0024

654 84 56
                                    

El camino de regreso a casa fue alegre y lleno de risas. Después de todas las felicitaciones, abrazos y fotos luego de la graduación, Laura, Bill, Tyler y Josh habían subido al auto para emprender el camino a su hogar, y todos comentaban felices sobre el acto.

Pero Tyler estaba profundamente consternado, aunque intentaba disimularlo para no preocupar a Josh.

El rizado, por supuesto, no pasó por alto ese hecho. Sabía que su novio siempre intentaba protegerlo de todo, incluso de los problemas más leves, pero en todo ese tiempo Josh había aprendido a distinguir en él los signos de que algo andaba mal. Y, desafortunadamente, presentía que éste podía ser el caso.

A pesar de todo, Tyler tomó su mano y la sostuvo entre las suyas durante todo el camino a casa, intentando hacer comentarios alegres y sin dejar ni por un segundo de decirle lo orgulloso que estaba de él. Para cualquier persona -incluso para Bill y Laura- su comportamiento parecería completamente normal, y, al decir verdad, lo era. No había evidencia notoria de un cambio en su conducta. Pero Josh lo conocía demasiado bien como para no darse cuenta de que el brillo usual de sus ojos café, estaba algo apagado.

Ni bien llegaron, ambos se dirigieron a la habitación de Josh. Se quitaron los sacos para estar más comodos y Tyler se sentó en la cama, haciéndole una seña al rizado para que fuese con él.

—Ven aquí, bebé —Dijo, esforzándose por sonreir con la mayor naturalidad posible y extendiendo sus brazos.

Josh sonrió y se sentó en su regazo, abrazándolo con fuerza por el torso y reposando su cabecita contra sus pectorales. Escuchó los latidos de su corazón y sintió su pecho moverse mientras respiraba. Era su cosa favorita en el mundo.

Y a Tyler, sinceramente, le hubiera gustado pasar la noche entera así. Ahora más que nunca necesitaba de los brazos de Josh a su alrededor, de su preciosa voz diciéndole que todo estaría bien.

Estaba tan asustado.

Pero no quería decirle, no quería arruinar su noche de graduación. Todavía no sabía qué hacer al respecto, pero lo último que quería era traer otra preocupación a sus vidas ahora que todo parecía estar de maravilla. Sólo quería algo de tranquilidad.

De todas formas, recordaba las insinuaciones de Josh antes de ir al acto. Sabía que ahora que habían vuelto probablemente querría tener un momento más íntimo con él pero, a decir verdad, no estaba de ánimo para eso. No estaba de ánimo para nada, en realidad. Pero no importaba, haría lo que su novio quisiera hacer. Al fin y al cabo, era su noche de graduación y quería que todo fuese perfecto para su pequeño rizado.

Lo que Tyler no sabía era que Josh ya estaba bastante al tanto del ligero cambio en su humor, y la última cosa en su cabeza en ese momento era el sexo.

—¿Ty? —Habló luego de un rato de silencio, sacando al castaño de sus pensamientos. Levantó su rostro para verlo a los ojos.

—¿Mmh? —Respondió, acariciando su cintura.

—¿Quieres decirme qué te sucede? —Preguntó, con cuidado. No sabía qué tan delicada podría ser la situación.

—¿A qué te refieres? —Le sonrió, intentando aparentar relajado.

—Ty... —Suspiró, acariciando su pecho. —Te conozco, sé que algo te pasa.

Tyler negó con la cabeza.

—No es nada, bebé. Sólo estoy un poco cansado, eso es todo —Pasó una de sus manos por el cabello del menor, enredando sus dedos en sus rulitos.

Josh llevó sus manos a su rostro, tomándolo por las mejillas. Lo miró realmente preocupado, y Tyler supo que no podría esconderle el asunto por mucho más tiempo.

personal demon; [tysh]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora