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Capítulo 002 Part 2.

Al llegar al instituto todo el mundo se nos quedó mirando, no era de esperar pues estaba llegando con el mismísimo Jeon Jungkook y que llegara conmigo, una chica menor que el por dos años y siendo así yo la delegada de mi clase daba a mucho que pensar...

- Oye galán, creo que con que me dejes aquí está bien – le dije mirando por la ventana.

- ¿Algún problema? – me miraba con duda – no es que quiera obligarte a algo, pero quisiera ir contigo a dejarte en el salón.

Dicho esto solo pude mirarlo unos segundos y luego meditar antes de dar mi respuesta. Pero el sexy chico se me adelanto y ya estaba abriendo mi puerta.

- En serio, no tienes que hacerlo – lo mire mientras me bajaba de la Hilux – ya con llegar contigo es llamar la atención – hice una seña con mis ojos para que notara que las personas que estaban alrededor nos miraban.

- Ya entendí – volteo a mirarme – ¿tienes medio de que comenten cosas que no son? – pregunto mirándome con esa sonrisa ladina.

- No es miedo tonto y sobre que supongan otras cosas a mí me da igual – baje mi cabeza.

- ¿Entonces qué es? – pregunto recostándose de la Hilux.

Justo antes de responder apareció la persona que menos quería que apareciera en este mundo... Kim Namjoon... Mi ex...

- Vaya vaya, pero mira lo que tenemos aquí... Una pequeña traviesa hablando con lo más deseado del instituto – hablo mirándome de arriba abajo y mirando a Jungkook.

- Para Nam, ya me iba... - dije mirando de reojo a Jungkook – no es lo que piensas pedazo de mierda. – lo mire con rabia y me di media vuelta antes de decir algo que de seguro dejo sorprendido a uno y hecho una furia al otro. – Jeon Jungkook, gracias por lo de anoche, espero que se vuelva a repetir.

No sé en qué estaba pensando en ese momento, pero solo sé que actué con rabia y sin mirar atrás seguí caminando mientras todos me veían como si fuera un extraterrestre o algo por el estilo. Llegando al salón pude divisar a mi amiga sentada en la ventana y como siempre guardándome mi lugar, toque la puerta esperando por la profesora.

- Señorita Kim, estas no son horas de llegar – me miro seria – solo la dejare pasar porque su amiga me dijo lo ocurrido.

Me limite a decir unas gracias en susurro mientras caminaba a mi puesto sintiendo en mí todas las miradas de mis compañeros.

- ¿Dónde carajos estabas Nae? – pregunto alterada – No sabes la estupidez que le tuve que decir a la profesora.

- Antes de decirte, – la mire – ¿qué fue lo que le dijiste? – pregunte curiosa.

- Aff! Que tuviste que devolverte a mitad de camino porque a mí se me olvido una carpeta en tu casa – susurro mirando a la ventana – y que era muy importante así que como buena amiga que eres decidiste devolverte.

- Wow! – la tome de la mano – Gracias Momo, no sabría que hacer sin ti. – saque mis libros y justo cuando iba a buscar la página donde estaban los demás ella hablo.

- Ahora me explicaras, ¿qué hacías llegando con Jeon Jungkook verdad? – entrecerró los ojos y me miro más curiosa que nunca.

- Ah, este bueno... – justo cuando iba a seguir hablando la profesora interrumpió.

- Como sabrán la semana que viene tienen exámenes y solo les quiero recordar que la hora de llegada tiene que ser puntual por ende, necesito que la delegada de la clase llegue antes que todo para organizar las pruebas y los asientos en donde estarán – me miro algo seria y solo asentí en su dirección – Así que, cuento contigo Kim Nae.

Y así quedo mi respuesta en el aire. Momo no volvió a preguntar ya que ella a veces se le olvidaba las cosas, pero sabía que tarde o temprano volvería a hacerlo. Y allí estábamos en nuestra última clase y con ganas de irme a casa para descansar de este tan ajetreado, pues estuve súper ocupada organizando los próximos torneos de básquet y voleibol para el siguiente mes y tuve que ir a reuniones con los profesores sobre los próximos exámenes antes de la semana de vacaciones, así que casi ni estuve con Momo y ni siquiera volví a ver a Jungkook. Al escuchar ese precioso sonido de la campana me apresure en guardar todas mis cosas y salir al patio con Momo.

- Entonces te pasare las preguntas principales del trabajo y nos reuniremos después – le dije entregándole las hojas de lo que tenía adelantado del trabajo de psicología.

- Ok está bien, pero que no se te olvide Nae – dijo mirándome – ah y recuerda se acercó a mi oído – Aun no olvido el que hayas llegado con Jeon ok? Tendrás que decirme luego... Nos vemos mañana ¿está bien? – Me dio dos besos en la mejilla y de forma automática devolví el gesto.

- Claro – sonreí y me encamine hacia mi casa. Luego de unos largos 30 minutos llegue a casa. Al entrar en mi habitación, me quite el bolso y la chaqueta, los deje sobre la cama y me mire en el espejo por un momento; algo llamo mi atención... ¿acaso, Jeon Jungkook estaba viéndome por la ventana?, ¿C-cómo? Aun sin creerlo quise voltear, pero primero tenía que tranquilizarme. Cerré los ojos y volví a mirar a través del espejo y ya no estaba... ok, era solo mi imaginación pensé pero para ser sincera ya hace unas semanas me estaba sintiendo observada y era extraño porque nunca había nadie... Hasta algunas veces como había comentado antes sentía que a veces estaba el cuerpo de alguien en mi cama, no se lo había mencionado a nadie excepto a Momo, porque si le dijera a alguien exterior no me creería...

Suspiré y me reí de mis ideas locas, así que comencé a quitarme la ropa e ir a darme una ducha para relajarme y quitar el estrés.

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Al fin llego. Se veía tan hermosa, aunque se veía mucho mejor sin nada de ropa pues antes de ello tuve que esconderme porque note que me vio por el espejo, sin embargo, pensó que era su imaginación. Sonreí al ver como empezaba a desvestirse lentamente... odiaba estar tan lejos de ella; quería ver su cuerpo de cerca, tenerla conmigo, besarla, follarla duro para luego hacerle el amor una y otra vez, volverla loca hasta el punto de que me suplicara por más... Suspiré, necesitaba relajarme ya mi miembro estaba hinchado de solo imaginar. Tome un poco de vino y la observe con esa sexy ropa interior negra que resaltaba su figura, las líneas de sus bragas eran tan finas que podría romperlas con facilidad.

El tirante izquierdo del sujetador estaba a punto de caerse, mordí mi labio inferior mientras bebía un poco más de vino, empezó a jugar con los tirantes casi quitándoselos; solté un gemido involuntario y me recosté un poco más del sillón, verla así me estaba matando hasta que vi como agarraba su toalla de baño e iba caminando a tomar una ducha, pero aproveche en admirar ese gran trasero el cual me dieron unas ganas de azotarlo y follarlo hasta escucharla gritar mi nombre.

Suspiré algo frustrado por no poder tenerla conmigo, así que repetí su acción, tome una toalla y me dirigí al baño a bajarme esta calentura que ella había ocasionado.

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