XXX

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-¿por qué odias tanto
al señor Junghae?
¡Es mi jefe! - le dijo
su madre con molestia.

-No me agrada es...
invade mi espacio. -

El sonido de una bofetada
llenó la habitación.
















































-Uh, gracias Sebastián. - dijo con una adorable sonrisa el humano de cabellos negros.

Taehyung miraba un tanto aburrido como el mortal del que cuidaba recibía de parte de los cuervos piedritas hermosas, algunas no tan valiosas como otras, pero eso no quita lo bellas que eran.

Casi una vez al mes, los cuervos le traían a Jungkook como agradecimiento trozos de piedras, cuarzos, amatistas, alguno que otro rubí, granates, ámbar, topacio, turquesas...

Y el pequeño siempre les alimentaba y daba refugio.

Incluso los había nombrado.

- Debería ponerme celoso de los animalejos.- dijo el demonio.

Jeon frunció el ceño en su dirección.

-No les digas así - hizo un pequeño puchero.

La sonrisa en el rostro de Taehyung se desvaneció, mirando de manera perdida al mortal.

Jungkook hizo un gesto de confusión, pensando que se molestó por el, pero unos segundos después el timbre sonó.

Jungkook dio apenas medio pasó hacia la puerta de la habitación cuando Taehyung ya estaba frente a él. Impidiendo su camino.

Jungkook lo miró, escuchando el timbre que sonaba con insistencia. Y empezó a escucharse desesperado.

Un llanto llegó a sus oídos, que se convirtió en gritos desgarrados.

Identificó que era su madre.

Taehyung lo miró con severidad, en un llamado de atención a algo que apenas iba a cometer.

Jungkook lo observó desvanecerse en el aire, sin más corrió escaleras abajo. Con prisa abrió la puerta viendo a su madre. En silencio.

Tenía rastros de que había llorado, su cabello estaba enmarañado, su mirada estaba en el, pero parecía perdida en sus pensamientos. Tenía hematomas por todo su rostro y sus ropas llenas de lodo.

Pero lo miraba en silencio y en seriedad.

-Mamá. - dijo Jungkook tomándola de la muñeca, para meterla dentro de la casa.

La señora no se movió.

-Jungkook tienes que huir. - murmuró. - tienes que alejarte de él. - dijo su madre.

Jungkook frunció el ceño

-¿De quién hablas? - le devolvió aún intentando empujarla dentro.

Ella sólo levantó su brazo temblando, su dedo señalando detrás de Jungkook. De manera lenta.

Jungkook siguió su mirada, encontrándose con la nada.

Volvió la vista a su madre, la señora ahora ya no tenía globos oculares y un líquido espeso se desbordaba de donde debían estar.

-¡Tienes que irte! ¡Está aquí! - gritaba desesperadamente, moviendo los hombros de su hijo con sus manos heridas.

Jungkook retrocedió con terror hasta que cayó sobre su espalda. Y su madre ahora, de vuelta a la "normalidad" con la que había llegado a su casa miraba aterrorizada escaleras arriba.

Demon's Witch. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora