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—Bueno, es malo, pero podría ser peor —Dijo Tyler, mientras jugaba entre sus dedos con algunos rizos del chico tendido sobre sus piernas.

Un muy frustrado Josh se encontraba con su cabeza recostada en el regazo del castaño, quien estaba sentado en el sofá de la sala. Acababa de relatarle su reciente conversación con Laura, y cómo ahora deberían encontrar una nueva forma de ocultarle el hecho de que un demonio estaba viviendo en su casa.

—Definitivamente no podría ser peor —Replicó el rizado, frotando sus ojos.

—Hey, tranquilo —Bajó sus caricias del cabello del menor hasta sus mejillas, haciendo pequeños patrones invisibles, concentrado —En lugar de preocuparnos, busquemos una solución —Josh cerró sus ojos ante el ligero contacto, concentrándose más en esa sensación que en lo que Tyler decía. —¿Que tal si... dejamos todo igual? Es decir, puedo quedarme encerrado en tu habitación sin hacer ningún ruido mientras tu madre está en casa, no tendría ning-

—Me gustan tus manos —Lo interrumpió Josh, sin haber escuchado ni una palabra de lo que había dicho el demonio. Tomó sus manos entre las suyas, entrelazando sus dedos. —Son pequeñas y suaves —Agregó, dejando pequeños besos en la punta de sus dedos. —Y me hacen sentir tan bien...

—Josh —Rió el mayor, enternecido por la actitud del más pequeño. Se encorvó sobre él, acercando su rostro —Te estas distrayendo —Sonrió.

—Me gusta tu nariz también —Le devolvió la sonrisa, estirándose para morder precisamente esa parte de su rostro.

—Auch —Se quejó Tyler, riendo. —No intentes distraerme a mi también —Dijo, dando pequeñas caricias en su cuello con sus manos.

—Tú me estás distrayendo —Murmuró, cerrando sus ojos otra vez y acomodando su cuello de manera que fuera más accesible a los mimos del castaño.

—Bueno, pero, de verdad, ¿que piensas de lo que te dije? —Volvió sobre el tema, ladeando un poco su cabeza.

—¿Me lo repites? —Abrió lentamente sus ojos y le sonrió perezosamente, colocando sus manos sobre las del demonio, que aún se encontraban moviéndose ligeramente sobre su cuello.

Tyler negó con la cabeza, pero aún con una sonrisa en sus labios.

—Que podríamos dejar todo como está, y cuando tu madre esté en casa puedo quedarme encerrado en tu habitación en silencio —Repitió, mirando al menor a la espera de una respuesta.

Josh rió, divertido.

—Eso es completamente ridículo —Negó con la cabeza. —Ahora está en modo "buena madre", necesariamente querrá entrar a mi habitación en algún momento, estar al tanto de mis cosas y bla bla bla.

Tyler hizo una mueca de disgusto.

—¿Entonces?

—No lo se —Resopló Josh.

Ambos voltearon la cabeza hacia la puerta cuando oyeron el sonido de un auto estacionar en la vereda. El mayor se apresuró a buscar y ponerse su beanie, mientras que el rizado se levantó y se sentó en el sofá lo más erguido posible, acomodando su cabello para que no se viera despeinado.

Cuando Laura entró por la puerta, se encontró con un par de jóvenes muy bien sentados en el sofá de su sala, con una prudencial distancia el uno del otro, que la miraban sonriendo de manera inocente.

—Bueno, veo que no perdiste el tiempo, Josh —Miró a uno y a otro alzando una ceja, pero sin quitar la radiante sonrisa plasmada en su rostro desde que atravesó el umbral. —Al menos me alegra esta vez encontrarlos vestidos.

personal demon; [tysh]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora