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[—¡A la sala de emergencias! ¡Rápido!

—¡Necesita una transfusión ahora mismo!

—Perdió demasiada sangre, no se si podremos salvarlo.

—¿Y el otro?

—No sabemos qué le paso, no podemos reanimarlo.

—Aplica máxima carga en el desfibrilador, ¡ahora!

—¡Los estamos perdiendo! ]















































































Luz. Luz blanca.

Silencio.

Demasiado brillante.

Silencio.

De pronto, un sonido agudo y sostenido. Como un pitido.

Disminuye de manera paulatina, hasta que desaparece.

Silencio otra vez.

Poco a poco, comenzaron a distinguirse voces lejanas. Ruido de pequeñas ruedas rechinando, puertas que se abrian y se cerraban. Sonidos electrónicos, como de algún tipo de aparato o computadora.

Sus párpados pesaban como si estuviesen hechos de plomo. Cuando logró comenzar a abrirlos, todo fue borroso. Confuso. Y demasiado brillante. Largos minutos pasaron hasta que logró enfocar su vista. Una bata celeste sobre su cuerpo fue lo primero que vió, seguido de unas cuantas agujas y cosas que no sabría como definir conectadas a su cuerpo. No comprendía nada, su mente se encontraba demasiado revuelta como para recordar algo, ni siquiera sabía donde estaba. Intentó levantar levemente su cabeza pero se mareó casi al instante, por lo que no tuvo más opción que dejarla caer nuevamente sobre la almohada.

—Tranquilo, tranquilo —Oyó una voz suave, y lo que parecía ser una enfermera entró en su campo de visión. —Intenta no moverte, perdiste mucha sangre. Te sentirás un poco mareado.

"Perdiste mucha sangre"

Entonces recordó todo.

Tyler.

Ne-necesito... t-tengo que... —Comenzó con un hilo de voz, resultándole increíblemente difícil el mero hecho de hablar.

—Lo que necesitas ahora es descansar. En una hora pasará un médico a chequear tu condición.

Como pudo volteó su cabeza hacia todos lados, mirando la habitación en la que se encontraba. La observó detalladamente, y sintió un hueco en su estómago al notar que al lado de su cama había otra, vacía.

—U-usted no entiende, tengo que... t-tengo que... —Estaba demasiado débil, ni siquiera podía arreglárselas para finalizar sus oraciones. La desesperación lo estaba consumiendo por dentro, pero cada movimiento que intentaba hacer hacía que volviera a marearse y su vista se volviera negra, sentía que se movía en cámara lenta. —Tengo que s-saber, Tyler... Ty —Lágrimas de angustia y terror empezaron a acumularse en sus ojitos, mientras miraba a la enfermera con súplica. —N-necesito... por favor —Sollozó casi en un susurro, demasiado débil como para siquiera gritar o moverse.

La jóven le sonrió de manera tranquilizadora.

—Todo estará bien, todavía estás en shock, es lógico después de lo que pasaste. Te daré un sedante y en unas horas todo estará mejor, ¿bien? —Dijo amablemente.

personal demon; [tysh]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora