XLIII. Cuando las Estrellas Mienten...
La sorpresa al despertarme en el camarote de Harry fue inexistente, como ya lo había pensado en algún punto, ya era un patrón repetitivo.
Y aún así, seguía estando agradecida con Harry.
Más aún cuando mi mano estaba vendada con un pañuelo nuevo, limpio. Había vuelto a curar mi herida.
Me levanté con cuidado y al notar que me sentía bien salí a cubierta, lo primero que noté fue que el sol se estaba ocultando.
—Baby pirate! So nice to see you alive. —La voz de Cass me hizo voltear hacia mi lado izquierdo, la miré junto a su hermana, quien sostenía una manzana mordida.
—También me agrada verte. —Respondí ya que no me sentía cómoda hablando su idioma aún, ya lo entendía un poco mejor, pero aún me faltaba mucho para poder pronunciarlo.
—Tengo entendido que nuestro próximo destino es la Laguna Negra, ¿tú sabes de ese lugar? —Me preguntó Nerissa y yo negué.
—No en realidad, deberías preguntarle a Canario, él sabe más sobre algunos lugares. —Contesté y después miré a mi alrededor buscando a Harry, no lo vi por lo que supuse que estaría abajo revisando algún cañón. —¿Han visto a Ice? —Indagué.
—Si, el capitán lo mandó a llamar hace un momento, están en su camarote. —Respondió Nerissa, y la mención del capitán me hizo recordar que se había arrojado al océano hace unas horas.
—¿El capitán está bien? —Me interesé y Nerissa asintió.
—Tengo entendido que todas sus heridas sanaron, a excepción de una cortada en la palma de su mano, pero fuera de eso está bien. ¿Quién diría que el mar tiene extraños poderes curativos?
—Well, it only works for him. If you throw yourself in the ocean, it'll probably kill you by drowning you. —Comentó Carissa y le di la razón. El mar estaba del lado del capitán, de nadie más.
Se escuchó una puerta abrirse y yo me giré atenta esperando ver a Harry, y así fue. Él salió del camarote del capitán y al verme se encaminó hacia mi, llevó ambas manos a mis mejillas y las sostuvo mientras dejaba un beso en mi frente.
—No seas tan débil, deja de desmayarte tanto. —Susurró luego de que sus labios abandonaron mi piel.
Le sonreí antes de llevar mis labios a los suyos, dejando un escaso roce que bien se sintió como la sombra de un beso. —Gracias por sanar mi herida. —Le dije demasiado cerca de sus labios.
Sin percatarme de ello, Harry y yo cada vez mostrábamos más afecto frente a todos. No era que ambos quisiéramos mostrarle a todos que estábamos en cierta forma juntos, tan sólo era que habíamos llegado a un punto donde sólo nos interesaba mostrarnos afecto sin importar dónde o frente a quién estuviéramos.
—¿Por qué no van y se encierran en el camarote? Me dan asco las muestras afectuosas. —La voz asqueada de Tom se escuchó a lo que Harry lo miró mal mientras yo me alejaba un poco de él.
—Tengo que hablar con el capitán. —Le hice saber a Harry. —En un rato regreso. —Avisé y él asintió para después comenzar a hablar con Tom.
Me alejé de ellos yendo a la puerta del camarote del capitán, golpeé la madera un par de veces. —¿Capitán? —Finalmente llamé y su voz no tardó en responderme.
—Pasa. —Escuché decir y así lo hice.
Entré cerrando la puerta a mi paso, y miré al capitán recargado de la mesa luciendo completamente bien, ¡como si nada le hubiera pasado!
