Capitulo 16

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-Quiero ser precisa, y no contar con mas detalles de los necesarios- Dice, con serenidad, como si de pronto, ese triste pasado que esta a punto de revelarme- Paso hace varios años... yo tenia diecisiete, casi dieciocho, y todo en mi vida... bueno, casi todo marchaba de maravilla...

Cuando hace una pausa y se abraza a si misma, la miro e intento no sentir condescendencia- Digamos, Hans, que tu no eres el unico que tuvo una historia triste con la persona que te dio la vida...- Entonces, entiendo por donde viene el hilo de la historia- La diferencia es que yo nunca la conocí ni la conoceré, porque la mataron cuando yo era pequeña, muy pequeña... cuando yo tenia unos pocos meses de vida. 

Un silencio incomodo y tenso reina en el ambiente...- La verdad, durante mucho tiempo la tia Cassey me intentó convencer de que mi mamá se suicidó... mi papá la conocio cuando la rescató de una riña callejera en ciudad de Mexico, pero... segun lo que me contaba la tia Cassey, mamá nunca abdicó de su vida de drogadicta-traficante... hasta que me tuvo a mí. 

Todos me dijeron que yo transformé su vida cuando me tuvo en sus brazos, y ellos dicen que me prometió nunca mas volver a consumir ni vender un gramo mas de cocaina. 




La abrazo, pero ella permanece echa bolita en el sofa a mi lado, mientras no deja de contarme su historia...

-Pero... como te iba diciendo, escapar del mundo de la mafia narcotraficante es mucho mas dificil que solo con una simple promesa, y... yo... yo creo que ella sí cambió por mí... pero adeudaba cosas, y se habia ganado sus enemigos haciendo lo que hacia antes de mí, y eso llevó a que la mataran. 

Crecí sin madre, toda mi vida permanecí con mi papá... el pasó años enteros en la soledad, junto a mi, amando a mi madre por siempre... Catalina Santana, mi madre... ella era el amor de su vida... 

Pero me alegró que, cuando cumpli doce años, le diera una segunda oportunidad al amor, y entonces, conoció a Denisse. Ella era una mujer dulce, joven, llena de vida, llena de amor para dar... y mi padre logro sanar sus heridas. 

No volvió a casarse, porsupuesto, pero a los dos meses de dada por comenzada su relacion, ella se mudó con nosotros, y vivimos juntos por cinco largos años... yo no tenía una mamá, pero tenía una mejor amiga en casa. Ellos me apoyaban en todo y me amaban con locura. 

El amor entre ellos tambien dio sus respectivos frutos, y... entonces, tuve un hermanito. El se llamaba Jeff... 

Pero la dicha de ser hermana mayor, la dicha de tener una familia feliz no me duró demasiado, y entonces... sucedió. 

Un incendio en mi casa. 

No tengo idea como comenzó, pero de un momento al otro yo me encontraba bajo la mesa de la cocina. Logré escapar y subí al primer piso, buscaba a quiensea que pudiera encontrar con vida... moría por saber que estaban bien...

Pero encontré a Denisse, tumbada en el suelo boca abajo, calcinada por completo, muerta, pero protegiendo entre sus brazos al pequeño Jeff. El no estaba quemado, pero apenas lo encontraron lo subieron a una ambulancia. 

Mi padre... el, el tambien murió de una forma horrible... el candelabro del techo lo aplasto y lo quemó vivo. Me acerqué demasiado al fuego, al fuego consumidor y que lo abrasaba y lo envolvia con furor, y las quemaduras en todo mi cuerpo fueron peores. Una poderosa llama se extendio demasiado cerca de mis ojos...

Creyeron que no viviría, que no sobreviviría la noche, pero lo único que a mí me importaba en ese momento era la vida del pequeño Jeff... con la piel de mis parpados calcinada y todo mi cuerpo repleto de piel achicharrada y ampollas, yo rezaba por su vida. Rezaba porque lograra vencer en esta guerra, y le prometia a alguien que quizas escuchara mis plegarias, que yo cuidaria muy bien de el si le daban una oportunidad...

Pero no, el no vivió. 

Y yo me mudé con mi tía Cassey, mi unica pariente con vida. Vivi con ella, hasta que cumplí la mayoria de edad, y con toda la herencia de mi padre y de Denisse, la pension que me asignaron por fallecimiento repentino, y mi pension por discapacidad visual, hice mis maletas, me despedí de tia Cassey y emigré. Me fuí de ciudad de México, y vine aquí. 

Yo fui la unica sobreviviente, y fui condenada a vivir en el dolor, en la angustia, en la soledad y en la demencia. 

-Y... y...

Entonces, se quiebra. Por completo. 




~




Eleanor ha llorado muchas veces en mi presencia, pero nunca de esta manera...

Permaneció por horas llorando a gritos, pataleando en la cama y sollozando aferrando con intensidad sus brazos a mi cuerpo, aullando de dolor hasta casi perder el aire... Susurraba cosas como que ella quisiera haber muerto en el incendio, junto a su familia... el dolor que emanaba su cuerpo entero se metia debajo de mi piel y me hacia temblar mientras intentaba contenerla entre mis brazos...

Acaricio su pelo con suavidad y ternura, mientras ella no deja de sollozar en mi pecho, palabras de luto, de un luto insuperable, un duelo para toda la vida... 

-Y... ¿Sabes?- LLora hacia mi, pero intento calmarla

-Shhh- Digo, acariciando aun su cabello.

-Mi papá y yo, soliamos jugar un juego juntos... Podiamos pasar tardes enteras tirados en cualquier lado, el y yo, jugando por interminables horas...-Hago silencio, solo porque sé que quiere seguir con su relato...- Y... es tan irónico, porque no adivinarás qué juego era ese...

-¿Cual era?- Sonrio y noto como hace un silencio, seguido de un llanto nuevo, que suena al de una niña afligida y rota... Ella se deja caer de nuevo en mi pecho...

-¿Podemos jugar?- Susurra aun entre lagrimas- Porfavor...

-Está bien- Digo, repitiendo el dialogo que ella me contó que solía tener con su padre, cuando insistia en que jugaran juntos...- Ven aquí, pequeña... tu empiezas.

-Ok- Dice ella, con la voz totalmente ida, como si su mente viajara a esos momentos de su infancia con su padre...

Hace una pausa larga y prolongada, que hace que el silencio en la habitacion se vuelva aterrador, y se aferra a mi pecho como a nada en el mundo, para llorar otra vez, y entonces, pronuncia el nombre del juego, y hace que todo mi cuerpo se estremezca cuando lo escucho...

-Juguemos al "Veo Veo".

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