Capitulo 31 Incomodidad

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Pasó de largo rumbo a la oficina, iba más que feliz, tenía que contárselo a alguien y quien mejor que su mejor amigo. Al llegar vio la oficina cerrada así que toco, pero no espero respuesta abriendo rápidamente y metiéndose a la oficina.

—¿interrumpo? —preguntó cerrando la puerta tras de si.

Diamante se encontraba revisando unos documentos junto con Michiru, levanto la vista y lo vio— Si que no ves que estoy trabajando —sonriendo ante su expresión.

—Lo lamento —la sonrisa que traía se desvaneció un poco al ver a la joven que sabía era hermana de su rival— ¿podemos hablar a solas?

—Mmm desde luego. Michiru continuaremos más tarde, tomate un descanso

—Muy bien como usted diga —tomó unos documentos levantándose, caminó hacia la salida pasando a un lado de Darien, mirándolo fijamente— permiso

—Propio —murmuró esperando a que saliera la chica, para luego recuperar esa sonrisa— tengo algo que contarte

—Haber que novedad me traes hoy, que por tu cara debe ser muy buena —lo miró recargando su barbilla sobre sus manos entrelazadas.

—Pues... —haciéndola de emoción guardó silencio un momento— ¿por qué crees que estoy tan feliz?

—Por tu rostro, irradias mucha felicidad, así que anda cuéntame ¿paso algo con tu mariposita?

—Desde luego que si —suspiró profundamente— ella y yo ya nos reconciliamos

—Felicidades amigo lo conseguiste

—Así es y no sabes de qué forma nos reconciliamos —cerró los ojos recreando en su mente ese momento.

—Cuéntame cómo fue —sonrió divertido ante la expresión de su amigo.

—Mmm bueno pues primero llego a la oficina para decirme que sus padres no la habían dejado que se marchara. No sabes cómo me puse, estaba feliz, de pronto dijo que ya se iba y yo no podía dejarla ir, así como así

—Y la retuviste, luego que paso –lo escuchó con mucho interés, era extraño escuchar a su amigo con ese tono victorioso.

—Bueno ella estaba dispuesta a irse, pero sin más ni más la bese con toda la pasión que me invade cuando estoy a su lado y ella ya no puso ninguna resistencia. Tire todo lo que estaba en el escritorio, en ese momento nada me importo, solo demostrarle cuanto la necesitaba

—Uy que salvaje debiste haberte visto ¿y luego que paso?

—En cuanto escuche de sus labios que me amaba esa pasión dio paso al amor —sonrió— de ahí la lleve al departamento, porque tenía que darle un regalo

—¿No me digas una cena romántica? —un poco sarcástico.

Sonrió al entender el tono sarcástico— No, le regalé una cadena para colocar en su cuello el símbolo de nuestro amor y un par de aretes que hacen juego con el dije que años atrás le di

—Ay que romántico ¿y luego cayó a tus pies rendida? —sin duda alguna se estaba divirtiendo de lo lindo con las expresiones de su amigo y no podía evitarlo.

—Pues, aunque lo digas en ese tono y con esa cara, pero así fue —con una cara un poco seria.

—Sin duda estas feliz, te trae arrastrando la cobija. Te felicito amigo mío ojalá que sean muy felices

—Ya verás que así será, seremos felices para siempre

—Entonces déjame felicitarte —se levantó para abrazarlo.

BENDITA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora