Tsukino Ruri no puede aceptar los finales dados por la escritora Koyoharu Gotouge, expresando siempre su descontento. Un día normal de feria, un idiota grosero, todo parece estar bien más terminan envueltos en un gran accidente
El despertar en un m...
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El día pronto llegaría a su fin al ver como el sol lentamente se ocultaba en el horizonte. Tanjiro, Zenitsu e Inosuke finalmente habían llegado a la estación, sin embargo dos de ellos se encontraban bastante maravillados por el lugar siendo en este caso Zenitsu, quien les comenzó a dar una breve explicación sobre el tren y como movilizaba personas
A pesar de las explicaciones Inosuke solo se refirió a la maquina como un "maestro de tierra" y Tanjiro como una posible "deidad" provocando que un suspiro lastimero escapara de los labios del rubio, quien suplicaba internamente que sus dos compañeros no fueran a crear un problema o escándalo, más subestimó por completo a Inosuke
Su corazonada fue correcta al ver como su compañero realizó su típico movimiento de saltar contra algo siendo en este caso el tren llamando así la atención de dos guardias que al ver a los chicos sus expresiones se tornaron más serias al notar las espadas que portaban en sus cinturones. Zenitsu no tuvo otra opción que echar a correr con ellos
— Nosotros los cazadores de demonios somos parte de una organización que no esta relacionada oficialmente con el gobierno —les explicó una vez lograron librarse de los guardias— ¿entienden? No podemos ir caminando por ahí con nuestras espadas e incluso si les hablamos de los demonios no nos creerá, por lo tanto debemos mantenerlas ocultas
— Pero hacemos lo mejor que podemos... —negó Tanjiro apenado
— Bueno no podemos hacer mucho al respecto, solo debemos ocultar las espadas en nuestra espalda por ahora —se limitó en responder Zenitsu sin embargo ver lo que Inosuke estaba haciendo definitivamente le dejaba sin palabras— están a la vista, usa ropa, idiota.
— Le llaman el "tren infinito" —soltó el joven de ojos burdeos leyendo un papel— si nos subimos, deberíamos ser capaces de encontrarnos con Rengoku-san, al parecer él ya esta a bordo.
— ¿Así que nos encontraremos con él? —cuestionó Zenitsu— bien, iré a comprar algunos boletos, así que solo esperen aquí tranquilos.
— ¡Entiendo, gracias! —agradeció Tanjiro arrastrando a Inosuke
— Hum, es difícil caminar cuando estoy ocultando mi espada —se quejó el rubio dirigiéndose a la ventanilla
Una vez Zenitsu fue capaz de adquirir los boletos procedieron a entrar en uno de los vagones del tren para ir en busca del Pilar de la Flama que debía estar entre las personas que ya habían ingresado al lugar. Tanjiro procuraba ir a paso tranquilo a diferencia de Inosuke que se mostraba muy emocionado como si fuera a emprender una nueva aventura
— ¡Uwooo! ¡wow! ¡estamos en la barriga! —festejó Hashibira yendo de un lado a otro— ¡¡es el comienzo de la pelea!!
— ¡Cállate! —soltó Zenitsu ya cansado— hum, ¿Rengoku-san es un pilar? ¿sabes como se ve? —cuestionó pues no sabía nada de él
