Capitulo 28 Un Hombre Divido

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Los días pasaron, por fin el ansiado viaje a Japón había llegado y aunque le hubiera gustado darle una sorpresa a su querido prometido no le fue posible, ya que él le había llamado días antes para hablar con ella y Lita por su parte no se había podido aguantar las ganas de contárselo, así que Darien de inmediato organizo parte de su agenda para poder ver a Serena en esos días y mantenerse ocupado para no atender a su prometida como se supone debía.

Por su parte Serena había tratado de hablar con Seiya, pero simplemente el valor la abandonaba en cuanto estaba cerca de él, por lo que prefirió darle el tiempo suficiente, dejar que las tensiones entre ellos se alejaran y que las cosas volvieran poco a poco a la normalidad. Al menos quería sentir que nada había cambiado entre ellos, aunque sabía que eso era mentira, ahora tendría que darle la bienvenida de nueva cuenta a su primer y al parecer único amor.

X—X

El domingo por la mañana Lita fue a buscar a Darien a su departamento, dejando a Taiki esperando afuera. Llevaba ropa un tanto primaveral, una falda corta de mezclilla y un top ajustado, cabello recogido a una cola entera y sandalias, un poco molesta pero quizá más nerviosa toco la puerta.

Estaba a punto de ir a la oficina a terminar unos pendientes, cuando escuchó que llamaban a la puerta abriendo mientras terminaba de tomar su café— Lita hola... —dijo un poco sorprendido, pero mostrando una pequeña sonrisa.

—Hola amor —lo abrazó efusivamente.

Al sentir su abrazo, solo paso ligeramente uno de sus brazos alrededor de su cintura ya que con el otro sostenía la taza de café— Pasa no pensé que vendrías. Cinco minutos más tarde y no me hubieras encontrado —mientras la hacía pasar.

—Pues si yo no vengo tú ni te acuerdas de mí —haciendo una ligera mueca, entrando al departamento.

—Lo siento Lita, pero como te dije tengo mucho trabajo y me resulta imposible, es por eso qué no te había pedido que vinieras y era mejor que esperaras a que yo fuera. No me gusta no tener tiempo para verte —mostrando una pequeña sonrisa.

—Pero ni una llamada siquiera. No me has llamado desde la última vez que te hable

—Lita, lo siento es solo que de verdad no tengo tiempo, pero me alegra que estés aquí así podemos platicar y... —dijo con un tono un poco nervioso, pues pensaba en cómo comenzar a tocar aquel tema que en esos últimos días solo tenía en la cabeza.

—Podemos dar un paseo —le sonrió tiernamente— es domingo no me dirás que hoy también tienes trabajo

Sonrió un poco de lado— Pues si pensaba ir, pero está bien creo que mejor estoy contigo —mientras acomodaba un pequeño mechón que caía en su hombro y la veía fijamente— Perdóname Lita de verdad que intente amarte —pensaba mientras la miraba.

—Entonces vamos —sonrió muy contenta y dándole un tierno beso en sus labios.

—Vamos, oye Lita ¿vienes sola o con Taiki? digo no creo que quiera ir cuidándonos los pasos —preguntó mientras salían del departamento.

—Si, está afuera. No conozco la ciudad, él tampoco, pero se las ingenió para traerme

—Vaya que es muy audaz, a muchos esta ciudad los asusta, es un gran empleado al aceptar venir para que no estuvieras sola —dijo fingiendo un poco de amabilidad, mientras llegaban al ascensor y dándole pasó para que ella subiera.

—Si es bastante audaz e inteligente —entrando en el elevador— además de un buen amigo – dijo con cierta emoción en su voz y quizás encerrando algo más.

—Vaya pues eso está mejor así te sientes más acompañada. Ya sé, dale la mañana libre y dile que pase por ti a la oficina, tengo que enviar unos papeles que no pueden esperar y lo haré después de invitarte a comer ¿te parece?

BENDITA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora