XII

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-No mamá, ya tengo planes para mañana - repetía el menor. Jungkook llevaba hablando cinco minutos con su mamá, explicándole que no podría ir para las fiestas navideñas.

-Está bien, ¿que ha pasado con tu amigo Taehyung?  ¿Se ha ido?  Por que si no.. -

La llamada fue cortada por Jungkook.

Rodó los ojos y lanzó su teléfono en la mesa, aún comiendo de sus cereal con leche.

Taehyung lo miró con una ceja alzada.

-¿Celebrarás navidad? - le preguntó tambien sentado en una de las sillas del comedor. Comiendo de un tazón co uvas rojas.

-No. No tengo ningún plan, mi mamá está loca si piensa que iré a casa a festejar las fechas más hipócritas del año- le dijo al demonio, se levantó tomando su tazón que antes de tenía cereal, lo colocó en el fregadero empezando a limpiarlo.

-¿y por qué no festejas? - le preguntó levantándose de la mesa, caminando al rededor de ésta.

- No sabía que te interesaba el nacimiento de Jesús - le dijo a Taehyung divertido aún lavando el plato.

- Las fechas son incorrectas, el veinticuatro es un día cualquiera con comida y regalos en exceso, los mortales usan el pretexto de la historia religiosa, pero eso no fue lo que pregunté Jungkook - dijo con ligera molestia su espalda en el refrigerador.

Jungkook suspiró.

- N-no me gusta celebrar estas fechas y eso, además no es como si tuviera con quien--murmuró lo último - p-pero aunque tuviera con quien no lo haría. Y así. - culminó para salir de la cocina dejando sólo al demonio.

Taehyung asintió a la nada siguiendo a Jungkook, que se recostó en su cama.

- llevo dos días de vacaciones y ya no sé qué hacer para divertirme-- le confesó al demonio.

Taehyung miró el cuerpo del menor. Con nuevas marcas en el cuello y mandíbula.

- ven - le dijo mientras se sentaba elegantemente en su trono negro.

Jungkook de inmediato acató la orden. Corriendo hasta los pies de él demonio. Se sentó sobre sus tobillos mirando atento a Taehyung, como se había vuelto costumbre, recostó su cabeza sobre uno de los muslos del demonio.

El mayor llevó una de sus manos a los cabellos del pelinegro y los acarició, sintiendo como el menor frotaba su cabeza contra la palma del mayor dándose a sí mismo mimos cerrando sus ojos ante lo bien que se sentía.

-mañana por la mañana y una parte de la tarde no estaré-- le avisó. Jungkook de inmediato abrió sus ojos.

-¿Qué?  ¿Por qué? - los ojos del menor brillaron un poco. Taehyung le pidió a Satanás porque Jungkook no llorara.

-Hey tranquilo Kookie, sólo será un rato. Recuerda que yo tengo mis deberes, solo iré a solucionar y dar algunas ordenes es todo. Sabes que puedes llamarme si me necesitas- dejó crecer sus uñas para dar pequeños movimientos sobre el cuero cabelludo del menor en un masaje para que lo relajara.

Jungkook asintió.

-Bien TaeTae. ¿Puedo ir de compras? - le preguntó con una sonrisa inocente.

Taehyung elevó una ceja.

- Ahora sí es por voluntad propia, ¿a qué se debe? - dijo tomando de la cajetilla que se encontraba en la mesa a su costado sacando uno de los cigarrillos delgados negros.

- Es que empecé a seguir páginas de moda, y en una de las marcas aquí en Daegu llegaron unas pijamas de colores. Me gusta la púrpura, por que me recuerda a ti, pero hay tantos colores lindos, y quiero tenerlo. Por fiiiiiis- juntó sus manos rogándole a Taehyung.

Demon's Witch. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora