XLVII

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XLVII. "Tú".




—¡Ya era hora! —Se quejó Tom, a quien Nox le lamió la cara.

Ni siquiera mi miedo por esa pantera me preocupaba ya, tenía otras cosas en las que enfocarme.

Esta vez, cuando emprendimos nuestro camino de regreso al barco, Harry yo nos quedamos a lo último, mientras que Tom se fue detrás del capitán.

—¿Estás bien? Desde que saliste de la choza tú y el capitán tienen expresiones extrañas, ¿qué les dijo la bruja? —Se interesó Ice.

No le podía ver la cara, pues yo iba delante de él, así que me detuve para que me alcanzara, y así caminamos a la par. —Dijo cosas extrañas de un tipo que quiere acabar con el mar. —Resumí porque no quería entrar en detalle, ahora que ya entendía todo, desearía nunca haberlo entendido.

—Sea lo que sea, vamos a estar bien, Anea. —Y sé que no lo dijo, pero lo sentí como una promesa.

Lo detuve y lo besé un momento, tan sólo un momento donde decidí creerle. Porque yo sabía que no importaba si elegía sacrificarme o tener un hijo del capitán, de cualquier modo lo iba a perder.

A partir de ese instante, Ice y yo nos mantuvimos en silencio, tan sólo disfrutando de la compañía del otro mientras hacíamos nuestro andar hacia el barco.

Cuando subimos al barco Taipan no tardó en poner en marcha el barco, aunque pronto fue el capitán quien tomó el timón para poder sacarnos de aquí, alejándonos así de La Laguna Negra.

Estuvimos navegando un largo rato hasta que el cielo se puso oscuro, sólo así estuve segura de que ya habíamos salido completamente de aquella isla y sus alrededores.

Y me temí que esa sería la última isla que pisaría.



〰️🔱〰️


Una noche después, tan sólo una noche, me desperté de una pesadilla.

Harry dormía a mi lado, y yo supe que tenía que ir con el capitán de inmediato.

Al estar vestida, tan sólo me puse las botas y salí del camarote de Ice asegurándome de no despertarlo. Salí a cubierta solo para ver al capitán hablando con Taipan mientras este sostenía el timón.

El hijo de Neptuno me miró, le dijo algo a Taipan y después bajó por los escalones hasta llegar junto a mi.

—¿Te pasa algo? —Inquirió curioso, y yo remojé mis labios, la pesadilla me había dejado nerviosa, con mucho miedo, y solo se me había ocurrido una cosa para poder evitar que algo como en mi pesadilla ocurriera.

—¿Podemos entrar al camarote? —Le pregunté y él aceptó un tanto extrañado.

El capitán abrió la puerta y yo entré, sólo que me fui directo a la otra puerta, aquella que daba a la cama donde él dormía. Necesitaba total privacidad para lo que tenía pensado hacer.

El hijo de Neptuno seguía mirándome extraño, pero me siguió, abrió la otra puerta y ambos nos adentramos en aquel cuarto, el capitán se cruzó de brazos luego de cerrar la puerta.

—¿Qué te pasa? —Cuestionó.

—Quiero decir mi juramento.

Él lució bastante sorprendido. —¿Decir tu juramento? ¿Estás segura de lo que dices? Porque es mi deber recordarte que una vez que lo digas estarás atada a Neptuno, al mar y a mi por el resto de tu vida, no habrá marcha atrás.

O A T H  1 & 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora