personal demon; [tysh]

0016

Aproximadamente una hora después, llegó Laura. La escena con la que se encontró en la sala le pareció tan tierna y pura que por nada del mundo pensó en despertarlos. Estaba realmente feliz de que su hijo hubiera encontrado una persona como Tyler.

Colocó en silencio un par de cajas de pizza sobre la mesa y se sentó en un sillón a unos metros de ellos a leer un libro, para no molestarlos. El castaño fue el primero en despertar, poco después, sonrojándose un poco al notar a Laura. Intentó despertar al niño dormido abrazado a él.

—Joshie —Susurró, dando pequeñas caricias debajo de su barbilla. —Mira quien llegó...

El rizado abrió sus ojitos con dificultad y todavía medio dormido miró a Tyler, quien le hizo una seña con la cabeza, sonriendo. Volteó en esa dirección y vió a su madre, quien lo miraba alegre.

—¡Mama! —Exclamó, levantándose del sofá y yendo a saludarla.

—Felicidades, hijo —Lo envolvió en un fuerte abrazo. —Estoy muy orgullosa de ti —Le sonrió ampliamente, y Josh le devolvió el gesto. —De ambos —Miró a Tyler, quien por un momento se había olvidado de que se suponía que él también iba a clases. —¿Qué tal el último día?

—Bien, liberador, en realidad —El rizado suspiró, contento. —En dos semanas será el acto de graduación.

—Tendremos que conseguirte un traje para ti, Tyler —Comentó Laura, volteando a verlo. —¡Y no dejaré que vayas con ese horrible gorro que siempre llevas puesto! —Rió.

El demonio soltó una risita nerviosa.

—Hey, veo que trajiste las pizzas de las que hablamos —Josh se apresuró a cambiar de tema.

—Oh, sí, sentémonos a comer —La mujer se levantó en busca de una bebida.

—¡Pero si son recién las seis! —Protestó el menor.

—Yo tengo hambre... —Murmuró el castaño desde el sofá.

—Lo sé, Josh, pero me temo que no podré cenar con ustedes hoy —Le respondió a su hijo, regresando de la cocina con una gaseosa en sus manos. —¿Adivina qué? Esta noche tengo que salir a otro viaje —Comentó, desanimada. —Ni siquiera les importó que les dijera que quería pasar este día contigo... Lo siento tanto.

Tyler y Josh cruzaron sus miradas fugazmente. 

—No te preocupes, mamá. Tendremos muchos días para estar juntos —Le sonrió, de manera inocente.

—Lo sé, pero odio dejarte solo —Acarició sus rizos. —Tyler, prométeme que cuidarás de mi hijo mientras no esté.

—No necesito que nadie me cuide, soy mayor de edad —Se cruzó de brazos, mirando con mala cara a su madre.

—Josh tiene razón, pero igual lo haré, Laura —Se puso de pie y abrazó al rizado por detrás, dejando un beso en su mejilla.

—Aw, son adorables —Sonrió la mujer, enternecida. —Bueno, ¡al ataque! Esas pizzas no van a comerse solas.

Los tres pasaron una tarde agradable comiendo y riendo, y Josh sinceramente no podía estar más feliz. Todo parecía marchar sobre ruedas y ahora, además, tendría tiempo a solas con Tyler. 

Las horas pasaron y aproximadamente a las nueve Laura anunció que partiría rumbo al aeropuerto.

—Llámenme si necesitan algo, ¿está bien? —Saludó con un abrazo a ambos chicos. —Volveré pasado mañana por la mañana.

—Adiós, mamá.

—¡Adiós, Laura!

Se quedaron en la puerta viendo como el auto se alejaba, hasta que dobló en la esquina y lo perdieron de vista.