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—Joooosh, me aburro —Protestó Tyler, su voz sonando amortiguada por la almohada en la que tenía enterrado su rostro.

El menor rió.

—¿Y qué quieres hacer? —Preguntó desde el sillón al otro lado de su habitación, donde se encontraba sentado tranquilamente mientras hojeaba un cómic.

El castaño levantó su cabeza y lo miró con una sonrisa pícara en sus labios. Josh rodó los ojos.

—Ni siquiera lo pienses —Dijo, intentando sonar serio pero rindiéndose ante una sonrisa al final. —Todavía me duele al caminar.

—Hey, yo no dije una palabra, tú solito lo pensaste —Ensanchó su sonrisa.

—Okey, pero hablando en serio, ¿qué quieres hacer? —Dejó el cómic a un lado y apoyó sus codos en sus rodillas, sosteniendo su cabeza en sus manos.

—Quiero salir, conocer el vecindario —Volteó quedando boca arriba en la cama. —Lo único que conozco en la Tierra son las cuatro paredes de tu habitación y tu horrible escuela —Hizo una mueca de desagrado.

—Ya hablamos de eso Ty, es peligroso que te vean por la calle —Suspiró. —Ya bastante arriesgado fue que fueras a la escuela el otro día.

—Pero fue divertido —Le sonrió, mostrando sus dientes algo chuecos.

Josh negó con la cabeza, derrotado. Se había dado cuenta que muchas veces Tyler actuaba como un niño, insistente y caprichoso, y le era realmente difícil decirle que no. De todas formas, no creía que realmente algo demasiado terrible fuese a pasar. Al menos no si eran discretos.

—Está bien... —Suspiró derrotado, levantándose de donde estaba sentado. —Vístete.

Tyler se había tomado la costumbre de andar en ropa interior todo el día por la casa. Costumbre que a Josh no le molestaba en absoluto, aunque debía admitir que más de una vez le había generado un problema en sus pantalones.

Le dio algo de ropa -negra, como de costumbre- a lo que el castaño sonrió, sabiendo lo mucho que le gustaba al rizado verlo en ese color. Se la puso sin chistar y se dirigió a la puerta de la habitación, ansioso por salir.

Josh carraspeó.

—¿No se te olvida algo? —Dijo, alzando una ceja.

—Oh, claro —Caminó hacia él y plantó un corto beso en sus labios. —¿Vamos?

—Eso no, idiota —Rió. —Ésto —Sacó el beanie negro de detrás de su espalda y lo colocó en la cabeza del contrario.

—Ya se, sólo quería una excusa para besarte —Sonrió y volvió a darle un pequeño beso, esta vez en su mejilla.

—No necesitas una excusa —Le devolvió la sonrisa, tomando su rostro entre sus manos para comenzar a besarlo lento.

Al separarse Tyler pasó su lengua por el labio inferior del menor, luego atrapándolo suavemente entre sus dientes haciéndolo jadear.

—S-si seguimos así no saldremos nunca de esta habitación —Josh rió un poco, con su respiración algo acelerada, aún mirando los labios del demonio.

—No tendría problema en quedarme un rato más —Murmuró el mayor cerca de su oído.

Josh lo empujó juguetonamente negando con la cabeza y se encaminó a la salida.

—Ven, vamos.

Josh debía admitir que no era el mejor día de todos para dar un paseo y conocer el vecindario. El cielo estaba cubierto en su totalidad de nubes gris oscuro, y el viento frío de finales de otoño parecía anunciar que la llegada de una tormenta era inminente. Sin embargo, a Tyler no parecía importarle en lo más mínimo. Estaba demasiado entusiasmando mirando y preguntando acerca de todo y todos, sorprendiéndose hasta de los simples insectos. El rizado pensaba que era realmente adorable.

personal demon; [tysh]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora