Aquí vamos... otra vez.
Sentándome sobre los escalones de la puerta trasera, observé con una mueca, que quería convertirse en sonrisa, como tía Grace y la abuela peleaban sobre la posición de las rosas en el jardín. Hacían los mismo todos los días, hoy eran rosas, mañana seguramente claveles o jazmines. La abuela insistía en que quedarían más bonitas y presentables en el jardín delantero mientras que Grace aseguraba que el patio trasero les iba a dar más protección contra el clima. Realmente, me interesaba muy poco donde terminaban las malditas flores pero no era como si quisiera meterme dentro de la pelea cuando las mujeres tenían tijeras de podar en sus manos.
Enredando mis dedos en una alta hierba que crecía olvidada contra el escalón donde estaba sentado, la jale, arrancándola de raíz, antes de comenzar a picarla con mis uñas. El sol estaba asomándose por el horizonte lentamente, como si él tampoco estuviese preparado para presenciar la épica disputa que estaba teniendo lugar en el jardín. Pero al igual que yo, no tenia muchas opciones. Necesitaba dinero para tomar el autobús y tía Grace era quien había prometido dármelo, por lo que me tocaba esperar.
Por unos segundos me pregunté si el trabajar en una jodida tienda de antigüedades en verdad servía de algo. Mi cheque de sueldo llegaría a fin de mes por lo que la mayoría de las veces debía recurrir a mi tía u abuela para poder movilizarme ya que la mayor parte de mi sueldo se iba en las cosas necesarias para el ballet, dejándome con las manos vacías en solo un par de días.
-¡Erick! -mi nombre atravesó el aire como una flecha, logrando que diera un salto sobre mi trasero.
Tía Grace sacudió la mano hacia mi, viéndose como un dibujo animado con su gran sombrero de ala ancha con estampado de flores amarillas, viejos pantalones demasiado grandes para su delgadas caderas y la camiseta gris que seguramente había robado de la caja de donaciones que los vecinos dejaban frente a sus casas, porque estaba seguro de que era de hombre y no era mía. Su ancha sonrisa brilló bajo los primeros rayos del sol cuando me puse de pie y sacudí el polvo de mis jeans.
Sus ojos castaños idénticos a los míos brillaron cuando me acerqué. Su cabello rubio estaba atrapado en una coleta alta, dejando que los suaves rizos cayeran sobre su rostro de piel dorada. A pesar de sus cuarenta y tantos, Grace Smith era capaz de lograr que muchas de esas modelos de alta costura se sintieran avergonzadas.
-¿Que haces despierto tan temprano, cariño? -preguntó, frunciendo sus oscuras cejas que contrastaban con su cabello.
-Quiero aprovechar el día para ir al estudio a practicar -miré con un el ceño fruncido como la abuela apuñalaba la tierra de una maceta, antes de volver a mirar a mi tía Grace haciendo una mueca-. Sabes que no
me gusta tener que hacer esto, tía, pero mi cheque aún no ha llegado y debo tomar el autobús...
-...y yo te prometí darte el dinero necesario para eso. -terminó por mi-. Siento haberlo olvidado, Er.
-Tu no te olvidas de la cabeza por que la tienes pegada al cuerpo. -susurró la abuela por lo bajo.
Intenté suprimir la sonrisa por el comentario pero la sensación del guante de podar de la tía Grace, impactando contra mi brazo, me dijo que no lo había logrado.
-Toma lo que necesites de mi bolso -señaló a la casa-. Esta sobre el sofá de la sala.
-Gracias, tía Grace. -sonreí hacia ella mientras me volteaba para volver a la casa.
-Suerte con tu practica.
-¡Mueve bien ese culo, tesoro! -el color incendio mi rostro cuando la voz de mi abuela traspasó el patio.
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𝖒𝖎 𝖕𝖊𝖖𝖚𝖊ñ𝖔 - joerick (adaptación)
FanfictionFire Spirit es la banda de motociclistas más peligrosa de todo México. Compuesto por cinco miembros, Joel es el segundo al mando. Cuando los enemigos de Joel amenazan la vida de Erick, nuestro motociclista tendrá que elegir entre seguir con su fach...