Capítulo diecinueve.

2K 187 13
                                    

[JOEL]

—Kaled, hermanito querido —sonreí brillantemente mientras me dirigía a donde el moreno estaba arreglando su motocicleta—. Sabes que te quiero, ¿verdad? Eres mi hermano favorito.

—Soy tu único hermano.

—Detalles, detalles —espanté sus palabras con un gesto de mano, causando que me observara con curiosidad—. Necesito saber si tu me dejarías llevar...

—No. —se volteo hacia la moto.

—Pero...

—Te dije que no.

—¡Kaled! —chillé pateando el suelo—. Solo será un ratito.

—Que no, no seas pesado, Joel —se volteó hacia mi, limpiándose las manos con un paño—. Eres la persona más irresponsable que ha pisado esta tierra, no hay forma de que te deje llevar a ese bambino al club para que luego le suceda algo y yo tenga que dar la cara por ti.

—Yo lo cuido, te lo prometo —aseguré—. Dejame llevarlo, por favor, es su cumpleaños numero dieciocho y jamás ha ido a un club.

—¿Y piensas llevarlo al The Shelter? ¿Eres idiota? —se cruzó de brazos y me miró con el ceño fruncido—. Si lo llevas allí correras el riesgo de que alguien lo ataque, sabes que hay bastantes idiotas detrás de nosotros, no seria prudente que llevaras al chico allí.

—Pero Luis, Richard y Dacel irán —replique—. Me ayudarán a cuidarlo.

—¿Por qué no me asombra que tus compinches esten en esto tambien?

—¡Hey, más respeto que...! —rodee los ojos mientras me giraba hacia la puerta, justo a tiempo para ver a Luis jalando a Richard por la camiseta y metiéndolo dentro de la casa nuevamente.

Sabia que Dacel y Suri tambien estaban allí, espiando por la ventana de la puerta, mi peticion a Kaled. Mejor dicho, los cuatro estaban como buitres esperando que sacara de quicio a mi hermano para ver como me golpeaba.

—¿Quieres que te deje entrar a un club, lleno de potenciales amenazas, llevando eso como respaldo? —hizo una seña hacia la puerta—. No sucedera, fratello.

—Oh vamos, Kaled —rogué—. Te estoy pidiendo una ultima oportunidad, confia en mi esta vez, prometo no decepcionarte.

—Ya te dije que no, no insistas.

Mierda, era un asco que tuviese que necesitar una maldita llamada de Kaled para entrar a mi propio club. Ahora, recordando por qué mi hermano habia llegado a este extremo, estaba un poco de acuerdo con ello. En su día, nadie me avisó que no podia fraternizar con el personal y habia que admitir que el barman estaba muy bien desde cualquier angulo que lo mirara.

La pequeña forma de Suri pasó a mi lado deteniendose frente a Kaled con las manos en las caderas—. ¿Qué piensas que estas haciendo, Neandertal?

—No te metas en esto, Angioletto.

—Mal por tí porque ya estoy en esto —sus brazos se cruzaron sobre su delgado pecho mientras le fruncia el ceño a mi hermano—. ¿Por qué no dejas que tu hermano crezca de una vez? Tiene veintitrés años, dejalo cometer sus propios errores.

—Él ya cometió demasiados en su vida.

—Eso no quiere decir que debas protegerlo siempre —la voz de Suri se endulzo cuando dio un paso más cerca de Kaled, colocando su mano sobre el pecho de mi hermano—. Debes dejarlo ir, no puedes protegerlo toda su vida.

—Le prometí a nuestra madre que lo haría, no puedo dejar que lo lastimen —me miró sobre la cabeza del más pequeño—. No quiero que vuelvas a caer como sucedio con Ev y May, no quiero volver a perder a mi hermanito como esa vez. Si a ese bambino le sucede algo, volveras a perderte y no quiero eso. No vas a ir a ese club.

Sentí las lagrimas acumulandose en mis ojos pero los cerre, evitando que cayeran. Sabia cuanto habia dañado a Kaled en mi etapa de depresion pero eso no queria decir que fuese a recaer. Me habia levantado sobre mis pies nuevamente y estaba seguro de que podia proteger a Erick dentro del club.
—Estas siendo irracional, Kaled. —insistió Suri—. Si tanto te preocupa, ve tu tambien y vigilalos.

—No, no creo que sea...

—Por favor, Kaled —interrumpí—. Esto es especial para mi, prometo que nada sucedera, solo dame una oportunidad.

La mirada de Kaled paso de mi a Suri y nuevamente a mi. Pude ver la guerra en su mente a través de sus oscuros ojos cafés. Luego de unos momentos lo vi suspirar y asentir suavemente.

—Está bien —acepto—. Pero iré tambien, quiero mantener un ojo en ustedes.

Me dolía que desconfiara de mi pero no podia quejarme asi que solo asenti—. Va bene.

[ERICK]

—¿Qué se supone que estas haciendo? —eleve una ceja hacia Sebas mientras lo veia moverse dentro de mi armario.
El chico saco la cabeza y me lanzó una breve mirada sobre su hombro—. Busco unos malditos jeans.

Asenti suavemente, inclinando la cabeza un poco—. Esta bien, sé que no soy la mente más brillante del vecindario pero, ¿no tendrias que estar haciendo eso en tu propio closet?

—Nop —aseguró, volviendo a su busqueda—. Joder, Erick esto esta demasiado ordenado. ¿Eres un adolescente o un viejo sin nada que hacer?

—Soy un adolescente ordenado —caminé hasta él y lo jalé de la camiseta—. Sal de ahí, desordenas mi ropa.

—No la estoy desordeanado, le doy un aspecto abstracto.

—Eso no tuvo sentido —otro jalón—. Tu ni siquiera sabes lo que significa la palabra abstracto.

—Si lo sé —aseguró—. Deja de jalar mi camiseta, la estiras.

—Es horrible de igual manera.

—Tu no sabes nada de ropa, el animal print está de moda.

—Si, pero no en tonos rosas —otro jalón y logré que saliera del armario, arrastrando toda la ropa del estante con él—. ¡Te voy a matar!

—Oops. —susurro, aferrandose a algunas prendas—. ¿Lo siento?

—Lo vas a sentir —gruñi arrojandome hacia él—. Cuando te golpee hasta que quedes del mismo color que tu camiseta.

—¡El rosa no es un lindo tono de piel!

Intento arrastrarse lejos pero lo atrape antes de que lo lograra y jalé su brazo, logrando que perdiera el equilibrio y callera de boca al suelo. Dándose la vuelta, comenzó a arrojar manotazos como un gato alterado. Intenté esquivar los golpes mientras pichaba su abdomen, para ese momento ambos estabamos gritando.

—Debo admitir que extrañaba ver esto. —deteniendo mis movimientos, levante la mirada hacia la puerta y sonriendo al ver a Gabe de pie en la puerta.

—¡Gabe! —chillé, poniendome de pie y corriendo a sus brazos abiertos—. ¿Qué haces aquí?

—¿Pensaste que me perdería tu cumpleaños, enano? —rió, besando mi mejilla sonoramente—. Ni en un millón de años.

—Que bueno que estes aquí —le sonreí mientras me alejaba un paso—. ¿Cuánto tiempo te quedaras?

—Un par de semanas —su mirada se dirigio hacia Sebas quien ahora estaba sacudiendo su ropa mientras se ponia de pie—. Hey, botón de rosa, ¿como estas?

—Perfectamente —aseguró sin prestarle mucha atención antes de girarse hacia mi—. Erick, en serio necesito esos jeans, tengo una cita en una hora.

—¿Una cita? —Gabe elevo una ceja—. ¿No eres demasiado pequeño para eso?

—Tengo diecisiete —gruño—. Y no te metas en mi vida.

—Me meto todo lo que quiera —estrecho los ojos—. ¿Como se llama el chico?

—Juancito Notemetas. —volvió a mirarme—. Sabes que, dejalo, conseguiré otra cosa.

Dicho eso, le dio una ultima mirada hostil a mi hermano y salio de la habitación. Me quede mirando su silueta hasta que desaparecio por el pasillo antes de girarme hacia Gabe, sorprendiendome ante la mirada perdida de este. ¿Acaso me habia perdido de algo?

Mi celular vibro en mi bolsillo, sacandome de mis pensamientos y me apresuré a tomarlo. "Te extraño, piccolo".
Tecleando rapidamente, respondi el mensaje.
"Y yo a ti, Jowi".

»»»»

...soy lo peor, lo sé. siempre me voy sin terminar las historias, pero a veces me canso de ellas o bien no estoy tan bien anímicamente cómo para continuarlas.

lo bueno es que ya estoy de vuelta, y como durante la cuarentena no tenía nada que hacer decidí volver para continuarlas y así, {espero} poder terminarlas.

en un rato intento subir dos capítulos más, es lo mínimo que os merecéis 🥺🤞🏼

yyyyy....gracias por seguir comentando y leyendo la novela, es lo que me ha hecho volver a retomarlas.

espero que estéis todxs bien 🖤

ale.
««««

𝖒𝖎 𝖕𝖊𝖖𝖚𝖊ñ𝖔 - joerick (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora