IV

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- Maldita sea Jungkook.- Le dijo su madre. Cuando ambos jóvenes habían llegado de la escuela ella estaba allí, en su casa.

Taehyung ignoraba la discusión mientras estaba en el sillón con un móvil que parecía robar toda su atención, y bueno Jungkook tampoco tiene idea de dónde sacó el aparato.

- Ya te expliqué, desde hace unas semanas se está quedando aquí- rodó los ojos mientras evadía a su madre que lo intentaba perseguir por la sala de la casa.

- ¿cuál es tu habitación?- Le preguntó de manera atacante a el joven de rizos. Éste levantó la cabeza, mirando a la señora Jeon.

Jungkook se tensó, en lo poco que lleva con el demonio a su cuidado, tendría miedo de hablarle así a Taehyung. Y bueno la señora Jeon no notó como un brillo de ira en los ojos del ser se hizo presente mientras digería la pregunta.

Sin embargo, una dulce sonrisa apareció en su rostro, ofreciéndole una imagen buena a la señora.

- En la habitación de su hijo por lo mientras, pronto compraré mi cama y me instalaré en la habitación de a un lado - su voz era amable incluso, Jungkook casi creía que el ser era tranquilo por dentro.

Casi.

Hasta que miró la parte inferior de el ojo izquierdo de Taehyung temblar.

Ahora, casi ríe de el demonio y su esfuerzo por no hacerse respetar.

Cuando pensó que le había lanzado a su madre y la discusión había terminado, ella se volteó nuevamente hacia él.

- ¡Aún así Jeon Jungkook!, puede que vivas sólo pero soy tu madre y...-

- La casa la pago yo con mi empleo, y la renté yo, di el adelanto yo, ¡me mantengo yo!, puede ser un pequeño departamento, ¡pero es mío!.-

-¡Pero aún eres menor de edad, y bueno me quedaré aquí hasta que no se vaya!- el joven abrió los ojos en sorpresa.

Miró de reojo a Taehyung.

Ayúdame.

Fue un pensamiento, sin embargo los ojos del contrario se volvieron púrpuras brillante, como cuando se molestaba con él. Instantaneamente el móvil de su mamá comenzó a sonar.

La señora tomó el teléfono para mirar el remitente, sus ojos se abrieron y un poco de preocupación se asomó en su rostro. contestó la llamada y se llevó el teléfono a su oído.

- Junghae- quiero decir Señor Lee.- silencio. Jungkook miraba a su madre y como su tono de voz era más dulce, coqueto, y pasó a mirar a Taehyung, el último también observaba a su mamá detenidamente, sin titubear ni parpadear, ni si quiera respirar.

- Estoy en Daegu... no... si claro, tomaré el próximo tren hacia Busan... está bien.- colgó la llamada y empezó a tomar sus cosas de nueva cuenta.

- Me voy, mi jefe me llamó.- dijo apurada corriendo por toda la estancia.

- ¿Tu jefe? A claro, con quien engañaste a papá ¿No?- dijo Jungkook retándola.

Y es que era así, a pesar de todo, durante el divorcio, su madre ganó su custodia y la de su hermano. Aunque la única persona que sentía que lo quería era su padre. Pero desde el día del último juzgado no lo vio más. ¿Y lo peor? Su madre había sido culpable de todo.

La señora lo miró pasmada, caminó hasta él de forma apresurada y le dio una bofetada, volteando su rostro completamente.

La mano de Jungkook viajó hasta la mejilla recién golpeada sin regresar su rostro.

Demon's Witch. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora