Twenty Eight

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NARRA _______:

—______, no beffa... Tú no puedes tener eso... - dio un suspiro entre sollozos- No te puedes ir sin haber cumplido nuestros sueños... ¿O ya se te olvidaron?

—No, claro que no. - limpie mis lágrimas con mi dedo pulgar y fui bajando las escaleras- pero eso no depende para nada de mí. Yo no decidí tener esto y mucho menos, decidiré el día que morire.

—No lo digas... por favor - me rogó mi mejor amiga, pude sentarme en el sillón frente a ellos- ¿porque? ¿porque guardarte algo tan delicado?. - se que, tenía todo el derecho de molestarse, pero no encontraba las palabras.

—Cuando me dijeron de la enfermedad, fue un golpe muy duro. Dejé de poder hacer las cosas por mi propia cuenta, ahora tenía que depender de algo. También, mis padres regresaron a mi vida después de más de un año, con la promesa de querer cuidar de mí. Cosa que al principio, quería negarles, pero comprendi que sola no iba a salir de esta, entonces accedí. Desde ese momento, mis padres han estado al pie del cañón en todas las visitas médicas. - la mirada la tenía puesta en la mesa de centro, no tenía el valor para verlos a los ojos. - después, me enteré de la mejor cosa que me podía pasar, mi bebé. -toque sobre la ropa mi vientre y sonreí levemente- desde que supieron con exactitud mi diagnostico, dijeron que el embarazo iba a ser de total riesgo, así que debía cuidarme al triple de cualquier cosa. No quería ser una carga para Jos, pero bueno, él ha insistido mucho en que quiere que durante el embarazo y la etapa de la fibrosis, no "nos falte nada". Si yo, jamás les dije que tenía, no era porque quería ser egoísta con la bonita noticia ni cruel con la mala. No les dije porque... - mis ojos se cristalizaron y los mire- porque, en este mundo, ustedes eran los únicos que aún me veían como una muchachita despreocupada, sin enfermedades de por medio, ni idas al doctor, en pocas palabras, ustedes no me veían con lástima. Toda mi vida, ha girado desde hace 6 meses en torno a una enfermedad que ante ni siquiera sabía que existía. Todo es hablar de eso, pero nadie, quiere aceptar la realidad.

—No, es que tu realidad es distinta a la que nosotros vemos. - soltó de manera abrupta mi amiga, podía ver la tristeza y enojo en su mirada- Tal vez tú, quieras aceptar que la enfermedad es algo difícil. Pero haber, ¿porque crees que Jos no lo acepta?. Porque dudo que lo haga.

—Dulce, no compliques más las cosas. Simplemente, aceptemos ese inminente hecho. Y no, Jos es el primero en la lista de los que no quieren entrar en razón. ¿Porque no, simplemente, disfrutan los pequeños momentos que tenemos ahora?. Antes de que sea tarde. - posiblemente me había vuelto más dura y fría, pero así los estaba protegiendo.

—Imaginate, que de la nada, llegué tu peor pesadilla: que el amor de tu vida, quiera hacer que aceptes que se va a morir. ¿Sería tan fácil entenderlo?. Claro que no, y créeme que harás hasta lo imposible por verla bien. Siempre has sido terca y necia, pero esta vez, te volaste la barda.

—Sólo, olviden la enfermedad entonces. -mire a la ventana que daba a la calle, ni siquiera sabía porque pero, no podía ver la cara de mi mejor amiga, porque sabía que tenía razón. Pará mi tampoco es fácil todo esto, pero debería ser yo la que le haga frente a la cruda realidad.

—Y sobre tu bebé, ¿quieres hablar de eso?... - sabían, claramente, que mi punto débil siempre sería mi hijo. Hablar de él, podía hacer que el peor día se llenará de rayitos de sol.-

—Mañana, que llegue Jos de un viaje que tuvo que hacer, sabremos si es niña o niño. - observe a Fer, quien se estaba quitando las lágrimas que aún tenía y me sonrió.- Podrían, quieren venir a la comida. Vendrán mis papás, los de Jos, obviamente Fer y ustedes. Estamos viendo si Freck, Bry, Dani e Isa vienen. Sería bueno que lo hicieran.

—Cuenta con nosotros, apartir de ahora, ese nene o nena, será el más consentido por nosotros dos - Alan tomo su mano y asintió- Entonces, mañana nos vemos. No me quisiera ir, pero ya es tarde y tú debes descansar... - nos levantamos y mi amiga me abrazo, después bajó su mano a mi vientre y la dejo un momento, mientras de sus ojos podía ver como salían brillitos de emoción- bebé, soy tu tía Dulce...

—¿Cuál tía?. Habíamos quedado en que serias madrina de mis hijos ¿que no? - ella rio tantito y asintió con la cabeza.-

—Adiós enana - recibí un cálido abrazo de Alan, fue cuidadoso con mi vientre y antes de separarse, me susurro algo- se lo que estas haciendo, tratando de alejar a todos para que tu pérdida no sea tan dura, pero no servirá. Así como Dulce es de terca, lo serán todos. Eres una chica muy especial en la vida de quienes te rodean, y hablo personalmente cuando digo, que para mí, sigues siendo esa niña que emite una luz muy bonita cuando entras a un lugar. Así que, deja que en estos momentos, te demuestren que tan inigualable eres. Por favor... - dio un beso en mi frente y se fueron. Fer me llevó de nuevo al cuarto y le pedí que me abrazara para quedarme dormida. También para hacer que el bebé creyera que era Jos y no se moviera tanto.

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La luz del sol, me dio levemente en los ojos haciéndome despertar. Todos los días, sin falta, lo primero que hacía era saludar al bebé y después, mirar por la ventana para tratar de tomar aire por mi cuenta. Lo hice y me quede sentada en la cama. Escuche como abrieron la puerta, supuse que era Fer, sabía que tal vez me traía el desayuno o solo me iba a despertar para bajar a comer algo las dos, pero me sorprendió al no escuchar que hablara.

—Buenos días amor... - esa voz, su voz.

I need you//Jos Canela y tú//2da temporada [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora