X. Presentimiento.—Regresen a sus puestos. —El capitán demandó y los silbidos de celebración cesaron. —Canario, mantente alerta, puede regresar en cualquier momento. —Señaló a Tom.
—Aye, capitán. —Respondió el otro obediente.
El hijo de Neptuno procedió a mirar a su alrededor, como si buscara algún posible daño en su embarcación, hasta que sus ojos se detuvieron en Harry para posteriormente mirarme a mi. Dirigió sus pasos acercándose a donde yo me encontraba, una vez estando lo suficiente cerca habló;
—Eres inútil en todos los aspectos existentes. Te dije que los medallones se ganaban, ¿y qué has hecho desde que llegaste? ¡Nada productivo! Y como si tu incompetencia no fuera suficiente, arrastras a mi tripulación contigo. —Escupió molesto, pude notar como Harry y Tom se acercaban.
—Capitán... —El oji verde habló pero su superior no le permitió continuar.
—No, Ice. Aquí no importa si eres hombre o mujer, aquí espero que todos aporten algo útil, todos por igual. Ya tienes cinco días aquí y lo único que has hecho es pelar papas. De todos mis años en el mar, eres el intento de pirata más patético que he visto, pero tienes el medallón y hay un juramento que respetar. Mas hay un ultimátum para ti, Anea, tienes hasta que lleguemos a la Laguna Negra para demostrar que te has ganado el medallón, y si fallas, serás el próximo sacrificio de la isla.
El hijo de Neptuno amenazó y supe que no era una amenaza vacía.
—Yo nunca pedí ser parte de esta tripulación, capitán. Si hubiera sabido lo que aceptar el medallón conllevaba, nunca lo hubiera aceptado. —Solté porque era la verdad, yo no pedí ni quería esto.
El dueño Del Mar sonrió. —Tienes que tener agallas para hablarme así, pero lo dejaré pasar pues finalmente muestras un poco de carácter. —Hizo una pausa y se centró en mi medallón. —Solo demuestra que te has ganado el medallón y todo estará bien.
—Capitán...
—¡Por un demonio Ice! ¿Vas a intentar defenderla? —Lo volvió a interrumpir.
Harry soltó una risotada. —No podría importarme menos si decide sacrificarla en este mismo instante. —En su voz ronca se percibió que no mentía. Y yo que pensaba que abogaría por mi. —Tom ha estado queriendo mostrarle que nos estamos acercando a una isla, capitán.
Tanto el capitán como yo miramos el punto que nos indicaban. Los primeros rayos del sol iluminaban el cielo y el mar haciendo una hermosa obra para el ojo humano, pero no fue el paisaje en el que me enfoqué, sino la isla que se alcanzaba a ver.
—Es la Isla de los Murmullos, capitán. —Informó Tom y el hijo de Neptuno asintió como si ya lo supiera. —¿Nos detendremos? —Cuestionó y el capitán pareció meditarlo.
—Si, necesito asegurarme que El Canto de Sirena no haya sufrido algún daño. Mientras yo hago lo mío tú, Ice y otros hombres irán a buscar provisiones y se desharán de lo que ya no sirva, ¿de acuerdo? —Tanto Tom como Harry asintieron. Parecía que el capitán partiría hacia su camarote, pero entonces agregó; —Y llévense a Anea, asegúrense que haga algo útil. —Ordenó y esta vez si terminó por marcharse hacia su camarote.
Miré a los dos hombres frente a mi, Tom me sonrió y Harry me miró mal antes de alejarse mientras decía: —Ya oyeron al capitán, haremos una parada, Taipan, encárgate del timón.
Por mera curiosidad miré hacia el timón pues quería saber quién era exactamente Taipan, para mi sorpresa resultó ser el mismo hombre del tatuaje de una serpiente en su espalda, ahora sabía quien era Calum con exactitud.
—Debiste esconderte cuando te lo dije. —Tom dijo junto a mi a lo que centré mi atención en él.
—Uno no ve todos los días un monstruo marino, ¿cómo esperabas que reaccionara? Aún sigo sin creerme del todo lo qué pasó, quiero decir, creía que ese tipo de criaturas solo existían en las historias que las mamás les cuentan a sus hijos para asustarlos. —Tom se rió.
—Y créeme que aún no has visto nada. Conforme pasen los años te darás cuenta que lo que presenciaste hoy fue insignificante en comparación a las cosas que verás en el futuro. —Prometió y decidí no dudar de su palabra, ahora que ya había presenciado un suceso tan extraño, no dudaba que pudiera presenciar más cosas que para mi no tendrían lógica.
—Esta isla a la cual estamos por ir, ¿es peligrosa? —Indagué.
—¿Te refieres a la Isla de los Murmullos? —Asentí. —Sólo no te dejes llevar por los murmullos y estarás bien.
—¿Qué murmullos? —Me interesé y Tom hizo una mueca.
—No tengo manera de explicártelo con precisión, cada quien escucha diferentes murmullos, lo que si te digo es que te mantengas cerca de nosotros y no te dejes engañar por lo que escucharás, puede llegar a ser muy real. —Informó y me limité a procesar sus palabras. —Asegúrate de llevar tu cuchillo, lo necesitarás.
Inconscientemente llevé mi mano a mi cinturón mojado a causa de mi caída al mar, mi cuchillo siempre estaba conmigo, era lo único que tenía para "protegerme" aún si no lo supiera usar con audacia.
—Otra cosa más, en la isla hay un claro de agua dulce, te recomiendo que lo aproveches y laves tus ropas, así evitarás que lo salado del océano las dañe con rapidez. —Aconsejó.
—Gracias. —Pronuncié, pues no creía poder conseguir otras ropas con facilidad si estas se llegaban a echar a perder. Al mismo tiempo, mentalmente agradecí que sería lo más cercano a un baño que tendría. Realmente no entendía como los piratas podían resistir tanto tiempo andando malolientes.
Cuando finalmente el barco se detuvo lo hizo a varios metros de la isla, miré maravillada como el agua a las orillas de la playa era de un color azul bastante claro, casi transparente.
—Es hora de irnos. —Tom me avisó y lo seguí hasta uno de los botes al lado del barandal.
Con ayuda de Tom me acomodé en el bote junto a él y esperamos a que los otros hombres también lo hicieran. Miré a cada uno con detenimiento, ahora que lo pensaba solo conocía el nombre de Harry y el de Tom, los demás seguían siendo extraños para mi (también exceptuando a Calum y al capitán).
En total íbamos diez, incluyéndome. Con poca delicadeza otros dos hombres empezaron a hacer el bote descender, me sostuve con fuerza de uno de los bordes hasta que el bote tocó el agua. Harry fue quien tomó ambos remos empezando así a remar hacia la isla.
Todos íbamos completamente callados, solo se podía escuchar el impacto de los remos contra el agua, así como el sonido de las olas golpeando las orillas de la playa.
Pronto llegamos a nuestro destino y todos bajamos del bote. Mis botas ya mojadas se empaparon aún más pero no le di importancia, Harry junto a otro hombre se encargaron de sacar el bote del mar dejándolo así sobre la arena para que las olas no lo alcanzaran.
—Tú. —Harry señaló a uno de los hombres. —Quédate a cuidar el bote y mantente alerta, los demás, vámonos que no tenemos todo el día.
Y sin demora alguna, nos adentramos a la isla. Yo sólo tuve un presentimiento extraño.
Hola, hola. Aquí un nuevo capítulo de una de mis historias favoritas para escribir. Muchas gracias por todo, ¡esperen el próximo capítulo! ⚡️