Harry separó su boca de la mía con rapidez, mas no se alejó.
—No puedes besarme cada vez que se te de la maldita gana. —Soltó llevando una de sus manos a mi mentón el cual sujetó con fuerza. —La próxima vez que quieras besarme ten en cuenta que iniciarás algo que tendrás que terminar. Y ahora que lo sabes, ¿aún así querrás volver a besarme? No soy un pirata con el que deberías de jugar, Anea.
Advirtió y me di cuenta que mi vida ya estaba llena de advertencias y de amenazas, si ya estaba metida en esto, ¿qué más daba si volvía a besar a Harry?
Lo miré por unos segundos y lo decidí, uní nuestros labios por segunda vez, solo que en esta ocasión Harry si me correspondió. Sus labios suaves se movieron sobre los míos con audacia, no tenía punto de comparación. La mano que sostenía mi mentón terminó bajando hasta mi cintura la cual apretó para apegarme un poco más a él.
Pasé mis manos por sus cabello mojado, sus rulos habían desaparecido a causa de la humedad. Sentí como las manos de Harry continuaron bajando hasta mis piernas, me impulsó para cargarme y así terminar con mis piernas alrededor de su cadera. Podía sentir que Harry avanzaba con torpeza introduciéndose más en el claro hasta que sentí el chorro de agua caer sobre nosotros. Jadeé un poco contra su boca y Harry finalizó mordiendo mi labio inferior antes de separarse y bajarme.
—Termina de lavar tus ropas, no podemos quedarnos aquí a perder el tiempo, y por favor, no escuches los murmullos que la próxima vez te dejaré ahogarte. —Harry sonrió de lado y sin permitirme decir algo se alejó yendo a donde su ropa se encontraba.
Siendo honesta me sentí algo perdida, creí que diría algo con relación al beso, pero no, simplemente se alejó y yo no tuve más remedio que continuar con lo que estaba haciendo antes de escuchar los murmullos.
Lavé mi ropa y al finalizar me salí del claro para exprimir las prendas y mi cabello lo mejor que pude, aunque realmente no iba a servir de mucho pues mis prendas íntimas se encontraban empapadas y no pensaba quitármelas para exprimirlas. Me cambié sin llegar a ponerme las botas y me acerqué al claro para enjuagar mi cuchillo. Mientras lo hacía miré a Harry quien también ya se había cambiado, observé cómo sacudía su cabello antes de pasarse la mano por este peinándolo hacia atrás. Me dije a mi misma que Harry realmente era atractivo, y que al menos había logrado besarlo.
Al haber terminado ambos, Harry se acercó a mi. —Vámonos. —Ordenó y comenzó a andar.
Comencé a seguirlo tratando de mantener el ritmo de sus pasos rápidos, Harry no habló en lo absoluto y eventualmente terminamos llegando junto a los demás.
Fui y me acerqué a Tom quien sostenía un saco que lucía lleno. —Veo que hiciste lo que te sugerí. —Mencionó y yo asentí sabiendo a lo que se refería.
—Era un claro muy bonito, por cierto, ¿por qué no aprovecharon para recolectar agua? —Indagué pues creía que eso era más necesario que recolectar frutas.
—No había barriles vacíos, en agua estamos bien. —Respondió y yo asentí. —Dame tu saco. —Pidió y extrañada se lo entregué. —Tú llévate el mío. —Agregó entregándome su saco el cual era mucho más ligero lo cual tenía sentido al sólo tratarse de hierbas.
—Gracias. —Le dije ante su acción, él solo me sonrió a medias. —¿Para qué recogiste esto? —Pregunté señalando a lo que yo cargaba.
—Algunas son para cocinar, otras son medicinales. —Me hizo saber sin dar mayor explicación.
—Es hora de regresar. —Escuché a Harry gritar y todos lo comenzamos a seguir.
Una vez más Tom y yo íbamos hasta el final, en todo el trayecto ninguno de los dos pronunciamos palabra alguna.
Después de lo que se sintió como una eternidad para mi, llegamos a la playa, el hombre que había esperado junto a el bote había pescado lo que yo asumiría es una docena de peces. Definitivamente no se había quedado perdiendo tiempo, y comencé a darme cuenta que todos contribuían sin necesidad de que se le fuera ordenado, y llegué a la conclusión de que para sobrevivir entre los piratas tenía que ser como ellos, no solo en la parte de la vestimenta y cargar armas, ser pirata iba más allá de eso.
Nos acomodamos en el bote exactamente igual a como veníamos. Harry volvió a remar y en esta ocasión puse atención a sus brazos musculosos adornados por diversos tatuajes. Él iba dándome la espalda por lo que no me preocupó que me cachara mirándolo. También puse atención a su espalda ancha, y por el bello porte de Harry en general me cuestioné qué hacía un tipo como él viviendo como pirata, ¿cuál era su historia? Y así mismo me pregunté por la historia de cada uno, ¿cómo habían terminado en esta situación?
Cuando nos detuvimos junto al barco dejaron caer cuerdas para que fueran amarradas a las orillas del bote, me sostuve fuerte mientras nos subían. Una vez arriba, Tom me ayudó a bajar y nunca había estado tan feliz de pisar la madera de la cubierta como lo estuve en ese momento.
—Lleven las provisiones a la cocina. —Harry ordenó y todos terminamos yendo a dejar lo que habíamos traído.
Al salir de la cocina Tom me tomó del brazo y me apartó un poco de los demás. —Había olvidado preguntártelo, pero ¿cómo le hiciste para no caer en los murmullos? —Inquirió y yo traté de no mostrarme nerviosa al recordar que había besado a Harry.
—¿Qué te hace pensar que los escuché? —Atajé y Tom me miró mal.
—Todos los escuchamos. —Aseguró y al entender que él sabía más del tema que yo, comprendí que no había caso en mentirle.
—Estaba junto a Harry en el claro cuando los escuché, solo era consciente de que quería seguir esas voces. Harry notó que me estaba perdiendo en los murmullos e intentó ahogarme para salvarme, y así fue como no perecí. —Expliqué brevemente.
—Pon atención a lo que diré. Se supone que debes estar desarrollando tu instinto de supervivencia, no dejarte envolver por los peligros esperando a que Harry te salve. A partir de hoy te iniciaré en tu entrenamiento, no puedes quedarte echa una inútil. ¿Entendido? —Moví mi cabeza de manera afirmativa. —Bien, te entrenaré por la noche. Primero te enseñaré todas las maravillas que puedes hacer con ese cuchillo, y no, no solo sirve para pelar papas.
—Totalmente de acuerdo contigo, Canario, también puede servir para sacarte los ojos. —Harry apareció junto a nosotros. —El capitán quiere verte. —Informó.
—Nos vemos más tarde, Anea. —Me dijo y sin más se fue dejándome sola con Harry.
Este no me dijo nada, solo me guiñó un ojo y se fue.
Creo que lo mejor que Harry sabía hacer era molestar y después irse. Vaya pirata que él era.
Hola, hola. Ajuaaaa, ¿quién se esperaba un beso entre Harry y Anea? Ya los voy a shippear, ahre no. Los amo. ⚡️
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