–Los dolores siguen apareciendo, normalmente cuando eso pasa tomo el medicamento que me receto, pero ya no me quita el dolor. -trate de mostrarme lo más positiva posible, como si de verdad existiera una cura o algo así.
–Entonces veremos la manera de subir un en poco los analgésicos sin interferir con tu embarazo. Ahora dime, ¿has notado cierta falta de aire cuando realizas actividades? Obvio, activividades que antes podías realizar sin problema
–Caminar, me cansó cada vez más al hacerlo. Pero la idea de estar todo el día acostada no me gusta mucho. -ahí si puse cara de disgusto, aunque dormir es una de las actividades que más amo, llega un momento donde me harta estar en una misma posición.
–Esta bien, ya comprendo -tecleo algo en su computadora y se levanto- vamos a hacer un examen físico sale? Acompáñenme, por favor.
Lo seguimos fuera del consultorio, donde se quedo estático en el pasillo. De sus cosas, saco un aparato, me lo habían puesto anteriormente en el dedo y mide algo de la oxigenación de tu sangre.
–Vas a caminar de aquí hasta donde están las enfermeras y de regreso, si sientes que no puedes respirar solo paras y levantas la mano, ¿esta bien?
Asentí y le di a mis padres mi celular. Respire hondo y comencé a caminar, algo lento para no agitarme con apenas dos pasos dados.
Por lo menos no fueron dos pasos, fueron casi 6. Ni siquiera llegué a la mitad del pasillo y el pecho me comenzó a arder mientras el poco aire entraba a mi sistema.
Podía escuchar un zumbido en mis oídos, la vista algo pesada y la misma sensación sofocante de no poder respirar bien. Era algo horrible, me detuve por el dolor y levante mi mano, las enfermeras corrieron a donde estaba y colocaron una mascarilla de aire sobre mi nariz y boca. En el dedo pusieron el aparato antes mencionado para ver el nivel de oxigenación, escuche que lo dijeron pero no le preste atención.
Mis padres también se acercaron y me ayudaron a incorporarme. Los tres miramos al doctor quien mantenía una mirada seria, nada favorable al parecer.
—Será mejor que entremos al consultorio, no te quiero exponer a subir o bajar escaleras y que te suceda algo. -hizo una señal y me sentaron con cuidado en una silla de ruedas. De nuevo entramos al consultorio y me acomodaron frente al escritorio. El doctor tomó asiento y suspiro pesadamente- Pará nada es bueno que con 6 pasos te quedes sin aire, hasta el punto de sentirte sofocada, o me equivoco?
—No, no se equivoca. Pero, hace un rato baje escaleras sin problemas, ¿porque no puedo hacerlo ahora? - era demasiado extraña la situación, no comprendía nada.
—Asi es la fibrosis, puedes estar bien haciendo cualquier cosa en un momento pero conforme avanza la enfermedad, esta va disminuyendo tu energía para las actividades comunes. Noté que te tocaste el pecho cuando ya no podías caminar, puedes descubrir el dolor que sentías, por favor.
—Era como si alguien estuviera apretando mi pecho, pero no una fuerza normal, sino una mayor. Me ardía el hecho de tratar de introducir aire en mi cuerpo. Era como si estuviera contra una pared y alguien me apretara con ambas manos. -él anotó todo lo que dije en su computador y escribió algo sobre una libreta-
–Por tú bien y por el del bebé, será necesario que tengas un respirador. No como el que usas cuando tienes asma, sino un tanque de oxígeno con la mascarilla. Será difícil acostumbrarse a traerlo todo el día, pero es para evitar que el aire te falte.
–¿un... respirador?.. - era demasiado para entender, quise imaginar como tendría que transportar ese tanque para todos lados a los que valla.-
–se que es complicado de asimilar, pero es la mejor opción para ti. Y los analgésicos serán un poco más fuertes, los dolores que tienes no son característicos de la etapa de tu fibrosis. Tienes que ser fuerte ¿sale? No es fácil, desde el principio lo dije, pero tampoco es imposible no seguir adelante. - solo asenti y fije mi mirada sobre la receta médica que estaba haciendo el doctor. Ya no dije absolutamente nada, solo me mantuve quieta, ni siquiera puse atención a lo que les dijo a mis padres.
Salí de la misma manera, en una silla de ruedas. ¿Dónde conseguiriamos el tanque de oxígeno? Muy buena pregunta, pero no necesitaba la respuesta.
El camino fue ahora silencioso, lo único que se escuchaba era la pequeña melodia de fondo de la radio y nuestras respiraciones. Mi madre se fue de copiloto, mi papá manejaba y yo mantenía la mirada pérdida en la ventana.
—Iremos de una vez por el tanque, nl podemos dejar que pase más tiempo nena, ¿esta bien? - solo encogi los hombros,las palabras aun no estaban listas para salir de mi boca. Fuimos a una farmacia especial, donde podían encontrarse cualquier tipo de medicamentos específicos en cualquier enfermedad.
Yo me quede esperando en el coche, comenzó a llover. Parecía película de drama: yo viendo tras la ventana las gotas de lluvia que bajaban por esta.
—Ay bebito - coloque ambas manos sobre mi vientre y lo acaricie - lamento no ser buena cuidando de ti. Necesito estar bien para protegerte pero, no puedo. - la voz se me quebró y sentí las lágrimas correr por mi cara- No porque no quiera, sino porque me estoy apagando lentamente. Estoy segura que, el día que te falte, estará tú papá para ver por ti. Solo necesito que me prometan que serán felices... - ni siquiera sabía porque ya me estaba despidiendo. Era algo que tarde o temprano pasaría, pero era impredecible.
Las puertas del auto se abrieron y entraron mis padres con una ¿mochila?. Los mire extrañados y me dijeron que en la casa me explicaban.
–¿me pueden prometer algo? - mi papá me vio por el retrovisor y mi madre se giro totalmente para verme, no deje que respondieran y continúe- Promentanme que, se van a asegurar que él sea feliz. - los ojos de mi madre se cristalizaron y tomó una de mis manos- no me respondan, solo háganlo. - papá quería decir algo pero negué con la cabeza- los quiero.
Ya no se dijo nada hasta llegar a la casa, me ayudaron a bajar y a caminar a la entrada. De ahí, al sillón para explicarme como estaría lo del oxígeno. Mary no tardo ni dos minutos en estar presente.
–niña, ¿como te fue? ¿Que te dijo el doctor? - se sentó frente a mi y sonrió-
—necesito usar oxígeno. Por nuestro bien... - ella solo asintió, la noticia la tomó por sorpresa y miró a mis padres-
—Compramos el oxígeno en la presentación de mochila, así no tendrás que ir arrastrando como maleta. Te ayudo a ponertelo de una vez -mi madre y Mary me ayudaron. La mochila no pesaba casi nada y la mascarilla era solamente de la nariz, no completa con la boca. Suspiré y traté de sonreír- nos dijo el doctor, que lo debes mantener todo el día. El tanque de oxígeno te durará aproximadamente dos semanas, entonces en cuanto se acabe, avisanos para comprar el otro.
–Esta bien, gracias... - les sonreí de nuevo- me siento cansada, me voy a subir. Quisiera estar un momento sola... -ambos se acercaron a donde estaba parada, y me abrazaron. Correspondi el gesto y sentí como depositaban un beso en mi frente. Me despedí de ellos y me ayudaron a subir la escalera, con el oxígeno no era tan fuerte el sentimiento asfixiante. Eso era bueno, supongo.
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I need you//Jos Canela y tú//2da temporada [EN EDICIÓN]
FanficPara entenderle necesitas leer la 1ra temporada [Daddy Please] Dónde todos tienen un futuro incierto, las reglas han cambiado, pero el juego es el mismo. No es culpa de quien se enamora, sino de quien sabe el peligro y aún así necesita el veneno de...