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Siete y media de la tarde. Una ambulancia estacionaba delante de la casa de los Dun, dejando a ambos chicos allí bajo estrictas órdenes de reposo por lo que quedaba del día.

Josh y Tyler se encaminaron a la puerta tomados de las manos y sonrientes, sintiéndose plenos y felices, aunque también exhaustos. Estaban tan agotados que lo único que querían hacer era recostarse, abrazarse y mimarse el mayor tiempo posible.

¿Qué se los impedía? ¿Qué les impedía ser felices juntos, ahora? Nada. Y no podían estar más agradecidos por eso.

Pero la alegría en sus rostros desapareció ni bien el rizado intentó introducir la llave en la cerradura, dándose cuenta al instante que había otra llave puesta del lado de adentro.

Su madre.

Se miraron asustados, recordándolo: se suponía que Laura llegaría a la mañana, por lo que seguramente estaba en casa hace unas cuantas horas, y digamos que no del mejor humor de todos.

El rizado suspiró, y armándose de valor dió tres golpecitos a la puerta, haciendo una mueca casi dolorosa por los probables gritos que lo esperaban del otro lado.

Pero su expresión cambió por completo al ver quien estaba parado en el umbral cuando la puerta se abrió.

—¿Papá? —Dijo, casi con incredulidad.

—¡Josh! ¡Gracias al cielo estás bien! —El hombre lo tomó fuertemente entre sus brazos, y Josh correspondió al abrazo algo confundido. —Tú madre y yo estábamos muy preocupados por tí.

—¿Qué haces aquí? ¿Cuándo volviste a Ohio? —Preguntó, una vez que lo soltó.

—Esta mañana. Tu madre me llamó diciendo que tú habías desaparecido y cancelé todos mis compromisos para venir —Respondió, evidentemente feliz por ver a su hijo sano y salvo. —¿Qué te pasó? —Cuestionó, al ver que el menor traía una venda pequeña en su mano y otra un poco mas grande en su antebrazo.

—Oh, eso... —Miró su propio brazo, mientras pensaba una respuesta. —M-me caí y me lastimé un poco, no es nada —Sonrió nervioso.

Hubo un pequeño silencio, donde Tyler se cuestionó por qué rayos seguía ahí si básicamente estaba cumpliendo el rol de un potus.

Decidió hablar.

—Hola, usted debe ser el padre de Josh, un gusto, yo soy Tyler Joseph —Le extendió una mano con una sonrisa, orgulloso de hacer uso de su nuevo y flamante apellido.

—Puedes llamarme Bill —Sonrió, mirando de reojo a su hijo en busca de una explicación sobre a quién estaba saludando.

—Tyler es... —Comenzó el menor, sin saber cómo presentarlo.

¿Qué se supone que le diría a su padre? ¿Que era un amigo? Ciertamente no quería mentirle. Tyler era la persona a quien más amaba, pero jamás habían puesto un título oficial a su relación, por más que -secretamente- Josh lo anhelaba. Simplemente no había sucedido así.

—Soy el novio de Josh —Lo interrumpió, antes de que el rizado pudiera completar su oración.

Josh elevó ambas cejas en gesto de sorpresa, pero con una enorme sonrisa formándose en su rostro. Sus mejillas no tardaron en tomar un color carmesí, y miró a su padre con algo de vergüenza.

—Oh, wow —El hombre parecía genuinamente asombrado. —No tenía idea de que...

—¡¿Dónde demonios estaban?! —Laura apareció en la puerta, interrumpiéndolo. —¡Por el amor de dios! ¡No se imaginan el susto que nos dieron! —Abrazó fuertemente a ambos chicos, quienes no pudieron distinguir si estaba enojada con ellos o aliviada de verlos. O quizás ambas.

personal demon; [tysh]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora