Capítulo 030.

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Me encontraba en un callejón sin salida. Podía oír como llamaban mi nombre, pero me era imposible avanzar, volteé a la derecha y vi una puerta esta se encontraba medio abierta.

-Nae... - alguien llamo a mi nombre. – Kim Nae...

Esa voz, sabía que era Jungkookie, pero...

- ¡Jungkook! – grite entrando por la puerta. - ¡Jungkookie! – todo estaba absolutamente oscuro y pasaba una corriente de frio horrorosa.

- ¡Nae! – otra vez... - ¡Despierta Kim Nae! – y....

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- ¡Kim Nae, despierta por favor! – mis ojos se fueron acostumbrando a la luz de la habitación. - ¡Gracias a Dios! – un suspiro de alivio salió de la boca de alguien.

-Doctor Jung, las medicinas... - ¿doctor? ¿medicinas? ¿Dónde estoy?

-Déjenme a solas con la paciente. – escuche como unas cinco personas se iban de la habitación. – Señorita Kim Nae, ¿sabe dónde está?

Sin dejar de mirarlo negué con la cabeza sin entender todavía la situación en que me encontraba.

-Bien. – se levantó con cuidado de mi lado. – Quiero que te recuestes del respaldo de la cama...

Mi mente quedo en blanco al escuchar aquello y recordé...

-Te quiero recostada del respaldo de la cama. – dijo mirándome serio.

-Kookie, no me hagas daño... - le suplique aun de rodillas.

-Cariño, jamás te haría daño alguno. – siempre con esa mirada que lograba convencerme hasta de lo más mínimo. – Ahora ve, antes de que pierda la paciencia...

Volví a la puta realidad cuando sentí el toque del doctor en mi pierna.

-Hey! – estaba muy agitada. – Tranquila, solo te estaba sacando de un trance. – respire profundo mirándolo con cautela. – No tienes por qué dudar de mi Nae, soy yo quien te cuidara.

Ladee la cabeza hacia un lado sin entender un él porque estaba allí.

-Yo... ¿q-que hago a-aquí? – perfecto tartamudeando.

-De eso te quería hablar. – mire como hizo una seña a una esquina de la habitación y voltee rápidamente, una cámara. – El señor Min entrara para supervisarme y quedar como testigo de lo que te diré.

- ¿Señor Min? – pregunte más confundida que nunca.

-Sí, el responsable de Jeon Jungkook. – y recordé todo. Las personas que entraron a la casa, aquellos dos chicos que me drogaron, los movimientos de avión que sentí, pero luego me volvieron a drogar. No estaba secuestrada... ¿o sí?

Mi siguiente pregunta quedo interrumpida por el sonido de la puerta abriéndose. Un chico unos cinco años mayor que yo –suponía–, pálido como un papel y con una cara de matón que no sabía si confiar o no.

-Buenas noches doctor Jung. – hizo una reverencia y me miro. – Nae, ¿Cómo te encuentras? – esto era súper raro para mí, nunca lo había visto en mi vida y me hablaba como si fuéramos amigos.

-Bien... - me limite a responder mirando hacia la ventana.

-Ok, entonces empecemos. – coloqué toda mi atención en el doctor, pero antes de reojo vi como el señor Min me veía con algo de... ¿lastima tal vez? – Señorita Kim, debo decirle que usted consiguió llegar aquí en un buen estado físico, aunque con algún hematoma cerca de la clavícula y el cuello. –la caída–. Bueno vayamos al grano, usted se encuentra en el psiquiátrico en las afueras del centro de Corea.

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