya veo, que bueno entonces!
— No te preocupes, más bien deberías ver por ti misma
— Hum, si es verdad... —susurró Ruri al recordar que en esa misión su compañero solo se limitaría a verla
— Ya has descansado, así que pongamos en marcha Tsukino —declaró Giyuu pasando su espada por su cinto antes de comenzar a caminar en dirección a la montaña
— ¡Si, entendido! —soltó la joven mientras sacaba dos panecillos de su bolso improvisado y brindándole uno a Tomioka, quien nos dudó en aceptarlo— ¡hum, están deliciosos!
— Si
Aunque esta vez el silencio volvió Ruri ya no se sintió incomoda al respecto pues en ese corto periodo de tiempo sentía que ya comprendía un poco más la personalidad de este pilar. Sabia que sus intuición no era suficientes como la presencia de Shinobu, pero al fin y al cabo ella podía verlo como un hermano mayor al compartir el mismo maestro.
Es cierto que al final ella no pudo ser un usuario del aliento de Agua, sin embargo ambos habían pasado por el mismo entrenamiento. Tomioka si bien estaba en su propio mundo de vez en cuando prestaba atención a las personas de su alrededor, siendo su único punto malo ser tan malo con las palabras, pero su presencia le calmaba.
— ¿Cómo se encuentra Urokodaki? —cuestionó Giyuu de repente sin despegar su mirada del camino
— ¡Muy bien como siempre! —le aseguró Ruri con una sonrisa— creo que es alguien que incluso a su edad tiene mayor resistencia que nosotros —añadió a lo que Giyuu asintió en respuesta
