Capitulo 21 El Paraíso

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Tanto Serena como Seiya se encontraban recostados descansando un poco después de haber comido y de haberse divertido mucho en la piscina.

—¿Quieres que te ponga bronceador? —dijo mientras se sentaba.

—Mmm si por favor sino me voy a quemar —le sonrió entregándole la botella.

—¿Y no queremos eso verdad? —le sonrió mientras toma el bronceador, vaciando un poco en sus manos— haber voltéate

—No, no queremos eso —sonrió y se volteó acomodándose— ¿pero por qué en plural?

—Hablando de ti y de mí —mientras comenzaba a masajear su espalda untándole bronceador, fijando su vista en ese "algo" especial que tenía en la espalda.

—Pero bueno a mi si me dolería quemarme, pero a ti no

—Si me dolería, porque no podría abrazarte —seguía masajeando suavemente deleitándose de la suavidad de su piel con suma libertad, mientras la mira fijamente, tratando de controlar su nerviosismo.

—Mmm ¿eso crees? –Recargándose en sus brazos.

—Si te quemas te va arder y no querrás que te abrace —con una sonrisa juguetona.

—Bueno en eso tienes razón —se sonrojó ligeramente— ¿ya terminaste?

—Mmm me falta un poco, pero... —miró el lazo del traje, haciendo un ligero puchero. Ese lazo le estorbaba para poder seguirse deleitándose de la suavidad de su piel a su gusto.

—Pero ¿qué? —volteó a verlo.

—Algo me estorba —aun con el puchero en su rostro como si fuera un niño pidiendo permiso para seguir jugando.

—¿Algo te estorba? —preguntó confundida y se quedó pensando unos segundos— ah ya pues desamárralo y listo

—¿En serio? –preguntó emocionado.

—Pues si ¿no? —dijo un poco dudosa sobre lo que había dicho.

—Perfecto —lo desató lentamente, comenzando a masajear de nuevo.

—Ya ves ¿cuál era el problema? —disfrutando del rico masaje.

—Ahora ninguno —sonrió como si acabara de ganar un premio.

—Mmm que rico —suspiró cerrando los ojos disfrutando del suave masaje— que extraño, estoy tan tranquila a su lado, como si estuviéramos en un lugar totalmente diferente ¿acaso será así el paraíso? ay pero que cosas estoy pensando, solo es un buen día de descanso y nada más —pensó para luego tratar de poner su mente en blanco, cosa que en realidad no podía, ya que le era difícil al sentir sus manos recorrer su espalda con tal exactitud que la sorprendía.

X—X

Así lentamente transcurrió la tarde de la comida, entre pláticas que al parecer de Haruka, Michiru ya estaba un poco más relajada, disfrutaron de su rica pasta y del vino que acompañaba a la perfección la comida, al término de la comida lo que venía era el postre.

—¿Te gusta el chocolate? —preguntó dejando su copa de vino tinto en la mesa.

—Si me encanta

—Perfecto —hizo una seña al mesero, el cual llega al instante— por favor tarta de chocolate y cotagge

—En seguida señor

—Es mi postre favorito —se sonrojó— espero que también se convierta en el tuyo

—Seguro que si —le sonrió dulcemente, al verlo sonrojado— te ves lindo

BENDITA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora