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Capítulo 037.

1 año luego de la salida del psiquiátrico.

Kim Nae, había logrado muchas cosas en este último año, consiguió un trabajo, estaba en la etapa final de sus estudios para pronto entrar en la vida universitaria. Quien diría que aquella chica que tanto sufrió volvería a una vida normal...

El empezar la vida de cero le hizo muy bien para su desarrollo como una persona adulta, hacerse cargo de todo de ella era algo normal pero ahora iba en serio, trabajo, estudios y responsabilidades. Y es que todo iba de acuerdo al plan de Min Yoongi, espera que se fuera del país, pero lo que el no sabia es que ella no tenia planeado dejar aquel país donde creció.

- ¿Estas bien? – le pregunto su compañera de trabajo – Oh Nae, otra vez andas observando como boba ese hotel.

Si, ese hotel que ella tanto soñaba trabajar algún día y lo iba a lograr.

-La que quedara boba serás tu cuando me veas trabajando allí. – dijo con mucho entusiasmo.

-Vale chica lo que digas, tenemos que atender aquellas mesas así que mueve esas piernas.

Aquella chica tenía razón, no podían ni parar cinco minutos porque inmediatamente entraba mas gente a la cafetería; siendo la mas popular entre todas ya que se encontraba frente a uno de los hoteles más prestigiosos de Seúl Golden's JJ, ese era su sueño trabajar allí.

Luego pasadas las 7 pm, Kim Nae se dirigía a su departamento y aunque se sentía bastante cómoda -ahora con un pequeño gatito- no podía evadir el hecho de que nunca más volvió a ver a Seokjin y talvez si había sido real las palabras que escribió el tal M.Y en esa carta. El chico se hizo cargo de Nae hasta que no necesito mas ayuda y de un día a otro desapareció del mapa. Por una parte, se sentía triste ya que había sido la única persona que la ayudo y estuvo con ella, pero, por otro lado, lo entendía, solo fue una ayuda... -eso es lo que ella pensaba.

Como todas las noches, daba de comer a la pequeña Cleo y luego tomaba un baño de espuma para dispersas esos pensamientos incoherentes.

- ¡Cleo ven aquí, ya esta tu comida! – llamo y en segundos apareció la pequeña bola de pelos. Nae la miraba con adoración pues esa chiquita ya la había salvado de varios ataques de ansiedad.

Tan pronto comenzó a comer, Nae tomo sus cosas y fue a la habitación, preparo la bañera y poco a poco se empezó a quitar la ropa mirándose al espejo. Siempre, desde que comenzó a verse en el espejo sentía una presencia o mas bien, como si alguien la estuviese observando. Lo peor, era que se sentía bien, le gustaba esa sensación, pero no había nadie, su departamento era el último así que era imposible que alguien la observase.

Entro a la bañera con el agua tibia y llegaron de nuevo aquellos recuerdos incoherentes.

- ¿¡KIM NAE, ¿¡DONDE COÑO ESTAS!? – esos gritos.

- ¡BASTA JU..., TRANQUILIZATE! – jamás terminaba de escuchar el nombre.

-Buen escondite querida... – tenia hasta miedo de sus propios recuerdos.

Asustada se levanto y con la respiración agitada llamo a Cleo, esta llego al poco tiempo y la miro con esos ojos verde-azulado.

-Gracias por estar aquí. – la gata maulló sin entender realmente lo que sucedía.

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1 mes después.

Faltaban solo meses para que Kim Nae tuviera su graduación y pronto estaría dentro de la mejor universidad de Seúl.

- ¿Tienes todo preparado? – pregunto su compañera de trabajo.

-Si, solo me falta terminar de atender la mesa tres. – respondió la menor dirigiéndose a dicha mesa. Al llegar se sintió un poco cohibida por la mirada de aquel moreno.

-Señorita... Nae, ¿puedo llamarte así? – a sus ojos aquel chico parecía un modelo -pero hasta lo más hermoso esconde secretos- y su sonrisa podría matar a cualquiera. – Si no tienes problema claro.

La chica asintió un poco sonrojada.

-Ya Tae, mira como se puso. – dijo el chico que estaba de acompañante. – Quiero un americano frio y un brownie. – Nae anotaba con rapidez y se atrevió a preguntarle al otro chico.

- ¿Usted va a pedir algo? – el antes nombrado Tae la miro y sonrió nuevamente.

-Un brownie con helado esta bien. – ella asintió y salió casi corriendo de la mesa. Al llegar a la barra dio las ordenes y se quedo observando la mesa tres. Eran simpáticos los dos y la risa del segundo chico era demasiado contagiosa pero cierta persona la sacó de hipnotismo.

- ¡Hey! – su compañero Vlad llego cerca de ella y la miro. – Deja de verlos mujer, pensaran que quieres irte con ellos. – aquel chico era todo lo que necesitabas para que te trajera a la realidad. – Además no creo que se fijen en ti amiga. – Nae lo miro sin entender.

-No entendiendo lo que quieres decir. – esta lo miro confundida.

-Oh, pero que lenta eres. – le dio una palmadita en la cabeza. – Esos dos, vienen del hotel.

Nae tardo un poco en procesar lo que decía, pero luego cayo en cuenta.

-No puede ser. – llego sus manos a la boca y se asusto cuando Vlad le dijo que estaba lista la orden. – Eres loco, como voy a ir de nuevo. Hace rato me comporte como estúpida que ni siquiera pudo responder.

Era verdad la pobre se sentía ahora mas cohibida que antes, puesto a que toda persona que salía de ese hotel es porque eran de alto régimen.

-Bueno ya verás tú, ahora ve y lleva la orden que te tardas. – resignada camino lo mas lento posible. Al llegar a la mesa los dos chicos dejaron de reír y la miraron.

-Gracias. – dijo el que la había salvado del coqueteo del moreno. – La cuenta ponla a nombre de Hoseok y no te preocupes por los datos personales, ya he venido varias veces. – la chica asintió y entrego las órdenes.

-Gracias linda. – dijo el moreno sonriendo.

Nae dio una reverencia y se alejo lentamente de la mesa.

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Como siempre a las 7 pm ya estaba saliendo del trabajo. Al cerrar el café noto un audio todo polarizado y del salió un chico como de unos veinte y tantos. Su piel era pálida, su cabello negro y se veía extremadamente escalofriante y sexy a la vez.

Ella sin quitar la mirada de aquel chico tropezó con su auto y la alarma se activó. -Putas- pensó ella al pensar en la estupidez que cometió. Al incorporarse noto que el pelinegro la veía atentamente -ojos de gato- susurro desviando la mirada y entrando al auto, su respiración era agitada, no sabia porque, pero la mirada de aquel chico generaba un aire de superioridad y dominio.

Algo agitada aun por el encuentro Kim Nae llego a casa y fue directamente a darse una ducha bien fría, hoy habían pasado cosas extrañas y eso... la intrigaba. Pero agradeció que todo pasara hoy porque mañana sería un nuevo día he iría a inscribirse en la universidad.