—¡No, no! ¡Por favor! ¡No me dejes aquí solo! —Protestó.
—Mira cómo cambiaron las cosas, ahora eres tú el que ruega... —Rió Josh, mientras terminaba de poner algunos libros en su mochila.
—Oh cállate, sabes que en cualquier momento puedo hacerte suplicar otra vez —Se acercó a él haciéndole retroceder hasta chocar contra la pared, colocando ambos brazos a los lados de su cabeza. —Incluso ahora, si te quedas —Murmuró muy cerca de sus labios, haciendo que al menor se le cortara la respiración.
—T-tyler, basta, no puedo faltar a la escuela por siempre —Respondió, alternando su mirada entre los ojos y los labios del castaño.
—¿Por favor? —Pidió una vez más, dejando un pequeño beso en su cuello.
Josh suspiró entrecortado.
—No —Se las arregló para escabullirse pasando debajo de sus brazos y volteó para seguir arreglando sus cuadernos. —Además, todavía me duele —Agregó bajito.
El demonio lo tomó suavemente por la cintura y lo atrajo hacia su cuerpo. Depositó besos suaves en su nuca.
—¿Y? Eso no es lo único que podemos hacer, si quieres puedo hacerte una-
—Tyler —Lo interrumpió volteando para quedar de frente, haciendo uso de toda su fuerza de voluntad para no rendirse ante sus encantos. —Si no quieres estar solo puedes... venir conmigo —Dijo, sin atreverse a mirarle a los ojos para no caer más profundo en su tentación.
—¡Sí! —Besó su mejilla sonoramente. —Pero, ¿cómo haremos con... —Señaló sus cuernos, su cola, sus alas. —...esto?
—Mmm, déjame ver —Caminó a su alrededor, observándolo. —Bueno, tus alas puedes ¿esconderlas de nuevo? ¿No?
—Claro —Lo hizo, sin que quedara el más mínimo rastro de ellas en su espalda. Josh lo observó atento, era escalofriantemente sorprendente. —¿Y el resto?
—Fácil. Espera —Abrió su armario y revolvió en él. Sacó un beanie negro, unos pantalones cargo, una remera y una chaqueta también negras. —El beanie arreglará lo de los cuernos, y entre los pantalones y la chaqueta supongo que no tendrás problema en esconder la cola.
—¿Me diste toda ropa negra por algo en particular? —Alzó una ceja, mientras se colocaba el beanie en su cabeza.
—Gusto personal —Bajó la mirada, sonriendo. —Creo que te verás bien en ella.
—Fetiche, querrás decir —Dijo, mientras comenzaba a ponerse las prendas.
—Llámalo como quieras, pero tengo razón —Josh lo miró de arriba a abajo mordiéndose el labio, admirando lo malditamente bien que se veía vestido completamente de negro. —Estás... wow.
—¿Seguro que no quieres que nos quedemos? —Sugirió el castaño una última vez, jugando con el borde de la remera del menor.
—No podemos —Sacudió su cabeza, intentando despejarla de pensamientos sucios. —Vamos, llegaremos tarde.
Salieron hacia la escuela por el camino que Josh tomaba usualmente. El menor estaba algo inquieto, miraba con nerviosismo a las personas que pasaban cerca de ellos y a Tyler reiteradas veces, para asegurarse de que no se viera nada que pudiese despertar sospechas en los extraños. Pero el castaño a su lado parecía bastante tranquilo, con una actitud calma y relajada. Observando todo a su alrededor con excesiva curiosidad.
—Actúa normal si no quieres que sospechen —Susurró el demonio en su oído, pasando un brazo por su espalda baja y apretando ligeramente su cintura.
—No me estás ayudando —Respondió Josh entre dientes, refiriéndose a su última acción.
—¿Por qué? ¿Te pongo nervioso? —Volvió a susurrarle, sonriendo pícaramente y acariciando su cintura mientras seguían caminando.
—Al decir verdad, sí. Y otras cosas también, así que te agradecería que dejaras de hacer eso al menos hasta que volvamos a casa —Dijo, ya con algo de rubor en sus mejillas.
—Pero si no estoy haciendo nada —Levantó ambas manos haciéndose el inocente.
—Mejor así —Le sonrió.
El resto del recorrido transcurrió con normalidad, con alguna que otra broma filtrándose en su conversación y leves roces inocentes. La dinámica de la charla logró que Josh estuvise menos preocupado y, sin percatarse del paso del tiempo o de las calles recorridas, llegaron a las puertas de la escuela.
—Sólo trata de no hacer ni decir nada raro, ¿sí? —Pidió el rizado.
Tyler rodó los ojos y siguió a Josh dentro del establecimiento, donde una manada de adolescentes ruidosos y molestos se abría paso entre los pasillos, hablando y riendo a los gritos. El castaño jamás había estado en presencia de tal cantidad de niños y, para ser honesto, le pareció un ambiente bastante desagradable. El menor pudo notar la mirada de varios estudiantes sobre el castaño, cosa que lo intimidó un poco. No se consideraba a sí mismo una persona celosa, pero resultaba realmente incómoda la forma descarada en que lo veían y analizaban, casi como si fuese un nuevo producto en una góndola de supermercado. Pero él lo sabía mejor que nadie, así era la vida en la escuela, y los chicos nuevos siempre eran el centro de curiosidad y atención al menos por unos días, hasta que el resto del alumnado se hartara de ellos y los dejasen en paz. Lo único que Josh esperaba era que Tyler no lo abandonara por la pimera persona popular que intentara conquistarlo.
—Hey, Dun —Escuchó una molesta voz a sus espaldas, la cual reconoció automáticamente: Lauren, probablemente la chica más intimidante -al menos a su parecer- de la escuela. —¿Me presentas a tu amigo? —Distinguió claros signos de coqueteo en su tono.
—Su nombre es Sam —Se apresuró a decir, antes de que Tyler hablara. —Es un primo lejano, vino de Vermont.
—¿Primo? Es difícil de creer que alguien con tanto estilo sea pariente tuyo —La chica le dirigió una mirada despectiva y le sonrió descaradamente al castaño, mientras éste la miraba serio. —Dime, Sam, ¿tienes planes para después de la escuela?
—De hecho, sí —Respondió el demonio —Tengo cosas que hacer con mi "primo" —Tomó a Josh por el cuello de su camiseta y le plantó un beso en los labios, bajo la mirada horrorizada de Lauren. El menor enrojeció en segundos.
—¿¡Pero qué caraj-
Josh tomó a Tyler de la muñeca y lo arrastró rápidamente fuera de la escuela, dejando no sólo a una muy impactada Lauren en medio del pasillo, sino a unos cuantos estudiantes confundidos que habían presenciado la escena.
—Tyler, ¿que mierda fue eso? —Cuestionó el menor bastante alterado una vez que estuvieron fuera del establecimiento.
El castaño tomó su rostro entre sus manos y lo besó. Otra vez, y otra, y otra. Cuando se separaron Josh lo miró algo atontado y con su respiración bastante acelerada.
—Lo siento —Comenzó Tyler —Bueno, en realidad no lo siento —Sonrió y pasó su pulgar por el labio inferior del menor, mirándolo con adoración. —No pude soportar que esa chica te hablara así.
Josh le sonrió con ternura.
—Sabes, eres muy poco malvado para ser un demonio —Enredó sus brazos en su cuello y comenzó a juguetear con los cortos cabellos de su nuca.
—Ese es uno de los tantos mitos que la gente cree sobre nosotros. No todos somos necesariamente malvados, al fin y al cabo todos somos... ángeles desterrados.
—No puedo creer que realmente estoy teniendo esta conversación —Josh rió y apoyó su frente en el pecho del castaño. —Todo esto es tan ridículamente extraño...
—Lo es —Lo abrazó, acercándolo más contra su torso. —Pero extraño bonito, ¿no crees?
Josh levantó su cabeza para mirarlo. No pudo evitar reir.
—Sí, extraño bonito.

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personal demon; [tysh]
Fiksi Penggemar-Vamos Josh, no seas tímido. Dime, ¿qué quieres hacerme? [COMPLETA]