XXXVI

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XXXVI. "La Marea Está Alta".




Emborracharme no va conmigo.

Definitivamente no.

Mientras el capitán anda tranquilo de la vida después de pasar la noche ingiriendo la misma cantidad de ron que yo también había consumido, yo me encontraba vomitando al mar aferrándome al barandal en estribor mientras Harry se reía de mi.

—Ya no quiero llamarte inútil después de saber lo bien que defendiste el barco durante la batalla, ¡pero no puedo evitarlo! ¡Tampoco sirves para beber ron! —Continuó burlándose y lo miré mal por un momento antes de sentir otra arcada.

Leave her alone, not all of us can drink like a filthy pirate. —Supe que Carissa había llegado, pero apenas y le presté atención a lo que dijo. —There, there, baby pirate. You'll feel better soon. —Sentí su mano sobar mi espalda y mi estómago se contrajo en lo que indicó ser la última descarga. —Here. —Cass extendió un pañuelo y yo lo acepté para limpiar mi boca, después me ofreció una botella, pero no contenía ron, tan solo agua. Le di un trago y enjugué mi boca para después escupir el agua.

Lentamente resbalé recargada del barandal hasta quedar sentada. Estar mareada a causa del ron y que el barco se meciera mucho no me estaba ayudando.

—Será mejor que te vayas a dormir un momento. —Tom apareció en la escena y yo miré hacia arriba lo cual no ayudó a mi mareo. Cerré los ojos y asentí.

—Suena como una buena idea. —Respondí mientras intentaba pararme.

Cuando estás ebria es más fácil llegar al suelo que dejarlo.

Sentí las manos de Harry ayudarme a levantarme, una vez que estuve de pie él mismo me tomó entre sus brazos cargándome. Empezó a avanzar hasta la puerta de su camarote, pero antes de que nos adentráramos escuché la voz del capitán un poco lejana;

—Siempre habrá ron esperándote, Anea. —También se burló y Harry se unió a la risa que le siguió.

Gruñí y esta vez sin interrupciones Harry y yo terminamos en el camarote. Me dejó sentada en la cama mientras se regresaba a cerrar la puerta, una vez que lo hizo, regresó a mi sonriendo de lado.

—Es hora de que duermas un rato, si continúas despierta tus nauseas no pasarán tan rápido. —Dijo pero yo negué.

—Ven. —Le pedí que se acercara y él lo hizo. —Bésame un rato, ¿si? —Harry mantuvo su sonrisa pero imitando mi acción anterior negó.

—Deberías dormir, estas ebria y no sabes lo que quieres. —Riñó bajito, lo miré con "seriedad".

—Ebria o no, siempre voy a querer que me beses, que nos besemos.

Harry se sentó al lado mío, se inclinó y besó mi frente, bajó a besar la punta de mi nariz, y concluyó besando mis labios.

—Ya te besé, ¿ahora si ya vas a dormirte? —Me crucé de brazos negando.

—No, yo quiero de los otros besos, de esos donde terminamos desnudos sintiéndonos. —Y aunque yo estaba siendo totalmente seria, Harry soltó una risotada.

—Ya, pero esos besos sólo funcionan cuando estás en tus cinco sentidos, así que duérmete un rato, y cuando despiertes, si aún sigues queriendo de ese tipo de besos, te los daré.

Lo medité un rato, y me pareció bien, más ahora que ya sentía los párpados pesados.

Me acosté en la cama y Harry me ayudó a quitarme la botas, después sentí que besó mi frente otra vez, y supongo que ahí me quedé dormida, ya que no recuerdo mucho después de eso.


〰️🔱〰️


—¡Anea! —La voz de Nerissa me despierta.

Cuatro días habían pasado desde que nos habíamos encontrado con Timy, y no olvidar la borrachera que me había puesto, fue horroroso.

Desde esa noche en la que el capitán y yo habíamos convivido amenamente, nos hablábamos un poco más, sentía que lentamente me estaba ganando su confianza, y me alegré por eso, porque al principio el capitán apenas y me dirigía la palabra, y cuando lo hacía era mayormente para regañarme. Sentir que estábamos forjando un lazo de confianza me mostraba que había crecido tanto como pirata como persona, o algo cercano a ello.

Me levanté de la cama, por la falta de luz me di cuenta que aún era de noche, probablemente la madrugada y... ¿dónde estaba Harry? Cuando me dormí él estaba junto a mi.

Estaba vestida, por lo que fue directamente a abrir la puerta, el rostro de Nerissa preocupado me recibió, ella sostenía una antorcha encendida.

—¿Qué sucede? —Cuestioné mientras analizaba mi entorno.

Había unas cuantas antorchas encendidas, pero la cubierta lucía solitaria, o quizá sólo se debía a que espesa neblina cubría todo. El mar estaba tranquilo, pero el ambiente era extraño, y para agregarle la esencia misteriosa, se escuchaba un suave tarareo, de voces dulces pero lejanas y...

—¡LAS SIRENAS NOS RODEARON, ANEA! —Nerissa comunicó sacándome de mi pequeño trance.

—¡¿Sirenas?! —Solté sin creerlo y comencé a mirar a todos lados con la esperanza de encontrar alguna.

—Si, Anea, ¡sirenas!

Algo hizo que volviera a mirarla. —¿Dónde están los hombres y Cass? —Pregunté al reparar que el barco parecía abandonado, ¡no había nadie al timón!

—¡Eso es lo que te iba a decir! Hace unos minutos se empezó a escuchar el canto de las sirenas, ¡y los hombres estúpidos que estaban en la cubierta fueron hacia ellas! En un estado hipnótico bajaron en un bote ¡y se fueron! —Oh no, eso no era bueno. —Ice y el capitán fueron los únicos no afectados por las melodías de las sirenas, cerraron la puerta para que los hombres de abajo no pudieran salir, y después, junto a Cass bajaron en un bote para poder ir a rescatar a los hombres hipnotizados.

¿Harry no había sido afectado? ¿Por qué? Lo entendía un poco del capitán, al ser el hijo de Neptuno supongo que tenía algún tipo de inmunidad, ¿pero Harry?

—¿Canario también siguió a las sirenas? —Pregunté para asegurarme y ella asintió.

Sabiendo que no había nadie más que tomara el timón, jalé a Nerissa conmigo para que no se quedara sola y subimos los escalones. No sabía que hacer, el timón parecía ladeado, así que lo coherente para mí fue estabilizarlo. Sostuve el timón mientras que el barco avanzaba muy lentamente, casi como si no quisiera seguir haciéndolo.

Unos momentos después, empecé a escuchar los tarareos de manera más fuerte, hasta que fue claro para mi el cantar de una sola voz y las palabras que decía;

"La marea está alta, pronto te va a ahogar.
Ven conmigo, antes que las mentiras te cieguen.
Justo como la sal del mar en la herida, tu alma arderá.
La marea está alta, pero no tarda en bajar.
Sigue mi voz hasta al final, y tu destino sabrás.
Escucha mi canto, que la verdad te hará valiente, y seguirás firme en tu andar.
La marea está alta, ya no esperes más.
No sigas navegando a ciegas, que a cuestas naufragarás.
El tiempo se acaba, y tú aún no sabes lo que vendrá..."

Había dejado el timón atrás y había caminado hasta la proa, me incliné sobre esta viendo como del mar, sobre lo que parecía una ola, emergía la imagen de una mujer bellísima, de piel oscura que parecía tener destellos de luz, su cabello rubio era como el sol, y sus ojos del color del mar. En lugar de piernas, tenía una cola de pescado, e incluso esta tenía los colores más bonitos que jamás hubiese visto. Extendió sus manos a medida que se acercaba a mi, y yo me incliné más. Ella seguía entonando un bonito tarareo, y cuando estuvo frente a mi, sonrió. Juntó su frente con la mía mientras sus manos acariciaban mis mejillas. Sus labios dejaron un pequeño beso sobre mis labios y, en un jalón, caí al mar junto a ella.

Me sumergí en el mar siendo sostenida por ella, y ella nadó jalándome, guiándome a lo desconocido.





Hola, hola. Pero queeeee, cuando ya todo parecía normal, ¡aparecen sirenas! Y esto es lo que amo de OATH, su verdadero encanto. Cuando las cosas parecen que ya se han puesto lo suficiente locas, ¡algo más loco sucede! Muchas gracias por su apoyo con OATH. Los amo. ⚡️

O A T H  1 & 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora