Nineteen

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–Creo que, esa es una decisión que Jos y yo debemos tomar. - no se dejaban de contestar cual era el mejor nombre, ya sea niño o niña -

–Esta bien hija - mi mamá noto la mirada que le había mandando, de la misma manera Fer hizo lo mismo con su mamá. - ¿ya desayunaste?

–Ya está servido, pueden pasar al comedor - Mary sonrió cuando se volvió a meter a la cocina, me ayudaron a caminar hasta el comedor, normalmente Jos y yo comíamos en la cocina, entonces era extraño estar sentada ahí. Me pusieron en la cabeza de la mesa, cosa que hasta cierto momento se me hizo extraño.

Después de desayunar, me subieron para que descansará, en un momento me quedé sola en mi cuarto, mientras ellas bajaban a platicar. No quería estar con nadie, necesitaba un tiempo a solas.

–¿Bebé? - mi mamá me dijo que desde este momento podía comenzar a hablar con el bebé y decidí que era un increíble momento- Hola chiquito, soy tu mamá -toque por encima de la ropa mi vientre y mantuve mi mano ahí- se que tal vez no me entiendas, pero quiero que sepas que haré todo lo que tenga, para verte crecer. Sinceramente, tengo miedo -mi mirada se lleno de lágrimas y el aire me falto, pero pude controlarlo- miedo a que esta enfermedad me gane y no pueda ver al hermoso fruto del amor que tu papá y yo nos tenemos, miedo a algún día hacerte falta. -limpie mis lágrimas y mire mi vientre- pero tú y tu papá, son mi fuerza, para todo.

–¿puedo pasar? - sin esperarlo, Jos estaba parado en la puerta, tocando levemente esta con el nudillo- Antes de que me regañes por estar aquí, tengo que decirte que salimos todos temprano. - entro a mi habitación y se sentó en la orilla de la cama - mi mamá me dijo que posiblemente estabas dormida y todos ya se fueron, así que estamos solos en casa. - acarició mis piernas sobre la ropa y me sonrió - ¿que hacías?

–Le hablaba al bebé, mi mamá me dijo que así sería más fácil que cuando naciera, reconociera las voces - asintió tratando de entender lo que le dije y se levantó para quitarse el saco e incarse a la altura de mi vientre-

–Hola bebé - susurró a el y coloque mi mano sobre su cabeza- tu mamá no es la única que te puede hablar, yo soy tu papá. No sabes la emoción que tengo por ya conocerte, por ya tenerte entre mis brazos y por ya estar contigo. Pero mientras eso pasa, mi deber es cuidar de ti y de tu mamá. - dio un beso sobre este y uno sobre mi mano- Me dijo tu papá que mañana iras al doctor, así que te voy a acompañar. - iba a negarme pero al parecer me leyó la mente- no voy a aceptar un no por respuesta, eres mi novia y la mamá de mi bebé, no te puedo dejar sola. Yo trabajo en casa, no te preocupes. - no quería ceder, pero no podía . Jos tenía razón, este bebé es de los dos y no lo puedo excluir como si nada de los asuntos que lo involucren-

–Esta bien, pero Jos, prometeme algo -tome ahora yo su mano, con un poco de fuerza, llamando su atención para que me viera.

–Si mi vida, ¿que pasó? - me quito los lentes y los dejo sobre el mueble que estaba a lado de la cama, quito mi cabello de mi rostro y lo coloco detrás de mi oreja-

–Sea cuál sea el diagnóstico que nos den mañana, necesito que me prometas que estarás para nuestro hijo siempre, sin importar cual sea la situación.

–Claro que sí, mi amor, siempre estaré para ustedes. Pero, ¿porque quieres que te lo prometa? Si ambos veremos crecer al bebé, lo vamos a cuidar y a educar juntos, ¿o no quieres eso?

–Claro que si quiero, es lo que más me gustaría. Pero seamos realistas, lo que le está pasando a mi cuerpo, no es normal. No está bien que me sienta así y menos ahora que, dentro de mi también hay un pequeño ser, que depende por lo mientras totalmente de mi bienestar.

–Estarás bien ¿oíste? No dejaré que te pase nada malo - se levanto y me abrazo, acariciando mi cabello y podía escuchar como sollozoba en voz baja - El día que me hagas falta, será lo peor. Así que si en mis manos esta, hacer algo, para que no te alejes de mi, lo haré. Lo que sea.

–Mejor, solo acuéstate conmigo y abrázame - yo también estaba llorando, no era la primera vez que la idea de morir cruzaba por mi cabeza, pero no se lo podía decir, le daría una carga más.

Hizo lo que le había pedido, se acostó a mi lado y me abrazo, teniendo cuidado con mi vientre. Podía sentir su respiración chocando sobre mi nuca y su pecho se encontraba pegado con mi espalda. Traté de conciliar el sueño mientras Jos se levantaba para colocarse la pijama, por un momento olvidé totalmente que dormíamos en habitaciones separadas, siendo que fue idea mía.

Había una silueta grande, parecía una persona que tenía una capa totalmente negra que cubría absolutamente todo su cuerpo, tenía una esta mantenía una sonrisa malévola en su rostro desfigurado mientras me extendía una mano, yo estaba sentada sobre una cama, al parecer de hospital.

El llanto de un bebé se hizo presente, todo era tan extraño, traté de levarme para ir a consolar al niño que lloraba, pero estaba encadenada a la cama.

Mire a la sombra, quien se río cínicamente al ver mis intentos de desencadenarme. Seguía con la mano extendida, cuando noto que no la iba a tomar, se acercó a la cuna donde se encontraba el bebé.

–Quien lo diría, la decisión más difícil que tomarías sería decir quién quieres que viva -su voz era ronca y profunda, haciendo que la piel se me erizara - ¿Tú o tu hijo?

–¿De qué... hablas? - la voz me tembló al responderle, se acercó aún más a la cuna y coloco su mano sobre el bebé -

–Tú eres quien debe decidir quién se despide de este mundo, a quien me llevo. - entendí todo cuando se quito la capucha, dejándome ver no a una persona, sino a una calavera. - ¿Ya tomaste ti decisión? Porque no tengo mucho tiempo.

Me estaba hablando la muerte y yo necesitaba decidir quién se iría con ella, después capte quién era ese bebé que estaba llorando: mi hijo con Jos.

El llanto de él, se combinó con el mío. No podía correr a ver su pequeño rostro o ir a calmar su llanto, por estar encadenada.

–¡Aléjate de él! - aún mantenía su mano esquelética sobre el estómago del bebé, al parecer, incomodandolo- No le hagas nada, por favor... - jalaba con todas mis fuerzas las cadenas, pero fue en vano- Llevame a mi, pero a mi bebé no le hagas nada... Por favor - lo último lo dije en modo de súplica, no podía ver como lo lastimaba o peor aún, ver como se lo llevaba.

–¿Estas segura de querer ser tú quien se valla conmigo? Porque, dejarás a esta pequeña criatura a su suerte. - yo sólo rogaba porque lo soltara y así fue, se acercó y se paro frente a mi- ¿Serás tú entonces?

–Sí... Pero al bebé no lo dañes... Por favor - mantenía la cabeza agachada, mirando de reojo a la cuna donde estaba-

–Entonces... -Trono los dedos y las cadenas desaparecieron- vámonos. - lo observe, como buscando compasión para que no se llevara a ninguno, cosa que no encontré- ¿que esperas?

–¿puedo... calmar su llanto? - desvíe totalmente la mirada al bebé, él hizo una seña para que me acercara a este y así fue. No tarde mucho en tomar en mis brazos a esa pequeña bolita de cobijas que lloraba, recargue su cabezita en mi hombro y lloré en silencio, él se estaba quedando dormido.- ya bebé, duerme. - lo arrulle con mi voz, hasta que por fin cerró sus ojitos. Suspiré y lo dejé acostado, deposite un beso en su frente y llore aún más.

–Hay un cambio de planes. -lo mire asustada y note a Jos recargado en el umbral de la puerta- Él tomó otra decisión... Tú te quedas, el que se va, es aquel - señalo con un dedo a la cuna, me asuste demasiado y traté de ponerme frente a la cuna para que no lo tocara pero Jos me tomó de los brazos, inmovilizandome-

–¡No! ¡No te lo lleves! ¿¡¿Porque cambiaste de opinión?!? - ahora me encontraba gritándole a Jos, no era posible que le haya dado a la muerte a nuestro bebé

–Es lo mejor. - me respondió fríamente y yo trataba de soltarme-

–¡NO! ¡NO LE HAGAS DAÑO!

I need you//Jos Canela y tú//2da temporada [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora