Eleven

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Cuando volvimos a juntar nuestros labios, enrede mis dedos entre su cabello y cuando sentía que comenzaba a meter más presión entre mi cuerpo y la pared, lo jalaba.

Con una de sus manos, me tomo de la espalda baja y me sacó del baño. Dejo mi cuerpo en la cama no de manera tan sutil pero tampoco me aventó, tomó su camisa con la mano libre y la arranco de mi cuerpo. Supe en el momento en el que se coloco encima de mi, que la mezcla entre las hormonas alborotadas y el enojo no era buena, pues ya no sabíamos distinguir entre lo sano y lo prohibido.

Con mis manos, desabroche el pantalón de él dejándolo libre para simplemente resbalar tras sus piernas, nos observamos un par de segundos y nuestra necesidad de tomarnos mutuamente creció y creció hasta que podía sentir las marcas que iba dejando Jos a través de mi cuerpo, hasta llegar a mis senos, donde simplemente succiono hasta que se cansó todo lo que quiso y siguió bajando, mientras más dolor placentero sentía yo jalaba de su cabello e incluso gemia.

Al deshacerme de su última prenda, pues yo no traía absolutamente nada debajo de la camisa, la bola de crital estalló en ambos, entró en mi de manera imprevista y sin aviso, haciéndome enterrar mis uñas sobre su espalda. Apesar de que ya me sabia el recorrido de su cuerpo, el estar arañando su espalda me hacía inexperta en un camino obvio. Y el hecho de no querer conformarme con solo arañar su espalda se recorrió hasta los brazos donde hize exactamente lo mismo mientras él con su mano y su debilidad ante mi cintura colocaban más fuerza dejando sus marcas.

–¿Me extrañabas gatita? - su ronca voz chocó con mi odio poniéndome la piel chinita- porque yo a ti sí.

Antes de que pudieramos estallar, me cambio de posición colocandome en 4 puntos. Dejándome a su merced, donde entró también sin aviso haciéndome arquear la espalda contra su mano que sostenía mi cuerpo. Soltó un par de nalgadas mientras también depositaba besos, cuando se aseguró que mi cuerpo podía sostenerse solo, tomo mi cabello en una cola de caballo y sincronizo sus embestidas con las pequeñas tiradas de cabello.

Mi feminidad comenzó a apretar el miembro de Jos y solo hicieron falta un par de embestidas más para que estallara en él, todavía tardo un par de momentos más para que sintiera como salía de mi y se venía derramando un poco sobre mi trasero y sus manos. Caí sobre la cama y giró mi cuerpo para vernos cara a cara.

No sabía que habíamos hecho exactamente, pero los únicos sonidos que permanecían en la habitación eran nuestras respiraciones, el sonido del reloj de pared y el agua corriendo de la llave. Bajo su mirada e inspeccionó todo mi cuerpo, cuando volvió sus ojos a mí, iban lentamente regresando a ser los mismos color miel.

–¿Qué carajo acabamos de hacer?. - fue la primera pregunta que logré formular después de observar el cuerpo enrojecido de Jos.-

–Tuvimos sexo enojados, supongo - se levanto de la cama y se sentó en la orilla, paso su mano sobre su rostro y cabello varias veces como tratando de familiarizarse con el momento.

–Y eso es bueno o malo? - me levante también de la cama, con las piernas aún temblando y me senté a su lado.

–No tengo idea, ¿sirvió de algo? - me miró pero no exactamente a los ojos, su vista viajaba a todos lados de mi cuerpo y la mía a los de él. Me tomó de la mano y nos dirigió frente al espejo que estaba en la pared del cuarto. Cuando estuvimos los dos frente a él no podía creer lo que veía, él cuerpo escultural de Jos todo enrojecido lleno de arañazos y en su cuello hematomas que eran chupetones. Mientras que el mio tenía marcas de manos sobre la cintura y de igual manera chupetones desde el cuello hasta casi llegar a mi feminidad.- Wow. Esto nos lo hicimos nosotros. –Yo seguía analizando con los hematomas que teníamos hasta donde es capaz de llegar la combinación de sexo y enojo.

–Me siento, extraña. Jamás habíamos experimentado tener sexo de esa manera y se que no fuimos novios exactamente, eramos daddy y baby. –Le di la espalda al espejo y lo miré - fue por una idiotez, pensándolo bien.

– Fue mi culpa. - pudo ser por las marcas en todo mi cuerpo, o porque creyó haberme hecho daño pero no, no fue así.

–No digas eso... -me acerque un poco mas a él y busque la conexión de nuestras miradas, cuando lo logre simplemente sonreí- Me enoje por una idiotez, también tengo que entender que tienes tu privacidad y debo respetarla.

–No amor, tienes toda la libertad de preguntarme porque sé que que te preocupa y más si te di un susto en la madrugada -con la mirada cedí y le di un beso en la mejilla. Camine lentamente pues me dolia todo el cuerpo, me metí al baño y cerré la llave del agua, coloque una bata blanca sobre mi cuerpo y saque una para Jos.

–Soñé que alguien llegaba a querer hacerte daño pero, las piernas no me respondían, como cuando recién tuve el accidente. -estaba sentado en una silla donde estaba habíamos desayunado, tenía la mirada clavada en el suelo y su voz se estaba cortando, el hecho de oírlo me estaba doliendo más que nada- Me enojaba la impotencia de no poder ayudarte y evitar que te hiciera cosas horribles, pero no podía levantarme. Traté de cerrar los ojos pero tus gritos de auxilio eran tan insistentes que me daban más temor de verte sufrir. Te querían alejar de mi pero no querías, ahí fue cuando desperté -subió la mirada y note que estaba llorando, me acerque y me inque frente a él, con mi pulgar limpie sus lágrimas y tome sus manos- Apesar de que solo fue un sueño, la simple idea de no tenerte me mata por dentro

– Se que es aún difícil el recuerdo de tu accidente, pero tienes que saber que ahora estás bien y nada malo te tiene que pasar respecto a esto, te costo mucho trabajo volver a caminar después de que muchos dijeron lo contrario, pero los dejaste con la boca callada cuando te venciste a ti mismo. El día que aceptamos estar juntos, fue con las situaciones buenas y malas, absolutamente nada ni nadie hará que me quiera alejar de ti, eres mi complemento amor. - Me abrazo como si el mundo se fuera a acabar, cuando se le pasó el sentimiento a flor de piel, se coloco la bata y me miró tan tierno que me puse roja. -

–El día que le pedí al cielo que me llegara alguien que me amara con todo y mis ataques de histeria, enojo y miedo no sabía si realmente llegaría hasta que te conocí - estire mi mano a lo que él respondió uniendo la suya, deposito un beso y se levantó-

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Hoy nos regresamos a México, fueron 7 días en los que nos conocimos de muchísimas maneras y jugamos el rol de Daddy y baby más de tres veces. Aveces eramos desconocidos y otras eramos dos amantes entregándose. Estuvo fascinante.

Durante estos días, Jos apago su celular con la excusa de que eran momentos donde no lo necesitaba pues estaba conmigo. Le daban sus ataques de romanticismo y me quería comprar muchas cosas, pero no lo deje hacerlo. Prefiero que este conmigo y me demuestre sin cosas materiales que me ama.

En el avión, encendió su celular y noto que tenía muchas llamadas de Fernanda, su hermana por lo que me había contado. Así que decidió que llegando a México le llamaría para preguntar qué pasaba.

Llegando a nuestro destino, tomó su celular e hizo lo que prometió, aunque nadie se esperaba la noticia que recibiría.

– ¿Fer?... -yo estaba esperando las maletas mientras él hablaba detrás mío- Disculpa, no tenía el celular encendido... ¿Fer estas bien?... ¿Fernanda que pasó? - en cuando su tono cambió lo mire fijamente-  ¿Porque lloras?... ¿Qué? - sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y du mirada se perdió en la nada- Voy para allá - colgó y lo abrace sin que me dijera nada, pude sentir como las piernas le temblaban y lloró en mi hombro.

I need you//Jos Canela y tú//2da temporada [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora