Capítulo doce

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[JOEL]

—¿Por qué sonries?

Kaled me miró con el ceño fruncido mientras dejaba su teléfono sobre la mesa, prestándole total atención. Ignorándolo completamente, me dirigí al refrigerador y saque el jugo, dándole un mirada antes de devolverlo a la heladera. Seguramente Richard ya había colocado su apestosa boca allí, no tenia intenciones de tragarme su saliva.Volteandome, me deje caer en la silla frente a Kaled.

—¿Por qué sonríe? —Richard se detuvo un momento en la puerta de la cocina, mirándome con curiosidad.
—No tengo idea —Kaled se encogió de hombros—. Preguntale.
—¿Por qué sonríes?
—Por que soy feliz. —contesté, riendo.

—Oh mierda, ¿Dacel estuvo jugando con los medicamentos de nuevo?—Kaled se puso de pie y me obligo a mirarlo, analizando mis ojos—. Te dije que nunca aceptes nada de ese estúpido.

—Hey, que yo no le he dado nada al mocoso —Dacel levanto las manos intentando parecer inocente cuando entro a la cocina y fue directo al refrigerador—. Lo que tiene es algo más básico que el efecto de una droga.
—¿Tu sabes lo que le sucede?

—Tengo mis hipotesis. —se encogio de hombros mientras sacaba las sobras de la comida y hacia su camino al microondas—. Pero prefiero que él lo diga.

Suri entro dando tumbos a la cocina en ese momento y me levante de un salto, atrapando al pequeño chico en mis brazos antes de girarlo. Suri comenzo a gritar en el momento que sus pies dejaron el suelo—. Gracias, gracias, gracias —besé su mejilla sonoramente—. Creo que hasta comienzo a quererte, cuñadito.
—Sueltalo, Joel. —gruño Kaled desde el otro lado, sonando más a un perro rabioso que a una persona.

—Dios, eres un maldito celoso, hermano —me reí mientras dejaba al chico en sus pies nuevamente.

—¿Por qué tanta alegria? —Suri me miró, elevando una ceja—. ¿Qué hiciste?
—Llama a tu amigo y pregúntale. —le guiñe un ojo mientras volvia a sentarme.
Suri me miró por un momento antes de salir disparado de la cocina, el sonido de sus pies en la escalera resonó por toda la casa. Kaled miró de mi a la puerta por un segundo, como si intentase adivinar que era lo que habia sucedido antes de sacudir la cabeza.
—¿Luis ya despertó? —preguntó.

—Sep —Richard fue quien contesto, gracias a dios el chico hoy llevaba unos patalones de chandal aunque el usar camisetas aun se le hacia dificil. Al menos era un avance—. Dijo que tomaria una ducha pero seguramente ya este... aquí.

Señalo a Luis mientras este cruzaba el umbral de la puerta. El castaño miró a su alrededor un momento antes de caminar hasta nosotros y sentarse en la mesa sin decir una palabra. Cuando me voltee a ver a Kaled me di cuenta de el porque de su acción. Kaled tenia la expresión que ponia cuando teniamos problemas.Su mandibula estaba apretada fuertemente, como si quisiera romper algo. Su ceño fruncido y sus ojo parecian lanzar dagas con solo una mirada. Su celular ahora estaba en su mano y por la mirada que le dio, este habia sido el proveedor de malas noticias.
—¿Que sucedio? —me atrevi a preguntar, en un tono bajo.
—Problemas en The shelter.

Pasandome una mano por el rostro, sentí toda mi anterior alegria desaparecer con un poof. The Shelter era uno de los clubes nocturnos más conocidos de México. Se encontraba en el centro de la ciudad, por lo que los fines de semana se convertia en el mayor centro de entretenimiento para los jovenes. A pesar de que habia abierto las puertas hacia mas o menos cinco años, habia ganado tanta popularidad que, basicamente, habia aplastado a los demas pubs.

Muy pocas personas sabian que el local realmente nos pertenecia a Kaled y a mi, ya que con nuestra fama seguramente nadia se atreveria a asistir allí. A pesar de que pasabamos nuestras noches vagando por el lugar, nos asegurabamos de que nadie lo supiera. El gran problema era que al ser propietarios, debiamos dar la cara cuando habia una disputa. Por lo general, estas comenzaban gracias a otro propietario enojado.
Miré a mi hermano:—Dime que el problema es con Dom. —rogué.

𝖒𝖎 𝖕𝖊𝖖𝖚𝖊ñ𝖔 - joerick (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora