[ERICK]
—¡Que se lo agradeceria! ¿Puedes creer que me haya dicho eso? —gruñi mientras arrojaba uno de los peluches de Sebas hacia el otro lado de la habitación.
El rizado mastico su tostada, acomodando sus piernas cruzadas a lo buda mientras me observaba sin mucho interes—. Es un total desgraciado.
—¡Y el dia de mi cumpleaños! ¿Cómo rayos se atrevió a dejarme el día de mi cumpleaños? —tomando uno de los cojines lo puse en mi rostro y ahogue un grito—. ¡Es un desalmado! ¡Un idiota!
—¡Un burro! ¡Un infeliz! —gritó mi amigo—. ¿Cómo siquiera se atrevio a hacer algo así?
—Eso es lo que digo —arrojé el cojin—. Es increible que haya... espera un minuto —miré a Sebas quien estaba terminando su tostada—. ¿Estás siguiendome la corriente como si estuviese loco?
—No —alargo la "o"— Jamás haria algo así.
—Sebas, estoy sufriendo, comportate como mi mejor amigo y consuelame.
—Cariño, tu no quieres consuelo —miró el peluche de gatito que habia destrozado al llegar y nuevamente a mi—. Tu lo que quieres es venganza.
—Estoy confundido —me deje caer boca abajo sobre los pies de su cama—.Quiero llorar y gritar y golpear su lindo y sexy rostro hasta que no quede nada ni lindo ni sexy en él.
—Han pasado tres días, Erick, superalo.
—No quiero hacerlo —negué—. Quiero a Joel.
—Entonces ve a por él y dejame dormir. —miró su reloj—. Maldición, son las seis de la mañana, Erick,
¿acaso tu no duermes?
Levante la cabeza de sus sabanas, dejandole ver mi rostro donde tenia profundas ojeras que estaba seguro de que el chico no pasaria desaparecibidas—. ¿Tu que crees?
—Creo que lo que necesitas es dejar de fastidiarme a mi e ir a buscar a tu chico, ahora.
—Él me dijo que no lo buscara.
Rodó los ojos—. Detalles. —me dio un pequeño empujon con su pie—. Ve por él antes de que te conviertas en un verdadero zombie o me enloquezcas a mi, lo que suceda primero.
—¿Y si me rechaza?
—Un gran bote de helado y la colección de peliculas cursis de mamá te estaran esperando. —sonrió—. Ahora, vete y dejame dormir.
Enseñandole la lengua, me puse de pie y arrastre mis pies hacia la puerta principal. Bajando las escaleras, me despedi de Anne con un movimiento de mano y salí de la casa hacia el fresco aire de la mañana. Podia escuchar a tía Grace y a la abuela discutiendo sobre las flores desde el porton de entrada de la casa de Sebas. Las mujeres parecian jamás cansarse.
Saltando la cerca que separaba nuestras casas con un poco de trabajo, caí dentro del jardín trasero ganandome automaticamente la mirada de ambas mujeres.
—¿Qué haces en pie tan temprano, cariño? —pregunto mi abuela, mirandome con curiosidad.Me encogí de hombros—. No podia dormir y fui a ver a Sebas.
—Oh.
—Si —susurré. No me gustaba mentir pero era mi unica opción ya que no tenia dinero conmigo—. Yo me preguntaba si podian darme dinero, me gustaria ir a practicar a la academia ya que no creo poder dormir nuevamente.
—Seguro, tesoro, sabes que eso no es problema —tía Grace me sonrió—. Puedes tomar dinero de mi cartera o pedirle a Gabe que te lleve.
—Gabe esta durmiendo —negué—. No quiero despertarlo para esto.
—Esta bien.
Besando sus mejillas, corrí dentro de la casa y revolví el bolso de tía Grace en busca del dinero antes de apresurarme a la puerta principal. El autobus de la linea que me dejaba cerca de la casa de Joel no tardo en pasar y me subí lo más rápido que pude, temiendo que alguna persona pudiese verme y decirle a alguien de mi familia. No voy a decir que jamás habia dicho una mentira así antes pero habían sido solo un par de veces y por lo general Sebas era quien hablaba, y por lo general terminabamos sentados en alguna heladeria sin nada que hacer.
Sentándome en uno de los asientos más alejados, apoye mi cabeza en el cristal y juguete con mi celular por un rato. Mi dedo se movio automaticamente abriendo el chat con Joel, no habia borrado su numero como él me habia pedido por lo que aun tenia todos los mensajes. Tampoco habia cambiado la forma en que el chico se habia agendado.
Mirando por la ventana, vi los edificios pasar rapidamente mientras contaba las calles. El autobus iba bastante rapido por lo que no tarde demasiado en llegar. La casa de Joel quedaba a casi dos cuadras de la parada del autobus, las mismas que utilice para golpearme por haberle hecho caso a Sebas de esa manera. La falta de sueño hacia que hiciera cosas tontas, como seguir una de las ideas del castaño. Pero de todas maneras, ya habia llegado hasta allí así que no me detuve a pensar cuando llegue a la puerta y toque el timbre.
—Mira lo que trajo la corriente —Richard me sonrió brillantemente cuando abrió la puerta—. ¡Justo lo que necesitaba!
—¿De qué hablas? —di un paso atrás, temeroso.
—No voy a hacerte nada —rodó los ojos—. Pero estaba a punto de ir por ti.
Tomandome de un brazo, me jaló dentro y me arrastro hasta la cocina. Kaled, Suri, Dacel y Luis estaban alli, sentados alrededor de la mesa. Los cuatro subieron la mirada cuando entramos.
—Miren lo que encontré en la puerta —dijo Richard—. Kaled, realmente deberias ser mago, lo nombraste y apareció magicamente.
No tenia ni perra idea de que estaba sucediendo pero por la sonrisa que Suri me dedico supuse que no era nada malo.
Kaled se puso de pie, acercandose a mi antes de tomar mi barbilla y levantar mi rostro, analizandome—. Te ves igual de mal que mi hermano. —me soltó—. Ustedes dos son unos idiotas.
—Kaled. —advirtio Suri.
—Bien —gruño—. No dije nada. ¿Porque no vas a ver a Joel? Esta en su habitación.
—¿Puedo...?
—Seguro —Richard me dio un empujón hacia la puerta—. Ya sabes donde es, grita si te pierdes, suerte.
Subiendo las escaleras con lentitud, me dirigí al final del pasillo donde sabia que se encontraba la habitación de Joel. Mi mano se detuvo un segundo antes de tocar la madera, dudé sobre si estaba haciendo lo correcto. Tal vez Joel tenia razón, tal vez si me alejaba de él esos tipos no volverian a buscarme. Pero no podia quedarme sin Joel solo por miedo. Tomando un respiro, golpee con mis nudillos la madera sin recibir respuesta. Insistí un par de veces, con el mismo resultado.
Mirando sobre mi hombro, me debati entre volver a la cocina a buscar a alguien o entrar sin permiso. Con un suspiro, tome el pestillo y empuje la madera, dando un paso dentro. La imagen con la que me encontré me dejo en shock.
Joel estaba tirado sobre la cama solo en boxers. El lugar era un autentico desastre y la barba que delataba la barbilla del chico me decia que tampoco a su cuerpo le habia tocado limpieza. Ni siquiera se movió cuando entre a la habitación y cerre la puerta detrás de mi.
—¿Joel? —susurré, acercandome a la cama despacio—. ¿Vives aun?
Su cabeza se movio en mi dirección, vi sus ojos abrirse un poco cuando me vio pero educo su expresión tan rapidamente que creí que me habia imaginado su sorpresa.
—Vete. —gruño.
—Si, eso no va a suceder. —negué—. Vine a hablar contigo.
—No tenemos nada de que hablar, terminamos. Vete. —se giró sobre si mismo, dandome la espalda.
En vez de entristecerme ese gesto hizo que mi sangre hirviera. Tomando una de las almohadas que estaban en el suelo, imite una de las rabietas de Sebas mientras golpeaba el cuerpo de Joel con la misma.
—¡No me des la espalda, gran pelmazo! —grité—. ¡Vine aquí para hablar contigo y eso es lo que haremos!
—¡Detente!
—¡Pudrete, Joel Pimentel! —lo golpeé en la cabeza cuando intento levantarse, haciandolo perder el equilibrio
—. ¡Eres un gran imbecil!
—¡Para!
—¡No! —chillé—. ¡Me dejaste solo! ¡Dijiste que me cuidarias y me dejaste solo! ¡Eres un mentiroso!
—¡Erick, detente!
—¡Mentiroso! ¡Gran y asqueroso mentiroso!
La almohada fue arrancada de mis manos y sus brazos me rodearon rapidamente, tirandome hacia su cuerpo. Me desmorone en su regazo, sin poder detenerme. Me sentia mal, tanto fisicamente como sentimentalmente. Las lagrimas ya rodaban por mis mejillas para entonces, Joel solo me sostuvo mientras lloraba lo que habia estado conteniendo por tres días.
—No me dejes —supliqué—. Por favor, Joel, no me dejes, te necesito. No me dejes.
—No, bebé —susurró—. No ruegues, no por mi, no lo valgo.
—Lo vales. Rogaré si es necesario pero no me dejes.
—Shhh —acarició mi cabello suavemente—. Ya no llores, piccolo, no pasa nada.
—Me dejaste solo, Joel —murmuré contra la piel de su cuello—. Lo prometiste, ¿porque me dejaste?
—Es lo mejor para ti, pequeño. Te prometo que estarás mejor, solo debes seguir con tu vida y olvidarme.
—¡Yo no puedo olvidarte, imbecil! —chillé—. No quiero olvidarme de ti.
—No lo hagas más dificil. —pidió, podia sentir el llanto en su voz aun sin ver su rostro—. Te pedí que no me buscarás, cariño, queria evitarte el sufrimiento.
—¡Me rompiste el corazon cuando me dejaste! —grité—. Es tu obligación repararlo ahora.
—No, bebé, no puedo —negó. Me separo de su cuerpo—. Debes irte. Le pediré a Kaled o a alguien que te lleve hasta tu casa.
Di un par de pasos tambaleantes hacia atras, chocando con las puertas del closet. Apoyando la espalda en ellas, me deje caer hasta el suelo y atraje mis piernas hasta mi pecho, abrazandolas y enterrando el rostro en ellas. Los sollozos rompían mis labios y no sabia como detenerme. Tenia tanto miedo pero no de lo que me pudiesen hacer esos tipos, habia superado eso la primer noche, si no de quedarme solo. De que Joel ya no me quisiese más.
Luego de lo que me parecieron horas, levante la mirada y apoye mi barbilla en mis rodillas, encontrandome con la mirada llorosa de Joel.
—¿Me quieres, Joel? —susurré.
Sacudio la cabeza—. No, no hagas eso, Erick.
—¿Me quieres, Joel? —repeti con más firmeza.
—Sabes la respuesta a eso.
—Entonces no me dejes, por favor. —gatee hasta quedar a un lado de la cama, mirando hacia arriba a su rostro—. Por favor, no me dejes, te necesito.
Joel se mantuvo firme por varios minutos antes de que un sollozo escapara de sus labios. Estiro sus brazos hacia mi—. Ven aquí, mi pequeño testarudo.
Me lancé a sus brazos, encantado. Escondiendo mi rostro en su cuello, deje que toda esa pesadez que habia estado cargando se desvaneciera—. Ya no me dejes, ¿si? Mi pecho duele si estas lejos.
—El mío tambien, piccolo —susurró—. Lo siento, es solo que me volvería loco si te sucediera algo por mi culpa.
—Seré valiente, te lo prometo —aseguré—. Solo... ya no te alejes de mi.
Me dio una sonrisa temblorosa, dejando un suave beso en mis labios—Ya no volveremos a separarnos.
—¿Nunca?
—Nunca.»»»»
primero de todo, agradeceros el apoyo que habéis mostrado por la novela, en menos de 15 horas ya había más de 70 votos en el capítulo de ayer, así que os lo habéis ganado, más tarde os subo el siguiente capítulo 🖤
segundo, no adorais lo dramáticos que son estos dos?
ale
»»»»
ESTÁS LEYENDO
𝖒𝖎 𝖕𝖊𝖖𝖚𝖊ñ𝖔 - joerick (adaptación)
FanfictionFire Spirit es la banda de motociclistas más peligrosa de todo México. Compuesto por cinco miembros, Joel es el segundo al mando. Cuando los enemigos de Joel amenazan la vida de Erick, nuestro motociclista tendrá que elegir entre seguir con su fach...