BENDITA VIDA

Capitulo 40 Planeando Bodas

—¡¿Qué?! —colocó las manos en sus hombros para separarlo y ver mejor su rostro— ¿casarnos?

—Si, casarnos ¿no te gustaría ser mi esposa? quiero despertar y dormir cada día entre tus brazos

Sonrió abrazándola a ella con fuerza— Mi amor pensé que tardaría en escuchar esa propuesta

—¿Eso quiere decir que sí?

Sonrió con alegría estirando su mano hacia su pantalón— Solo falta algo para que esta propuesta este completa

Ella solo asintió para luego curiosa observar lo que hacía— ¿Que es lo que falta?

—Esto... —murmuró sacando la sortija al tiempo que tomaba su mano— Serena, mi cenicienta cásate conmigo

Sonrió a la vez que sus ojos se humedecían de la felicidad que sentía por lo que volvió a asentir— Seiya, me haces tan feliz

—Mi amor –le colocó la sortija abrazándola, recostando su cabeza sobre su pecho— te amo

Dejo descansar la cabeza sobre el pasto sonriendo al tiempo que subía la mano y veía como la sutil luz de las luciérnagas iluminaban el anillo más bello que ella pudo tener— Serena Tsukino de Kou —murmuró feliz.

—Y testigos de este amor son las luciérnagas e inuki —abrió sus ojos viendo a inuki estaba al fondo persiguiendo luciérnagas.

Fue en ese momento que sintió el sonrojo en sus mejillas— Mira las cosas que me haces hacer en el jardín

—Es hermoso aquí, en el balneario donde sea siempre que sea a tu lado. Te amo —aspiró su aroma combinado con el césped.

—Siempre a tu lado. Con nadie más podría hacer el amor como lo hago contigo

—Te amo mi bombón te amo y no quisiera separarme de ti, pero tengo hambre —separándose un poco de ella.

Sonrió— Tu definitivamente eres romántico hasta para pedir de comer

—Entonces que te parece si hacemos una rica cena

—Mmm de acuerdo, pero antes creo que debemos vestirnos

—Si, tienes razón —se levantó del césped, tomando su ropa— nos vestimos cenamos y nos vamos a dormir

—Que simplista —murmuró observándolo, sonriendo entre apenada, pero a la vez orgullosa mientras buscaba su ropa.

—No es simplista amor, quiero dormir abrazado de ti

—Mmm está bien, pero ¿cómo dormiremos abrazados si yo me quedare en el cuarto de Michiru y tú en el tuyo?

—No, tú te quedaras conmigo a mi lado en mi habitación o si no yo me quedare contigo

—No —al terminar de abrochar el pantalón y colocarse la blusa se acercó a él abrazándolo— quiero dormir en tu habitación, en tu mundo

—Y yo quiero estar en tu mundo te amo —terminó de abotonarse la camisa.

—¿Me perdonas por ese golpe que te di? —preguntó rodeando su cuello con los brazos observando atenta sus ojos— no debí hacerlo

—¿Y tú me perdonas lo desatento que fui? —rodeándola por la cintura.

—Comprendo cómo te sentías —suspiró— y quizá la forma en que dije que te amaba y que quería estar contigo no fue la más adecuada, pero me desespero el hecho de que no me contestaras como si no te importara. Eso me dolió

—Claro que me importas y mucho más de lo que te puedas imaginar y por lo mismo no quiero que te sientas presionada o mal. Quiero verte bien y sonreír, pero ese distanciamiento y evasiva que noté en ti me hizo sentir un poco mal y triste y pensé que quizás solo querías estar sola