[JOEL]
Dos semanas despues...
—Erick, bebé, despierta —susurré en su oído. Su cuerpo siguió retorciéndose en mis brazos mientras soltaba pequeños gemidos de dolor que comenzaban a intensificarse—. Estás a salvo, Erick, ya nadie va a hacerte daño. Despierta.
Una lagrima se deslizo por su mejilla y los sollozos comenzaron. Me dolía verlo así, el niño aun no lograba superar lo que había sucedido con Holmes. Había estado colandome a su habitación casi todas las noches para poder abrazarlo, decía sentirse protegido conmigo allí y a mi me encantaba tenerlo en mis brazos mientras dormía. Había recibido varios golpes de su parte cuando al fin lograba dormir profundamente pero valian la pena.
—Jo... —susurró. Sus ojos se movieron, entreabriendose para mirarme.
Dedicándole una suave sonrisa, quité los restos de lágrimas de sus mejillas con mis dedos—. Hola, nene.
Sus suaves labios rosas se fruncieron mientras apretaba los ojos, las lagrimas quedando suspendidas en sus pestañas—. Lo siento.
—No tienes porqué disculparte —lo estreché más fuerte— No es tu culpa.
Limpiando su rostro rápidamente, abrió sus ojos y miró hacia arriba, encontrándose con mi mirada. Su nariz tenia un leve tinte rosa al igual que sus ojitos los cuales brillaban bajo la poca luz que entraba desde la ventana. Chupando su labio dentro de su boca, miró mi rostro con detenimiento. Sus cejas se fruncieron de manera adorable, concentrandose en mi.
—¿Por qué tu no tienes miedo? —susurró con voz rota—. ¿Ni pesadillas? También estabas allí y te apuntaron con un arma.
Suspiré acariciando su mejilla suavemente, buscando la manera de explicarle lo que pasaba por mi mente—. Miralo desde este punto: me apuntaron pero fue él quien recibio el disparo.
—Eso no es para nada positivo, Joel —rió.
—Para mí lo es —me encogí de hombros—. Golpeé tipos al azar, no le disparé a nadie accidentalmente y te saque de allí —lo apreté entre mis brazos—. Y te tengo aquí sano y salvo, piccolo, para mi eso es el lado positivo que anula totalmente al negativo.
—Mmm —tarareo—. Comienzo a creer que tu sentido común está totalmente perdido.
Me encogí de hombros—. Vivo con Richard, supongo que algo se me pegó.
—Hablando de él, el otro día me dijo que soy tan malo con un arma como tu —arrugo la nariz con asco—. Dijo y lo cito: "Joel te debe haber pegado lo mal tirador cuando te folló, es lo único que puede explicarlo".
—Dios, que poco tacto que tiene. —reí suavemente.
Refregando sus ojos, me miró con una sonrisa—. No tengo nada de sueño y mañana no tengo clases, ¿qué te parece si vamos a dar una vuelta?
—¿Quieres escaparte de tu casa? —elevé una ceja.
—Eres una mala influencia. —rió mientras salia de la cama y me jalaba junto a él.
Rodando mis ojos, busque mi ropa, ya que solo estaba en boxers y comence a vestirme. Erick se calzó sus zapatos y coloco un abrigo sobre su pijama antes de girarse a la ventana y abrirla. Al parecer el pequeño realmente estaba ansioso por salir. De forma rápida, me coloqué mis zapatos y mi chaqueta antes de ir hacia él y treparme a la ventana. Habíamos hecho esto tantas veces que ya era experto en como caer.
Una vez en el suelo rodeé un par de veces y me puse de pie, sacudiendo mi ropa. Erick me hizo una seña desde arriba mientras sacaba sus pies por la ventana. Una vez que estuvo seguro, salió completamente y se dejo caer en mis brazos abiertos. El niño ya no tenia miedo de caer, sabía que lo atraparía siempre, lo que hablaba realmente de la gran confianza que me tenia. Yo siempre estaria allí para rescatarlo.
Saltando la cerca, escuché la risa nerviosa de Erick mientras corríamos por la calle, alejándonos de su casa hacia el lugar donde había dejado mi motocicleta. Las calles estaban desiertas y solo la luz de los faroles iluminaba el area. Había dejado mi motocicleta en el estacionamiento de un local cercano, por suerte el barrio era un lugar seguro sino ya hubiese perdido la cosa hacia tiempo.
Trepandome a la misma, le pase un casco a Erick, cortesía de su abuela cuando se dio cuenta de que no usaba las malditas cosas, y giré la llave en el encendido colocandome el mio.
—¿A donde quieres ir? —pregunte haciendo rugir al motor.
—A la fuente de los candados. —pidió mientras se trepaba detrás de mi y me rodeaba con sus bracitos.
—¿Por qué quieres ir allí?
—¿Por qué aun no nos movemos? —se burló, golpeando la parte superior de mi casco—. ¡Vámonos!
Rodando los ojos, esperé a que rodeara mi cintura con sus brazos y salí del estacionamiento hacia la carretera, directo a la plaza donde se encontraba la fuente. Era un viaje algo largo pero la falta de tránsito y la tranquilidad de la noche hicieron el trayecto agradable. Sin contar con la sensación de Erick pegado a mi espalda.
La plaza apareció en mi linea de visión una media hora despues. Erick se movió inquieto detrás de mi, diciéndome sin palabras que queria bajarse, por lo que busque con la mirada el lugar más cercano a la fuente para dejar la motocicleta. El lugar estaba vacío pero aun así me gustaba mantener un ojo en ella.
Apenas me detuve, Erick saltó a la vereda y se quito el casco, dándomelo. Antes de que siquiera pudiera sacar la llave del encendido, el moreno salió corriendo por uno de los caminos que daban al centro de la plaza. Maldije por lo bajo mientras dejaba los cascos sobre el asiento y corria detrás de él. Su abrigo rojo ondeaba con la brisa dejando ver su pijama lo que lo hacia parecer un niño pequeño emocionado por llegar a su lugar favorito.
—¡Erick, joder, esperame! —grité intentando acelerar el paso.
El aire empezó a escasear en mis pulmones y decidi en ese momento que debía dejar de fumar si no quería morir en poco tiempo. Erick jamás se quedaba quieto más de dos segundos por lo que sabía que mi vida no iba a ser para nada tranquila, no quería arriesgarme.
—¡Atrapame, Joelie! —gritó sobre su hombro antes de soltar una risita tonta. Iba a matarlo.
Iba a matarlo a besos cuando lo atrapara.
Eso si lo hacia. Malditas clases de danza que lo dejaban en forma, yo iba a terminar rodando por el pavimento y dejando medio rostro en el mismo si seguiamos así. Por suerte la fuente aparecio frente a nosotros poco después, dándome un poco de alivio. Erick se detuvo frente a la misma y se giró, sonriendome.
—Te estas poniendo viejo, Joey. —se burló.
—Mocoso. —murmuré, mientras me inclinaba poniendo mis manos sobre mis piernas intentando recuperar el aliento.
Una vez que pude respirar sin el riesgo de rasgarme un pulmón en el proceso, me erguí y caminé hacia él, apresandolo en mis brazos en cuanto estuve lo suficientemente cerca. El moreno levanto la mirada hacia mi, pidiéndome un beso silenciosamente que no dude en darle.
—¿Qué hacemos aquí? —susurré contra sus labios.
—Estamos aquí porqué decidí que voy a dejar leer el mensaje del candado. —se encogió de hombros.
—¿En serio? —asintió—. ¿Por que?
—No lo sé, solo... quiero que lo leas ahora. —se movió con nerviosismo.
—Está bien. —asentí, entrelazando nuestros dedos mientras comenzaba a caminar en busca del candado.
La maldita reja estaba tan llena de candados que nos tardamos más de quince minutos en encontrar el nuestro. Era de un tono dorado y lo suficientemente grande para tapar la palma de la mano de Erick. El moreno me miró con incertidumbre antes de tomarlo y darlo vuelta, dejándome ver el mensaje. Fruncí el ceño en cuanto logré leerlo.
—¿TPE? —pregunté—. ¿Qué...?
—Todo por él. —susurró Erick, pude ver sus mejillas sonrojadas aun bajo la luz de las farolas cuando desvio la mirada.
—¿Que significa eso, piccolo? —pregunté, sentandome en el suelo y atrayendolo a mi regazo.
—Yo... —se acomodó para poder mirarme a la cara sin problemas—. Ese día que me trajiste aquí y me contaste que solias venir de pequeño, tenias una expresión tan feliz y pacifica mientras hablabas. Era como si te hubieses ido a tu lugar feliz, me dejaste ver tu lado vulnerable sin darte cuenta —paso sus dedos por mi mejilla hasta mis labios, delineandolos con su indice mientras seguia el camino con su mirada—. Supongo que ya estaba enamorado de ti en ese momento porque me di cuenta de que habría dado todo lo que tenia por mantener esa expresión en tu rostro. Por eso compré el candado.
Lo miré directamente, observando su suave rostro bajo las tenues luces de las farolas. ¿Cómo rayos pude pensar por un segundo que Erick solo seria un chico más? El niño se habia colado bajo mi piel de forma tan facil que aun me sorprendia. Rodeandolo con mis brazos, lo jalé más cerca y presione mis labios sobre los suyos, cerrando mis ojos fuertemente en un intento de que Erick no viese las lágrimas que los desbordaban.
Porqué no importaba mi reputación, no importaba mi pasado ni quienes eran mi familia. No importaba nada más que nosotros. Porque Erick me amaba por quien era. Porque el niño lo habia demostrado cuando luego de pasar por uno de los peores momentos de su vida, no se alejó de mi. Porque lo amaba con todo mi alma.
Entonces me di cuenta de que en ese momento yo lo daba absolutamente todo por él. Porque el era mi pequeño, mío piccolo.
FIN.»»»»
y....se acabó! 😔 gracias por leer y disfrutar de esta novela conmigo.
hay muchas personas que me comentan cosas del tipo "haz una segunda temporada, no la dejes así" etc. SEÑORES, esto es una adaptación, yo no escribí nada de lo que subo, simplemente lo edité a nuestros joerick 🥺
sin embargo no todo son malas noticias;
1. la escritora escribió un capítulo extra, el cual intentaré subir esta semana. (así que atentos 👀)
2. hay....segunda temporada! pero OJO, la segunda temporada se va a centrar más en la relación de kaled (hermano de joel) y suri, ellos serán más protagonistas aunque también aparecerán los joerick.
POR ELLO, NECESITO QUE COMENTÉIS AQUÍ ABAJO SI QUERÉIS O NO LA SEGUNDA TEMPORADA (lo dicho, no saldrán tanto los joerick pero sí que se resolverán algunas cosas y habrá momentos bonitos igualmente)
según los comentarios que vaya recibiendo esta semana, cuando suba el capítulo extra, os confirmaré si subo o no la segunda temp (dependerá de vosotros, sino la novela terminará aquí 💘)
igualmente gracias por todos los comentarios bonitos, votos y lecturas de esta preciosa novela,,, espero que estéis todxs bien 🖤
ale.
««««
ESTÁS LEYENDO
𝖒𝖎 𝖕𝖊𝖖𝖚𝖊ñ𝖔 - joerick (adaptación)
FanficFire Spirit es la banda de motociclistas más peligrosa de todo México. Compuesto por cinco miembros, Joel es el segundo al mando. Cuando los enemigos de Joel amenazan la vida de Erick, nuestro motociclista tendrá que elegir entre seguir con su fach...