XXIV

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XXIV. Lejos del Barco.




Sus ojos azules me miran como si estuviese viendo a un fantasma.

Repasa mi atuendo y veo cómo da un paso hacia atrás en sorpresa al reconocer a qué se debía mis ropas.

—¿Qué... —Niall se interrumpió a él mismo y tomó mi brazo para jalarme hacia un callejón, pues al estar en plena calle, el bullicio de la gente transitando nos haría imposible entablar una conversación sin vernos interrumpidos.

—¿Qué haces en Inglaterra? ¡¿Cómo llegaste hasta aquí?! —Inquirió aunque algo en él ya sabía la respuesta.

—Es una larga historia Niall. Omitiendo todos los detalles tan sólo te diré que llegué aquí junto a mi capitán. —Respondí y en su rostro seguía la misma confusión.

—¿Capitán? ¿Quién es tu capitán? —Volvió a soltar sus preguntas.

—Mi capitán es el hijo de Neptuno. —Contesté y encontré una sensación extraña en esas palabras, nunca las había dicho en voz alta, tan sólo era un dato que estaba albergado en mi cabeza.

La sorpresa de Niall fue evidente. —¡¿Ahora eres la puta del hijo de Neptuno?! —Soltó y su comentario no me causó gracia, aunque él no utilizó esa palabra como insulto.

—No soy la puta de nadie. —Solté firme, no quería que se me involucrara así con el capitán, porque entonces, mis pocos méritos se verían opacado por ello. —Soy un pirata más, parte de su tripulación.

Niall asintió. —Nunca te imaginé como pirata, incluso cuando Zayn mencionó que quería llevarte con él, ambos llegamos a la conclusión de que tú no querrías dejar aquel bar en Portugal, y mírate ahora, siendo parte de la tripulación de su rival en el mar. —¿Zayn me quería llevar con él?

Negué. —Mi capitán no tiene rivales en el mar porque él es el dueño del mar. —Hablé con simpleza y Niall se rió.

—Sin duda la sal del mar ya te afectó. —Comentó manteniendo su tono de broma.

—Y Zayn, ¿él también está aquí en el puerto? —Inquirí y el rubio negó.

—No, está en un puerto vecino junto al resto de la tripulación, yo solo vine a King's Treasure por un asunto que tenía pendiente. —Confesó. —Créeme que le va a sorprende mucho saber que la pequeña Anea ya anda navegando los mares con piratas extraños.

»Sé que tú y yo casi ni hablábamos, pero siempre pensé en ti como una niña delicada y extraviada. No conozco tu historia, pero se nota que tú no estabas destinada a ser pirata, no tienes lo que se necesita. Y no lo dijo en un insulto, tan sólo en lo que veo en ti, lo cual no es malo. Supongo que el destino tiene sorpresas para cada individuo, y tu sorpresa fue terminar rodeada de piratas. ¿Quién lo diría? Te juntaste con un pirata y terminaste siendo uno.

—El destino, el mar, el mismo Neptuno, ¿qué más da de quién o de qué fue obra? Si al final sigo estando aquí. Sólo hay que mirarnos a ambos, unos meses atrás nunca hubiera imaginado que estaríamos teniendo esta conversación. —Comenté y Niall asintió.

—Concuerdo contigo, pero también ya tengo que irme. —Comunicó como forma de despedida. —Ah, y ten por seguro que si algún día tu tripulación se enfrente a la mía, no voy a dudar en matarte. Buena suerte, marinero. —Y luego de decir esas palabras salió del callejón para incorporarse a la calle principal.

Me quedé unos momentos ahí, meditando lo que recién había sucedido. Realmente nunca esperé encontrarlo aquí.

Regresé a la calle principal reparando en que estaba sola. Había perdido a Tom y no sabía qué dirección tomar para encontrarlo. Contemplé la opción de regresar al barco, el único lugar que conocía con seguridad, pero a la vez no quería, pues no solo había pasado tantos días ahí, también iba a pasar más días teniéndolo como mi único hogar, así que decidí seguir curioseando y aprovechar las pocas oportunidades que tenía de conocer un nuevo lugar y de estar alejada por unos días del océano.

O A T H  1 & 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora