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Nota:
          No puedo creer que en menos de dos semanas este fic alcanzó 1.50 K lecturas. De verdad, pensé que nadie lo iba a leer. Estoy muy muy agradecida con todos/as ustedes, y todos sus comentarios me hacen inmensamente feliz 💖





Josh realmente no quería volver a entrar a la escuela luego de la pequeña escena con Tyler y Lauren en los pasillos. La campana ya había sonado y si entraba ahora sería incluso peor, todos ya estarían en las aulas y lo verían entrar. Sería el centro de atención, y no era algo con lo que se sintiera precisamente cómodo. Además tendría que evadir las preguntas sobre su "primo", evitar que Tyler hiciera algo que lo delatase, soportar las nuevas burlas de Lauren... No le tomó ni cinco segundos decidir que volverían a casa. Quedaban tan sólo unas pocas semanas de clases, y la verdad es que no influiría demasiado en sus calificaciones si hacía uso de las faltas que aún le quedaban. Más si era por una buena causa. Y no podía encontrar una mejor causa que Tyler.

Realmente disfrutaba de su compañía, no sólo en la cama sino también en las cosas cotidianas. En unos pocos días había logrado alterar por completo su aburrida rutina diaria y hacerla mucho más emocionante. A pesar de sus constantes insinuaciones -cosa que, debía admitir, no le molestaba para nada- siempre se mostraba considerado y cariñoso con él, lo opuesto a lo que hubiese pensado sobre un demonio. A cada instante lo sorprendía más y más con sus actitudes.

Llegaron nuevamente a la casa y subieron a la habitación. Josh tiró su mochila hacia cualquier sitio y se tiró boca arriba en la cama. Tyler se quitó su chaqueta e imitó al menor, dejándose caer cual bolsa de papas encima de Josh.

—¡Tyler! ¡Me aplastas! —Protestó el rizado, intentando inútilmente quitarse al castaño de encima.

—¿Dijiste algo? No te oigo —Bromeó el demonio, sin hacer el más mínimo esfuerzo por moverse.

Josh, dándose cuenta de que le sería imposible sacárselo de encima con su propia fuerza, decidió morderle el brazo. Tyler chilló y se volteó, quedando frente a frente encima de él.

—Estas jugando sucio, niño —Advirtió con una sonrisa en sus labios, y acto seguido comenzó con un ataque de cosquillas.

Josh se retorcía a carcajadas y pataleaba, incapaz de escapar de los hábiles dedos de Tyler. En uno de sus tantos movimientos bruscos, rodó y cayó de la cama, aún riendo.

—¡Ya! ¡Basta! —Rió, levantándose del suelo e intentando recobrar el aliento. —Iré a buscar algo para comer, ¿quieres?

El castaño asintió con una enorme sonrisa en su rostro. Ni bien el menor salió de la habitación, se dejó caer de espaldas sobre la cama. Al fin y al cabo, parecía ser que su condena a permanecer en la Tierra no sería tan desdichada.

Pero cuando Josh, a los pocos minutos, volvió con algunos paquetes de papas fritas en sus brazos, el ambiente alegre de hacía unos instantes se había desvanecido por completo. Tyler, quien hace menos de diez minutos se mostraba divertido y feliz, ahora miraba un punto fijo en la pared contraria. Al acercarse, el rizado notó que estaba sudando en exceso y sus manos temblaban un poco.

—¿Ty? —Preguntó con preocupación.

No obtuvo respuesta.

—Tyler, ¿qué sucede? Me asustas —Intentó colocar una mano en su hombro pero éste se apartó.

—Josh... N-no me toques, está... está sucediendo —Habló con angustia, su voz rota y sus ojos llenándose de lágrimas.

—¿Qué? ¿Qué está sucediendo? Tyler, por dios, háblame —Preguntó alterado, el miedo comenzaba a hacerse presente en su ser.

personal demon; [tysh]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora