personal demon; [tysh]

0014

Unos suaves besitos detrás de la oreja despertaron a Josh esa mañana. Se movió un poco sobre las sábanas, aún entre sueños, y un pequeño sonido de satisfacción escapó de sus labios debido a la agradable sensación. Abrió sus ojitos con dificultad y sonrió al ver a Tyler sobre él, intentando despertarlo con besos. No podía imaginar una mejor forma de empezar el día.

Pasó sus manos acariciando la espalda del castaño, para hacerle saber que estaba despierto.

—Oh, al fin, pensé que no despertarías jamás —Murmuró con su voz algo ronca, mordisqueando su oreja —Llevo diez minutos intentando —Trazó un camino de besos desde su cuello hasta su pecho.

—Tengo el sueño profundo —Rió bajito, acariciando su cabello y sus pequeños cuernos. —Buenos días, Ty.

—Buenos días, Josh —El demonio sonrió y dejó un pequeño beso en sus labios. Josh medio dormido era una preciosa vista para contemplar. —¿Cómo dormiste?

—Mejor que nunca —Respondió, pasando su dedo índice por el arco de la nariz del castaño y luego continuando en sus labios, delineando sus preciosas facciones. —¿Haz notado que... casi nunca hacemos esto?

—¿Hacer qué? —Murmuró, volviendo a besar suavemente su cuello, haciendo que Josh suspirara y sintiera mariposas en su estómago.

—Me refiero, despertar y poder estar... así —Abrazó su cuello con sus brazos y comenzó a dejar besos en su cabello. —Nunca lo hacemos, siempre sucede algo. Como la primera vez, que despertaste aterrorizado, o el otro día que despertamos con mi madre prácticamente gritándonos en la cara —Tyler rió contra su piel, tenía razón, no lo había notado. —Y si no pasa nada extraño aún así tengo que levantarme temprano para ir a la escuela.

—Hey, hoy también tienes que ir a la escuela —Mordió un poco la piel a su alcance, sacándole una risita al rizado. —¿Acaso lo olvidaste? Último día de clases. No volverás a pisar una escuela después de hoy.

—Claro que no lo olvidé, bobo —Enredó en sus dedos algunos mechones de cabello castaño. —Sólo que aún faltan dos horas.

—Oh —Levantó su rostro y lo miró con una sonrisa seductora. —Ya veo.

—Mmh —Hizo un pequeño sonido de afirmación. Enredó las piernas en su cintura, acercándolo más a su cuerpo, sin ningún tipo de pudor a pesar de estar prácticamente desnudo. —Mamá ya se fue a trabajar, podríamos aprovechar el tiempo... —Comenzó a besar su cuello.

—Bebé, sabes que no puedo acabar en dos horas —Murmuró cerca de su oído, haciendo que Josh se quejara. Tomó una de las manos del pequeño que descansaban en su nuca y la llevó a sus labios, besando el dorso con cariño. —Quizá podríamos hacer otra cosa, ¿qué te gustaría hacer? —Preguntó, mientras seguía dejando besitos.

Josh hizo un puchero.

—Está bien... ¿baño de burbujas, tal vez? —Propuso con una pequeña sonrisa.

—Suena bien —Le devolvió la sonrisa y dejó un beso en su mejilla. —Iré a prepararlo.

—Oh, no es necesario, yo puedo hacerlo.

—Pero yo quiero hacerlo —Le dió un último beso fugaz y se levantó de la cama, dirigiéndose al baño.

El menor lo miró caminar, embobado, detallando cada movimiento. Aún no podía creer que alguien tan hermoso como Tyler fuera real, y que tenía la suerte de tenerlo todo para él. A pesar de todas las complicaciones que tenían, se consideraba un chico realmente afortunado.

Se estiró entre las sábanas con pereza, volviendo a cerrar los ojos. Pronto sintió algo de frío, y se percató de que aún tenía todo el cierre de su pijama abierto. Sintió algo de vergüenza, por alguna razón, y volvió a cerrarlo y a acurrucarse entre las sábanas hasta que escuchó la dulce voz de Tyler llamarlo desde el otro lado del pasillo.