Me sentía cansada, casi no podía mantener mis ojos despiertos, pero luego lo vi, sus ojos concentrados en la carretera, su mandíbula tensa –sabía que algo le molestaba–. Así que coloque una de mis manos temblorosas en su muslo y Jungkook me miro relajando cada musculo de el y regalándome una pequeña sonrisa. Llevábamos más de tres horas en camino a una casa que Jungkook alquilo, el viaje a las costas de Corea fue corto, pero viajar en avión era tedioso, no lo sé, pero mi cuerpo reaccionaba así.
- ¿Llegaremos pronto? –comencé un suave movimiento en su muslo, nada obsceno.
-Pronto. –miro mi mano y luego a mí–. Sigues haciendo eso y no creo que lleguemos muy lejos. –soltó una risa que me hizo temblar.
-Lo siento. –quite mi mano y baje la cabeza. Su mirada me hacía sentir cohibida.
-No tienes porque Nae. –coloco mi mano de nuevo en su muslo–. Me gusta. –me miro y volvió su vista al frente pisando el acelerador.
No sé en qué momento me empecé a sentir bien a su lado, entendí sus patrones, si lo hacías molestar se convertía en un Jungkook distingo como si estuviera segado por alguien; si todo iba como él lo quería te recompensaba, pero si lo desobedecías te castigaba. Yo opte por obedecer –llámenme masoquista– pero esas pequeñas acciones dulces que me dedicaba cuando no estaba molesto eran como un pase gratis a mi corazón y era lo que me hipnotizaba del descontrolado de Jungkook.
- ¿Estás aquí? –la voz melódica de Jeon me saco de mis pensamientos volviéndome a la realidad.
-Estoy aquí. –le devolví una sonrisa a medias– ¿Está todo bien? –di un pequeño apretón en su muslo y este soltó un suspiro que no pase desapercibido.
-Estamos llegando. –carraspeo– Nae de verdad estoy a punto de detener el auto y follarte aquí mismo. –me miro rogando que lo dejara hacer.
-Entonces apresúrate en llegar para que lo hagas. –sí, fui atrevida, pero verlo así de afectado por un simple movimiento mío me puso a mil.
-Joder. –dijo por lo bajo aumentando la velocidad del auto. –Joder.
Acelero lo más que pudo y cada cierto tiempo me veía de reojo, yo comencé a morderme el labio inferior y sentí como Jungkook se removió incomodo en su asiento, quise ser un poco más traviesa y elevé mi mano un poco más, cerca de su amigo que empezaba a crecer.
-Dios Nae. –quito una mano del volante para detener la mía. –En serio, si sigues así parare el puto auto. Lo mire y le susurre un está bien para luego colocar mi mano sobre su miembro.
-Entonces apresúrate a llegar Jungkook. –su nombre me salió casi como un gemido y Jungkook volteo a verme sorprendido por mi acción y mis palabras.
-Traviesa. –reí volteando a la ventana. –Veremos si sigues riendo luego de que te haga mía.
-Estoy segura de que no. –no sé de donde me salió tanta valentía, pero me sentía bien, me gustaba retarlo.
Después de los veinte minutos más largos de mi vida llegamos a una especie de cabaña alejada pero perfectamente cerca de mar. Jungkook ni siquiera me dio tiempo de bajarme del auto cuando ya lo tenía sobre mi besándome como fiera. Suspiré por sorpresa, pero le seguí el ritmo, hasta que no pudimos más y nos separamos por falta de aire.
-Toma. –me dio las llaves de lo suponía que sería ahora nuestra casa–. Te quiero en la habitación sin ropa y de rodillas frente a la cama. Espera por mi mientras guardo todo. –asentí mirándolo y deposité un beso en la comisura de sus labios antes de salir corriendo al interior.
Observe todo rápidamente y note que era más hermosa y amplia de cómo se veía por fuera, subí las escaleras y me dirigí a la habitación que supuse que era la principal –era súper grande–, casi caí al ver la hermosa vista que tenía al mar.
- ¿De dónde sacaste dinero Jungkook? –pregunté para mí y comencé a desvestirme. Cuando todo estaba listo escuche unos pasos cerca y sabía lo que se aproximaba.
-Eres perfecta cuando me obedeces –se acercó a mi lentamente. –Pero me molesta que a veces no seas así –su mirada se oscureció haciendo estremecer.
-Jungkook... -susurre viendo cómo se arrodillaba frente a mí.
- ¿Crees que con esa actitud que te has prometido mostrarme me harás cambiar de parecer? –mierda, ¿Cuándo se dio cuenta?
-Yo no... –pero su risa interrumpió lo que iba a decir.
- ¿De verdad creíste que... que actuando como una sumisa te dejaría ir? –su risa era tan escalofriante que se escuchaba como otra persona –Estabas jugando conmigo... -su mirada cambio a una de traición y fue allí que me di cuenta de que estaba cometiendo un gran error al creer que cambiaría por notar mi actitud.
-En serio, -hable nerviosa. –Yo no estaba engañándote Kookie –eso ni yo me lo creía. –No es lo que piensas. –este me miro dolido y espero lo peor.
- ¿Sabes una cosa Nae? –negué casi llorando en su dirección –Odio, en serio odio que me utilicen. ¡Maldita sea lo odio! –levanto su mano y pensé que me golpearía, sin embargo, la coloco en mi mejilla empapada –Pero el simple hecho de que estés haciéndote la sumisa me pone jodidamente duro –su mano fue bajando a uno de mis pechos y acerco su boca a mi oído. –Hoy harás todo lo que quiera.
-Jungkook yo... -pero su mirada me advirtió que no hablara.
-Así me gusta –desvió su mirada a la cama detrás de mí. –Ve y recuéstate.
En seguida me dirigí a la cama sin mirarlo, el simple hecho de ver la oscuridad en sus ojos me ponía nerviosa; me subí a la cama y me recosté bocarriba colocando mis codos para darme apoyo y mirarlo.
-Tan dulce –quito el cinturón de su pantalón –Pero hoy no te dejare tocarme. –agarro mis manos y las coloco sobre mi cabeza, luego con el cinturón rodeo mis muñecas haciendo la presión suficiente, pero sin llegar a lastimarme.
- ¡Kook! –gemí al sentir la invasión de sus dedos en mí.
-Tan lista para mí. –susurro en mi oído. –Quiero que siempre seas mía Nae, no espera, ya lo eres –rio– Siempre serás mía, cueste lo que cueste.
Y sin previo aviso entro en mi haciéndome arquear la espalda. Jungkook no se describía como alguien dulce a la hora de tener sexo, él era quien mandaba y quien dirigía el acto; su poder dominante llamaba mi atención y quería más de él, pero luego llegaba la culpa, la situación en la que me encontraba y pensaba "¿seré yo la que está enferma?" porque si, pensar de esa manera de la persona que te acoso, golpeo y secuestro era enfermo, pero allí me encontraba gimiendo de placer y pidiendo más, enfermizamente pidiendo mucho más...
-Quiero tocarte –dije sin aliento mirándolo como me besaba cerca del vientre. –Jungkook... -gemí al sentir su mordida en mi muslo derecho.
-No lo harás nena, -volteo a mirarme mientras se acercaba lentamente a mi intimidad. –Hoy estas castigada por mentirme. –ok, se me olvido como se respiraba cuando sentí su lengua en mi centro; gemí, me retorcí y lloriqueé por querer tocarlo, pero cuanto más le rogaba, más jugaba con mi centro. Me sentía húmeda, me sentía cansada y ya estaba a punto de correrme.
-Me vengo Kook... -avise gimiendo ya sin fuerzas.
-Entonces hazlo. –gruño volviendo a su trabajo sin dejar de mirarme, y yo sin pensarlo dos veces me deje llevar por sus exquisitos movimientos de su lengua.
- ¡Jungkook! –grite su nombre al correrme y este se saboreó todos mis flujos. Para luego levantarse y mirarme fijamente.
-Quiero que sepas que no me gustan las mentiras Nae. –se acercó para quitarme el cinturón. –Así que abstente a fingir conmigo chiquita. –levanto mi mentón para que lo viera directamente a los ojos. –Y si es así, habrá consecuencias. –me beso con furia y haciéndome saber que él mandaba.
Observe sus tatuajes, sus brazos bien formados y su espalda ancha, tan embelesada que apenas note cuando me cargo al baño y sin más me dejo en el baño y desapareció; luego de mi ducha de diez minutos me metí a la cama esperando por Jungkook, pero lo único que obtuve fue decepción a escucharlo al otro lado de la puerta.
-Duerme Nae, saldré. – y sin más se fue, dejándome sola y perdida en mis pensamientos...
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غموض / إثارةAtractiva, sensual, carismática, sensible, responsable y podría seguir todo el día así... Kim Nae, la delegada de su clase y líder del club de deportes. Es simplemente perfecta y sé absolutamente todo sobre ella... Inicio 10/11/2019 Final 15/03/202...