Capitulo 42 Secuestro

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Había sido un interesante fin de semana a lado de su ya familia. Mientras Mina se iba a su habitación acompañada de su pequeño hijo él se adelantó a la oficina ya que esperaba que su amigo esta vez no lo dejara plantado. Negocios eran negocios, pero ahora también estaba involucrada la familia por lo cual vería la manera de hacerlo entrar en razón. Apenas si tuvo tiempo de firmar algunos papeles cuando le informaron que acababa de llegar su socio, lo cual le pareció extraño que no llegara como siempre directo a su oficina y sin avisar, pero esperaría paciente a su arribó.

Entro en su oficina, parecía malhumorado— Hola Diamante

—Hola pensé que de nueva cuenta cancelarias nuestra cita —dijo revisando los papeles de la compraventa de las acciones de Darien.

—No soy yo el que desapareció todo el fin de semana. Te estuve buscando ¿dónde te metiste? —murmuró sentándose frente a él.

—Tuve unos asuntos que atender fuera de la ciudad, pero dime ¿para qué me querías?

—Para preguntarte por mi mariposa ¿a dónde la has enviado? no está en su casa. No está en el hotel, dime ¿dónde está?

—Yo no la he enviado a ningún lado, ella pidió una baja temporal y no sé dónde está —Dijo tranquilamente.

—¿Por qué?

—Quizá porque quería alejarse de todo esto por un tiempo —Suspiró— Darien ¿por qué mejor no la dejas tranquila? sé que no fue tu culpa el accidente, pero tuviste mucha parte en ello

—Es precisamente por eso que quiero verla. No fue mi intención, estoy preocupado. Por favor ayúdame

—Lo siento Darien, pero sería mejor que dejaras las cosas, así como están. Parece que ella se fue y no tengo idea de a dónde

—Espero si llegas a saber algo me lo digas

—No estoy seguro de que sea bueno que lo sepas —dijo cerrando la carpeta— deberías dejarlo así, además aun no terminas por controlar tu temperamento

—¿Estás diciendo que no soy bueno para ella?

—Estoy diciendo que quizá ella no es buena para ti

—¿Por qué no? —murmuró a la defensiva.

—Porque antes no tenías estos arranques —dijo señalando lo evidente— ¿dónde quedo mi amigo amable?

—¿Entonces qué debo hacer? no puedo estar sin ella. Ya no —se levantó paseándose por la oficina.

—Puedes estar sin ella, lo sé porque te conozco, porque renunciaste a ella para que no sufriera lejos de ti. Eres capaz de dejarla libre para que sea feliz. Piensa que ahora puede ser feliz

—Claro que puede ser feliz a mi lado. Ella me sigue amando lo sé. No pensaras que ese idiota de Seiya lo hará o ¿sí? no tiene nada que ofrecerle. En cambio, yo sí. Luche igual que tú, debes comprenderme o quizás no

—¿Y si ella te dijera que ya no? —preguntó observándolo con firmeza y tranquilidad— que puede que se haya enamorado de él, o de quien sea

—Si así fuera no me habría recibido con los brazos abiertos. No habría regresado conmigo si en verdad se hubiera enamorado de él. No lo habría dejado por mí y menos habría titubeado la noche pasada. Ella me ama no tengo duda

—Solo piensa en la posibilidad de que ya no. Que haya estado confundida y que tu solo seas un recuerdo

—¿Un recuerdo?, si claro. Diamante conoces mi historia y conozco la tuya ambas son muy similares. La diferencia es que yo me volví a encontrar con ella y que regreso conmigo, que ella me sigue amando tanto como yo

BENDITA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora