XIII

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XIII. "La Herida que Sana Dos Veces"




"Y sanaré tus heridas las veces que sean necesarias,
las veces que sean deseadas,
las veces que tú me lo pidas.
Sanaré tus heridas hasta que no me quede nada de esta jodida vida."

-OATH.




Tom miró la sangre que escurría de la palma de mi mano.

Digamos que la "clase" no había resultado en éxito para mi. Tom me enseñaba una manera de sostener el cuchillo para atacar y matar a mi oponente pero en un movimiento despistado que hice terminé con una cortada que atravesaba mi palma. La herida no era profunda, pero si ardía y la sangre parecía no querer parar.

Tom sostuvo mi mano y yo lo miré a los ojos esperando que hiciera algo, él no mostró la más mínima preocupación pero casi sin que yo lo anticipara tiró del borde de mi blusa extrayendo así un pedazo de la prenda. Lo que menos me importaba era mi ropa, así que me limité a observar como él sostuvo el cántaro con ron del que antes bebía, vertió un poco sobre mi mano ocasionándome ardor, resistí el leve dolor y esperé a que terminara de limpiarla para después vendarla.

—Gracias. —Hablé pero él lo ignoró.

—¿Sabes? Si yo hubiera sido igual de incompetente que tú, lo más probable es que tu hermano habría terminado por arrojarme al mar. —Comentó al finalizar soltando mi mano.

La mención de mi hermano mayor me hizo meditar sobre lo que había acontecido con él, cosa que no sabía en realidad, pues Mattious no tuvo la oportunidad de contármelo, ahora que lo pensaba, ni siquiera sabía el motivo por el que mis padres lo corrieron de la casa, ¿qué había hecho él para ganarse el odio de mis padres?

—¿Eras muy apegado a mi hermano? —Le cuestioné y él asintió sin dejar de mirarme.

—Como te dije, yo llegué a la tripulación siendo just a boy, Matt se encargó de criarme por lo que terminé siendo cercano a él, fue una relación de agradecimiento bajo el juramento de Neptuno. —Hizo una pausa y miró hacia el mar solo por un breve instante. —No me lo tomes a mal, pero él nunca habló de ti.

—Tiene sentido, no había nada que decir. —Me limité a decir reservándome así la relación que tuve con mi hermano de pequeña.

Él era el mayor de los siete y yo la menor, por lo que siempre lo recuerdo protegiéndome, estando al pendiente de mi y no permitiendo que mis hermanas me molestaran, claro que esto solo sucedía cuando no se encontraba trabajando en el negocio de mi padre. Cuando Mattious se fue, ahí comenzó parte de mi infierno.

—Supongo que la lección de hoy se pospone hasta mañana, tengo que regresar al nido. —Mencionó y yo asentí, era su obligación estar en vigila cada cierto tiempo. —Vete a dormir y trata de descansar, vendrán días difíciles en el cual las tempestades no te lo permitirán, así que aprovecha.

Fue lo último que dijo antes de alejarse y comenzar a trepar el mástil para llegar a su destino. Y mientras lo hacía, presté atención a cada detalle, los puntos donde se apoyaba y de donde se sostenía para no caer, en ese momento quise poder hacerlo.

Dejé de mirar a Tom cuando esté llegó a la cima, miré a mi alrededor notando que no éramos muchos los que estábamos en cubierta; detrás del timón se encontraba Calum y otro tipo de quien desconocía su nombre, creo que se llamaba Otto, pero no estoy muy segura. Cerca de la proa se hallaban cuatro piratas que parecían charlar entre risas y ocasionalmente golpeándose entre ellos, había otros tres rondando de proa a popa, limitándose a mirar hacia el mar a la espera de algo inusual, la verdad era que yo no tenía sueño, pero tampoco quería quedarme aquí sin hacer nada, solo alimentaría al capitán a seguir llamándome inútil.

Sin otra cosa que hacer fui a la cocina y tomé uno de los baldes vacíos, volví a salir yendo hacia un costado del barco, tomé una cuerda que se encontraba cerca y la até al balde, una vez que me aseguré que el nudo era fuerte, arrojé el balde al mar sosteniendo el otro extremo de la cuerda, una vez que se llenó con cuidado lo volví a subir. A partir de ese momento me dediqué a lavar parte de la cubierta, pues no lo habían hecho recientemente. No sé exactamente cuánto tiempo duré, pero cuando sentí que estaba por terminar escuché esa voz la cual me resultaba cada vez más familiar.

—¿Lo ves? Te dije que a lo más que aspirabas como pirata era a lavar cubiertas. —Harry dijo cuando decidí hacer de lado el balde. —Y por tu mano dedujo que ni para eso sirves, ¿qué te pasó? —Cuestionó señalando mi vendaje el cuál ahora estaba húmedo, no solo por el agua, también por la sangre que continuó saliendo. Tendría que cambiarlo pronto.

—Tuve un accidente con mi cuchillo. —Repliqué mirado esos ojos verdes que lucían oscuros bajo la luz de la luna.

Harry chasqueó su lengua. —¿Ves como si eres estúpida?

Rodé los ojos. —Por favor, ¿me vas a decir que tú nunca te has cortado? —Expresé con desdén.

—Me han cortado cuando estoy en alguna batalla, pero pelando papas o simplemente hacérmelo a mi mismo, no, jamás. —Dijo con burla.

—Para tu información la herida resultó de mi practica con Tom para aprender a manejar el cuchillo y...

—Y por lo visto no aprendiste a manejarlo, pero bueno, no es de mi interés tus intentos fallidos, mas te recuerdo que tienes que aprender a valerte por ti misma pronto, ahora ven, tienes que quitar ese vendaje. —Comentó jalándome del brazo.

Algo extrañada lo seguí hacia una de las puertas a las cuales no tenía acceso, Harry abrió la puerta y continuó jalándome hasta que me adentré. Cerró la puerta mientras yo me detuve a analizar el pequeño cuarto. Este parecía ser la mitad de un cuarto, -había una puerta en una de las paredes por lo que deduje daba a la otra mitad del cuarto-. Este espacio era muy reducido, apenas y cabía una pequeña cama y una mediana cajonera que también parecía ser utilizada como escritorio. Sin duda no era algo lujoso, pero era mucho mejor que donde dormíamos el resto de los piratas.

—Siéntate. —Harry ordenó señalando la cama y así lo hice. Me acomodé mirando como él iba hacia la cajonera, de un cajón superior sacó una botella -adiviné que era de ron e hice una mueca al recordar como ardía-, y de otro cajón inferior sacó un pedazo de tela.

Me hizo una seña indicándome que me parara y me quitó el viejo vendaje, con la parte limpia de este mismo procedió a mojarlo con ron y limpiar la herida removiendo así la sangre seca que había quedado. Cuando la palma estuvo limpia la vendó justo como Tom y pronto dejó caer mi mano.

—No voy a curar tus heridas siempre. —Mencionó alejándose para guardar la botella de ron.

Iba a aprovechar el momento para agradecerle, pero la forma en la que me miró hizo que olvidara lo que quería decirle. Sentí un cosquilleo en mi vientre al verlo recargarse en la cajonera, cruzarse de brazos y pasar la lengua por su labio inferior. Harry sonrío de costado, y entonces volvió a hablar. —Puedes irte ya. —Avisó, sin embargo, la manera en la que pronunció esas palabras hizo que lo último que quisiera fuera irme.

Harry me miraba invitándome... no, retándome a quedarme. Yo ya había hecho paz con las advertencias de Harry, por lo que no dudé mucho en acercarme a él. Me detuve frente a él, con determinación pasé mis manos alrededor de su cuello y me aventuré a besarlo una vez más.

Esto era lo que él buscaba y lo que yo quería, por lo que no nos detuvimos en un simple beso.





Hola, hola. PERO KEEEEE? ANEA POR FAVOR CÁLMATE. Ahre no, que le siga todo lo que quiera y luego se brinque con el Tom, al Calum y a Shawn si así lo quiere. Ya es mi ship oficial. #Hanea . Mucha gracias por la paciencia. Feliz Año Nuevo atrasado en OATH. Los amo. ⚡️

O A T H  1 & 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora