(debería haber dicho esto antes, les recomiendo leer esto con el fondo negro.)
Lágrimas de pecado
-¿Cómo es el infierno? - había preguntado el mortal.
-Es... inefable. Si estuvieras allí, comprenderias que la gente no le teme lo suficiente- el demonio había respondido.
-Nunca tendré la oportunidad de conocerlo. - el humano postrado a sus pies, frotando su mejilla contra la pierna de su amo.
- Nadie sabe. Tu destino depende de mí-
-Llévame al infierno, demonio . -
Una petición.-debo hacerte pecar. -
Una propuesta.-¿No es suficiente pecado hacer un trato con un demonio, Amo? -
Por que eran de esas noches donde el mortal se entragaba total y sumiso ante el señor. Pero no del señor del que todos hablan.- puedo hacer que cometas una falta peor. Puedo hacerte llorar en pecado. -
Y es que el menor no podía despegar su mirada de las brillantes pupilas amatistas que el demonio mantenía en sus ojos.
Se sintió elevar, parpadeó y su cuerpo ya estaba sobre la cama.
Las prendas oscuras de la criatura justo hoy estaban más ajustadas. Mirándose apetecible.
El mortal con sus shorts ajustados sentía la piel de los falanges ajenos quemar sobre sus muslos.
Las manos largas y delgadas del ser recorrieron la piel de las piernas del mortal.
Era diferente por que, en esta ocasión. Su amante bajo de él estaba consiente de que era un demonio incubo. Los otros amantes que ha mantenido creían que era un humano cualquiera.
Y Jungkook bueno, nunca se había acostado con un inmortal.
¿Tenía miedo?.
Estaba aterrado.
Sus piernas temblaban en anticipación.
Su camiseta no estaba más sobre su torso, los ardientes labios del demonio reemplazandola. Se sentía tan sensible. Cualquier pequeño roce que el mayor por más de millones de años le propinaba le hacia estremecerse.
-Puedes tocarme. Humano. - decretó el demonio.
Llevó sus manos a los botones de la sedosa camisa negra que vestía deshaciendo lo que le impedía ver la piel del ser.
La piel del demonio era tan suave, pero quemaba.
Si juegas con fuego...
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Demon's Witch.
HorrorSi juegas con fuego... Amarás arder en el infierno. ¿Era así? -¿Cómo es el infierno? - había preguntado el mortal. -Es... inefable. Si estuvieras allí, comprenderias que la gente no le teme lo suficiente- el demonio había respondido. 16 de abril...