Y de nuevo, un giro se dió en nuestras vidas, con la llegada de tia Cassey a nuestro apretado hogar.
Desde entonces, descubri una nueva fasceta de Eleanor: la eternamente fastidiada.
A menudo, frota sus sienes, su frente o su entrecejo, vive de mal humor y no abre la boca para conversar si su glamurosa tía se encuentra presente.
La encontraba dando vueltas por nuestro apartamento seis de siete dias a la semana, y al principio no me molestaba su presencia, muy por el contrario, me era sumamente agradable.
La mayoria del tiempo, me halagaba o resaltaba lo afortunada que era su amada sobrina al tener "un galan que parecia sacado de hollywood"...
Pero, poco a poco, y con el correr de los días... su presencia comenzó a hacerse evidentemente molesta... en ocasiones, no me dejaba trabajar en la ventana o en el resto de los muebles involucrados en la inauguración... simplemente no dejaba de sacarme conversación.
Y llegamos a un punto, en el que, cuando se iba o cuando ya no estaba, Eleanor y yo nos sentabamos en el sillon, y suspirabamos, aliviados, porque ella no estaba para mortificarnos.
-¿Que tal, si ese mueble...- Apunta con su dedo indice al mueble que tanto trabajo me costó atornillar a la pared- lo pasaras a tu derecha?
Hago silencio, porque no sé qué debería decir. Elle no le contesta.
-Ahí no queda bien- Insiste, bebiendo un poco de té- Cariño, ¿Cuántos tornillos utilizaste?
-Más de una docena, seguro- Afirmo, no entendiendo muy bien a donde quiere llegar- Quizás sea dificil moverlo.
-Tonterías- Murmura con alegria, como si le hubiera contado un chiste.
-Los agujeros en la pared no quedarán bien, tía- Defiende Ellie- y a mi me gusta donde lo puso.
-¿Como puede gustarte?- Dice tía Cassey, sonriendo sínicamente- Si no puedes ver, querida sobrina.
Y entonces, puedo sentir como si algo dentro de mi se activara. Todo mi cuerpo se tensa, y estoy preparado para desatar el caos.
-No permito que le falte al respeto a Eleanor de esa manera- Murmuro entonces, con la voz ída, ténue, como jamás la he tenido.
-¿Eleanor?- Se dirige a mi ahora, mientras bebe otro sorbo de té- Si sabes que no se llama así en realidad, ¿Verdad?
Trago saliva.
Puedo soportarlo todo en esta vida.
Puedo soportar que una mujer que no conozco en lo absoluto irrumpa en mi casa, y pretenda manipularlo todo a su alrededor.
Puedo soportar que babee por un hombre joven, delante de la novia de este.
Puedo soportar que intente meterse incluso en nuestros sueños, metas o proyectos.
Puedo soportar cualquier cosa.
Pero jamás voy a tolerar que lastime a la persona que amo.
No. No en mi presencia.
-Te he recibido en mi casa- Comienza, entonces, Eleanor- Te he recibido con los brazos abiertos, a pesar de que lo único que has hecho fué mortificarnos con tu presencia.
-¿Yo los mortifico?- Pretende parecer sorprendida, y bajo la cabeza cuando lo pregunta. No quiero responder.
Otro silencio tenso y tirante se impone entre la mujer de enormes pendientes y nosotros dos.

ESTÁS LEYENDO
Veo Veo ✓
RomanceUn accidente que lo cambió todo. Una joven que quedó huerfana a sus diecisiete años. Un alma rota, dolida, quebrantada y solitaria. Sus ojos sin vida, que se mecían por la habitación una y otra vez. Todo en su vida se había reducido a es...