Capitulo 1

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Toco la parte posterior del torso del perro en señal de que puede comenzar el recorrido. Suspirando hondo, me aferroa la correa y esbozo una sonrisa mientras me coloco la venda en los ojos, con la esperanza de que el can haga bien su trabajo.

El audaz y entrenado animal me hace subir, bajar y esquivar los obstáculos casi a la perfección, aunque no puede evitar que me choque con algunos de los objetos que seleccione como tales.

Luego de media hora y al finalizar la sesión de entrenamiento, Dorothy me agradece haber sido tan paciente con su perro. Le regalo la mejor sonrisa que me sale y comento que el animal necesita practicar mas y que debería hacer algo de ejercicio, y la mujer se despide de nosotros, toma al perro por la correa y le abro la puerta con la misma cálida sonrisa. 

Dos delicados y delgados brazos envuelven mi cintura por detrás y me quedo quieto, suspirando hondo, sintiendo una suave respiración golpetear contra mi espalda. Me volteo sin deshacer el abrazo improvisado y quedo de frente a ella, para besarla tiernamente en los labios. Amaba a Kelly con la vida, y moria por hacerla su esposa cuanto antes. 

Por un momento, se separa de mi y me mira el rostro de arriba a abajo, como un escaner de caja registradora, y automaticamente su ceño se frunce y se separa de mi lado cuando lee en mis ojos lo que estoy a punto de decirle. Me da la espalda y se cruza de brazos; puedo sentir como esta a punto de hacer un berrinche.

-Portland- Balbuceo y ella se da vuelta, esta vez asegurandome, con su expresion enfurecida, que esta a punto de abofetearme- Kelly, porfavor.

-¡¿Portland?!- Exclama casi al borde de la histeria y tiembla como un chihuahua enfurecido- ¡¿Acabas de escuchar lo que diijste?!¡¿Portland?! ¡Eso es Nebraska!- Se oye irascible.

-No quiero exacerbarte mas ¿Sabes? Pero no es Nebraska- Hago una pausa cuando sus ojos se entrecierran clavándose en los mios y cesa de chillar por un segundo- Es Oregon. 

-¡¿OREGON?!- Su tono de voz se eleva aun mas que antes y me propina un empujon en el pecho. Diablos, si que esta enojada- TE ODIO, HANSEL CLARK

-Por el amor de dios, Kelly, calmate- Medio rio mientras la abrazo y ella continua atestando ligeros puñetazos contra mi pecho y moviendose como una trastornada en un intento por safarse de mi agarre- Solo seran unos meses.

-¡¿Como puedes pretender que me calme?!- Exclama esta vez con la voz rota y dejo de sonreir. En ese momento, cesa de intentar luchar conmigo y se deja abrazar, vencida por el cansancio que se acaba de autoprovocar y deja que la estruje contra mi pecho- Mi prometido se va a Oregon por un tiempo indefinido, quizás meses, meses sin verte- Suena acusadora, como si yo tuviera la culpa de tener un trabajo que demanda viajar a otros estados- ¿Sabes lo que sera eso para mi?

Y entonces, se quiebra. Se voltea y vuelve a abrazarme, y no dejo pasar la oportunidad de acunarla en mis brazos y acomodar mi barbilla en la cima de su cabeza. Suspira angustiada contra mi pecho y le sobo la espalda suavemente con mi mano izquierda. 

-¿Y tu crees que yo no voy a extrañarte, belle de ma vie?- Le susurro al oido y ella medio rie entre sus lagrimas- Oh Kelly, no sabes como deseo decirte jet'aime mientras te beso apasionadamente bajo un inmenso roble francés- Un suspiro brota de mis labios- Pero para pagar una luna de miel en Paris, sabes que tengo que trabajar, y no me puedo permitir rechazar un desafio tan grande... amor, van a pagarme miles- Intento que me mire a los ojos una vez que se tranquiliza y me calma saber que ya se le ha pasado la rabieta- y con eso podré adelantar los gastos de la boda tanto que ¡Hey! Quizas para cuando vuelva ya seas la señora Clark... ¿Que dices?

-Que serás un maravilloso esposo, Hansel- Sonrie y vuelvo a estrujarla contra mi pecho- El mejor del mundo.

-Te amo, Kelly- Susurro- Y nisiquiera mi trabajo podría cambiar eso. 

~


Era evidente que ella no querria despedirse de mi. Asi que, debido a que mi estadia en Portland no seria exactamente breve y que Kelly detestaba la idea de vivir sola en nuestro apartamento, decidió mudarse de nuevo con su madre durante el tiempo que yo no estuviera en Detroit y asi dejar de pagarlo innecesariamente. 

Terminamos de empacar nuestras cosas y ella se marcha en nuestro auto a la que volvia a ser su casa, mientras yo me encaminaba al aeropuerto, dispuesto a no mirar atras ni un segundo y tomar mi vuelo a Oregon antes de que fuera demasiado tarde y me arrepintiera- y no queria arrepentirme. 

Los papeleos necesarios para subirme al avion parecen interminables y no pensé que serían tantos, teniendo en cuenta que nisiquiera voy a salir del pais. Resoplo ante cada forma que debo registrar, llenar y firmar: Hansel Clark, veintiocho años, residente en Detroit, Michigan, USA. 

Salgo a la parte posterior del aeropuerto, al exterior donde se abordan los aviones, y un aire limpio y fresco me llena los pulmones. Respiro hondo y camino en direccion al abordaje del avion.

Oregon.

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