–¡NO! ¡El bebé! - logré levantarme de la cama, estaba empapada en sudor y lágrimas con el pulso más acelerado que nada, mareada y desubicada. Mis ojos no dejaban de emanar ese líquido salado que bajaba a mis mejillas terminando en mi barbilla cayendo a la cobija. El aire me faltó como nunca, algo apretaba mi pecho y cuando respiraba por la boca el aire desgarraba mi garganta. Sentí una mano sobre mi espalda y otra sobre mi rostro, tratando de hacer que lo viera.
–Amor, tranquila... -me miró esperando alguna respuesta, yo solo observe todo su rostro. Por su expresión, pude notar que mi rostro tenía una mirada triste y asustada al parecer, pues primero me trató de ayudar a recobrar el aire y después me abrazo. Antes de que otra cosa pasara, toque mi vientre, aunque aún no se sintiera su presencia, él estaba ahí. - Tranquila, aquí estoy yo...
No me contuve y lloré aún mas, no comprendía el porque de ese sueño. ¿Será que realmente tendré que tomar esa decisión?
–¿Ya estás mejor? - se alejo de mí y me tomó de los hombros, con mi mano sobrante quite el cabello que estaba pegado a mi frente debido al sudor, lo hize para atrás y suspiré con dificultad. Ninguna palabra o frase salía de mi boca, no podía hablar. - Amor, dime algo, lo que sea.
–Voy a... tomar una ducha -se extraño ante mi única respuesta, asintió y me ayudo a llegar al baño. Él se encargo de abrir la llave y se espero hasta que la bañera estuviera llena lo suficiente para que pudiera meterme. Dejo unas toallas colgadas y salió, no sin antes darme un beso en la frente y no cerrar por completo la puerta.
Me despoje de mi ropa y me adentre al agua tibia de la bañera, tomé los bordes de esta y cerré los ojos. Contuve la respiración y me deslice dentro de ella, dejando que hasta el mínimo espacio de mi rostro se cubriera de agua.
Estando allá adentro, todo el mundo se cayó. Llore y solté un grito dentro del agua, me estaba muriendo y no podía hacer nada. Mi cuerpo exigía aire, exigía que saliera y enfrentará todo, pero no podía. No podía hacerlo sola, tengo 18 años!
18 años y una bendición esta ya en camino.
18 años y me estoy muriendo lentamente.
18 años y necesito madurar para que esto no me tire.
18 años y no se ni siquiera que me depara el destino.
Al final, terminó por salir y tomar una gran bocana de aire, me siento tan confundida y un poco desarmada. Mi vida, desde que inició, mostró ser distinta en todo; ahora, las chicas de mi edad están tratando de tomar una decisión para em bien de su futuro que es ver que carrera estudiar mientras que yo, estoy teniendo pesadillas sobre mi bebé y necesito saber que demonios tengo que me evita hacer muchas cosas que antes eran simples acciones y ahora se volvieron, un infierno.
Me quedé un rato recostada, sin meter la cabeza, en el agua tibia. Pronto amaneceria y mientras mas rápido supiera que diagnostico es, mejor. Así sabría si podré ver el pequeño rostro de mi bebé y si podría cuidarlo a lado de Jos.
–¿Todo bien? ¿Necesitas algo? - Jos toco la puerta y entró al baño, tomo asiento en la tapa del inodoro y recargo los codos sobre sus piernas. – Me asuste demasiado cuando te oí gritar,pensé que algo te había pasado.
–Soñé con él -nos miramos y señale mi vientre- pero, tenía que tomar una decisión, él o yo. - mientras lo contaba, la voz de la muerte se hacía presente en mis oídos y permanecía como un constante eco - Yo decidía irme, para que tú lo cuidarás en mi ausencia. Pero cuando me iba a ir, tú le decías que se lo llevara, cambiabas mi decisión y ella lo iba a tomar! - me exalte de solo pensar en que podrían lastimarlo -
–¿De qué me hablas? ¿Quién lo iba a tomar? - no entendía de qué le estaba hablando, pero trató de comprender-
–La muerte. - su semblante se puso pálido, me miró con los ojos llenos de preocupaciones y preguntas, a las que no quería contestar. -
–¿Soñaste qué... la muerte se llevaba a nuestro bebé? - se acercó más y me tomó una mano - No, no le pasará nada malo y de eso me encargo yo.
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Después de ese baño, regrese a la cama yvme senté, a esperar el lento pero seguro amanecer que se aproximaba.
Cuando por fin llego, Jos y yo comenzamos nuestra rutina, ambos nos "arreglamos" para poder ir al doctor y así quitarnos de muchas preguntas.
Mi padre, como acordó, estaba a la hora exacta ya esperandonos fuera de la casa para ir. Jos condujo, mi padre de copiloto, mi madre y yo en la parte de atrás. Yo no dejaba de escuchar esa maldita voz, retumbando en mi cabeza. Le pedí discreción a Jos, que no comentara nada frente a mis padres sobre mi sueño.
Llegando al hospital, mi madre fue a avisarle a la recepcionista que ya estábamos ahí para que le comentara al doctor, a los pocos minutos ya nos estaban llamando a consulta.
Entrando sentí un enorme escalofrío; me habían desconectado del suero para poder moverme y de sentía cierta libertad. Mi madre y yo tomamos asiento, nuestra parejas detrás de nosotras respectivamente y Jos colocó su mano sobre mi hombro.
–Buenos días -todos saludamos cordialmente al unísono. - Supongo que tus padres ya te dieron la noticia ¿o me equivoco?
–No doctor, ya me dijeron que estoy esperando un bebé. -trate de sonar lo más feliz posible.-
–Me alegro que ya sepas -sonrió sincero y se recargo en su silla- ahorita necesitamos hacerte una radiografía del tórax, debido a tus anteriores síntomas, hay que descartar enfermedades. Mientras los resultados llegan, te podemos hacer un ultrasonido en la sala de maternidad para ver a tu bebé, ¿te gustaría?
–Sí -mi bebé y mi novio serían la razón por la que no me dejaría vencer tan fácil. - Sí nos gustaría - también Jos debía estar feliz, veríamos por primera vez, al fruto de nuestro amor.
–Esta bien, entonces -se levantó de su silla y se acomodo la bata- acompáñame a la sala de rayos X, necesito que solo una persona la acompañe. - mire a mi mamá en señal de que quería ir con ella, y así fue.
Los nervios y la ansiedad me estaban comiendo por dentro, mientras me recostaba en una fría cama, para introducirme a la maquina que diría, que le está sucediendo a mi cuerpo.
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I need you//Jos Canela y tú//2da temporada [EN EDICIÓN]
FanfictionPara entenderle necesitas leer la 1ra temporada [Daddy Please] Dónde todos tienen un futuro incierto, las reglas han cambiado, pero el juego es el mismo. No es culpa de quien se enamora, sino de quien sabe el peligro y aún así necesita el veneno de...